(Cipriano Wilson Cifuentes)
No vuelques tu odio
a quienes cultivan el ocio.
Es cierto que el odio es más
productivo que el ocio, pero
la condición humana, si bien
la producción juega un papel central
contempla también otros matices:
La vida contemplativa nos acerca
al animal que alguna vez fuimos:
En su mayoría, ellos son ociosos
casi todo el tiempo.
Salvo las hormigas, las cucarachas
y las ratas, que son plaga y no
producen nada útil para nosotros.
El resto, con excepción de las abejas
que polinizan y producen nuestra miel,
goza de una vida ociosa, apenas
interrumpida para satisfacer necesidaes
de subsistencia.
No odies a los que dilapidan su energía
vital y móvil, movidos por el amor al
ocio.
Su amor, puede no ser correspondido,
lo mismo que tu odio: Tal vez ellos
ni sepan que los odias.
Luego, es un odio inútil: No vuelques
tu odio en forma ociosa. Vuélcalo, más
bien a tus competidores y aprovéchalo
en sentido productivo:
Ellos seguro lo merecen, y también te odian.
No desperdicies tu energía odiando sin
motivo y sin discriminar. No dilapides
tu odio, aléjate de la producción ociosa
de odio sin destino.
Controla tu emisión odiosa, y no olvides:
Dios es amor y no odia a nadie
que no lo merezca:
Aunque las comparaciones siempre son
odiosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario