(Serafín Cuesta)
En mi jardín conviven plantas muy
diversas; no sé cuántas son: Muchas,
las traje yo, otras son espontaneas, y
algunas estaban antes que yo, como
este ficus bajo cuya sombra escribo.
Debe haber más de treinta especies,
no sé cuántas son. Algunas están
repetidas: Mi especialidad, es el
cultivo de la repetición; no creo ser
el único.
Hay plantas más valiosas, como pasa
con los animales, o con nosotros: el
animal más valioso ¿O acaso alguien
compararía el valor de una vida humana
con la de cualquier otro animal?
El valor es algo personal. Yo valoro
algunas especies que carecen de valor
comercial y nadie valora. Y bueno:
Cada uno es libre de cultivar sus propios
valores, podemos compartir.
II
Las hormigas también tienen sus preferencias.
En una noche lejana, hicieron desparecer una
azalea. Luego, prueban otras variedades y van
incorporando algunas.
Hay plantas que reproduje muhcas veces, y
las cambié de lugar, pero siempre terminaban
así.
Ahora, desde hace unos días, observo que
tomaron una begonia de jardín, que empezaba
a florecer. La traje hace más de diez años, de
los restos de una poda. En invierno declina, y
la ataca un hongo; hay que cortarla bajo, y
vuelve a crecer renovada.
Ya hicieron buena parte del trabajo:los tallos
de atrás están pelados, los otros todavía conservan
una parte de sus hojas.. Calculo que en dos días
no quedará nada.
La voracidad de la hormiga cortadora
no es algo tan simple como parece:
No se alimenta de la planta, sino de un hongo
que cultivan en la profundidad del hormiguero
que, incluso podría no estar en mi jardín.
Cuando las vemos transportar trozos de hojas,
es sólo comida para el hongo: Hay que pensar
que son muchísimas, se reproducen y todas
comen del mismo hongo.
Es mejor elongar y resignarse que pensar en
combatirlas. No quiero un jardìn venenoso.
Puede que un día, decida reconvertirme,
olvidar las plantas y entregarme al cultivo
de hongos. Podría ser apasionante.
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