Translate

jueves, 16 de enero de 2025

Un jugador distinto

 

 

(Epifanio Webber) 


Se notaba que era un jugador distinto.

A veces no se notaba, porque sabía

pasar desapercibido cuando hacía falta.


Pero los que saben, los que entienden

que además de toda la mecánica de lo

colectivo, que atiende al buen criterio

de lo previsible, el juego comulga con

el arte:


Esos ojos que ven lo que otros no, saben

apreciar esa clase de virtudes que, aunque

no luzcan ni se perciban a simple vista

del aficionado genérico, son las que marcan

la verdadera diferencia.


Son pocos, muy pocos los distintos, los que

rompen el molde, esos elegidos que, en un

momento pueden cambiar todo.



II

Entre sus virtudes principales, nuestro hombre

sabía manejar los tiempos y los espacios. Su

sentido de la ubicación era impecable y

único:  siempre estaba solo.


Estaba siempre mejor ubicado que los otros

y leía el partido de otra forma, como si no

estuviese dentro de él.


Sus movimientos, tan indescifrables como

impredecibles, para propios y extraños, le

permitían mostrarse siempre como alternativa,

libre y desmarcado.


Difícil que alguien dominara el juego sin

pelota como él. Acaso fuera ése su mayor

atributo, y el que lo distinguía del resto.


Claro que, como todo elegido, solía sufrir

la incomprensión de sus pares: Le costaba

encontrar socios, compañeros que sintonizaran

su misma frecuencia, tal vez demasiado alta.


¿Es que no confiaban en él? ¿O temían verse

opacados por su figura y recelaban?



III

Lo cierto es que nunca lo asistían en tiempo

y forma, como mandan los manuales. La

pelota no le llegaba, o peor: Le llegaba tan

sucia que no podía hacer nada.


Tal vez manejaban otros códigos y, desde su

lectura acotada del partido, sus propios límites

les impedían aprovechar a su estrella.


En cuanto a sus virtudes con la pelota, no se le

conocen por el mismo motivo: No le llegaba

nunca limpia y redonda.


Pero fuera de eso, en el juego sin pelota

lo suyo era superior a todos y no había ninguno

igual, ni nadie que lo entendiera.


Las variables del juego son muchas.

Hay que entender que este juego, como todos,

no suele ser justo casi nunca: (lo que lo hace

aún más atractivo)


Hay casos así, hombres dotados de condiciones

excesivas, que no llegan a brillar como debieran,

quizás por su mala estrella.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Licencia Creative Commons
http//ahoraqueestasausente.blogspot.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.