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jueves, 29 de diciembre de 2022

Un pozo ciego en el desierto

 

(Pascual Rambler)

 

Hay un pozo en medio del desierto.

No lo vi, me lo contó un observador

muy reconocido en el país de los ciegos.


Es bueno vincularse con gente

de distintos lugares del mundo,

incluso aquellos donde no hay

gente a la vista.


Hay regiones desoladas, inhóspitas,

tierras astringentes y zonas disolventes.

Es difícil insolventarse solo, sin la

solidaridad del mundo sensible.


(Hay páramos donde no habita ni un

humilde paramecio)


Aunque haya un pozo, uno no puede

dejar de sentirse sapo de otro.


Puede hacer otro pozo, y volver

a no encontrar nada (o al menos nada

que justifique seguir profundizando en

lo ajeno)

 

Nadie confía en el sapo del Otro.


No sería raro que el buscador caiga

en algún bache, cuneta o hendidura

natural:  El mundo da cabida a tantas

anfractuosidades como accidentes

naturales y oportunidades para profundizar

y extraer lo necesario (nunca se sabe lo que

resultará necesario en el futuro)


II

La sensatez consiste en saber buscar

y no cavar en vano:


Hay quienes consumen su vida

buscando algo que nunca encontrarán.

Se hunden en su propio desatino

como objeto de aspiraciones excesivas

e insondables para no profundizar.


No existe un lugar seguro para cavar.

Pero hay pozos de todos los tamaños

y nichos adaptables:


Es suficiente, para ser más profundo,

que la cavidad del pozo sea proporcional

a la propia.


No sabemos cuantos pozos contiene un

desierto, no se puede descartar nada, pero

sería ocioso desertar:


Hay mucha superficie por conocer,

aquí y en las antípodas, y tanta más

que nunca conoceremos.


¿Quién dijo que había que conocerlo

todo?


Hay un pozo ciego cerca,

a una distancia razonable y practicable.


No sabemos cuantos pozos nutren el desierto,

pero el desierto no es uno; hay otros

y son algo tan natural como este pozo

en estado de reposo.


martes, 27 de diciembre de 2022

Descubren nuevos signos de debilidad en las ruinas de un frigorífico

 

(Ricardo Mansoler)

 

Levanté la puntería

pero bajé la guardia


¿un signo de debilidad?


Hay signos débiles y fuertes,

como las vocaciones y las vocales.

Vocalizo:


La intensidad no es todo,

también cuenta la altura, la tonalidad

y las distintas formas más o menos

abemoladas de expresar la intención

original.


¿Cuál era la intención original?


La memoria no responde, estará ocupada,

ella no sabe estar sin hacer nada como yo.


La buena puntería requiere una tensión

precisa y alta concentración.


No pude concentrarme más, pero me

mantengo concéntrico con respecto

al signo que me fuera asignado

en origen.


Nunca supe ser original y no es mi intención

descubrirme originario: Orígenes obscuros

producen cuerpos débiles y frutos dudosos.


Podría levantar la mano y esconder la piedra

pero sería otra pérdida de tiempo.


La debilidad es un estado ocasional

de la materia sensible. Sólo alguien

sensible

podría percibir nuestras debilidades.


Lo siento en el alma:


No hay conciencia sin materia

ni deseo sin objeto.


Somos materia altamente organizada

en ambos sentidos, levantar la puntería

o bajar la guardia no incide en forma

significativa en el futuro,

ni en la condición histórica de la Biomasa

Madre (ni altera la naturaleza de nuestro

sentido de pertenencia)


domingo, 25 de diciembre de 2022

Naturalezas muertas

 

(Germán Singerman)

 

Pensé en los muertos que conozco,

una cantidad creciente, siempre renovándose.


No quise hacer números, pero estimo

que son más que los vivos de un tiempo

a esta parte.


Es natural, la percepción de esta realidad

es vital para familiarizarse con la muerte

y naturalizarla.


Es natural que de pronto, y sin más trámite,

casi todos nos parezcan jóvenes, incluso

los que nos parecían viejos hasta hace poco.


Es natural que al cruzar la calle y reclamar

con un gesto a un conductor que no respetó

el semáforo, el mismo responda: ¡Qué te pasa,

viejo de mierda!


Más allá de que uno se autoperciba como tal,

lo sea o no, aceptamos como insulto la vejez:

ser viejo, es algo que descalifica, aunque todos

estemos destinados a pasar por ahí; un camino

casi inevitable para el que aspira a una muerte

natural.


Adoramos al fuego

 

(Senecio Loserman)

 

Las deudas del fuego son sagradas,

como las brasas que nos abrazan

hasta las últimas consecuencias.


El fuego no arde ni se quema;

no es materia.


La combustión es adorable y es amable

como cualquier trabajo físico bien

ejecutado.


Los cuerpos somos parte del juego

inevitable, más allá del amor erogado

al consumir.


En el fuego del amor, los morosos

quedan pagando; esperan su oportunidad:

sueñan un mundo amoroso que no se apague.


En mi pago sólo habemos deudos

y velámenes maltrechos, mudos testimonios

de naufragios tan antiguos como el fuego.


Arboladuras vetustas y anacrónicas

nos sirven para alimentar un fuego tibio

y fugaz, como una pasión sin fundamento

que crepita en vano y nos reúne como un

juego de mesa.


Las mesas son un buen combustible,

adoramos la combustión: no hay otra

cosa digna de adorarse, al cabo.


En mi pago sólo habemos desafortunados,

empedernidos perdedores que ambulamos

merodeando un fuego moderado.


Velamos las cenizas de otras cenas

y no hay pena que nos sepa ajena.


Las deudas ilegítimas se heredan

como la combustión de los cuerpos

que ameritan la mora.


sábado, 24 de diciembre de 2022

El orden oculto

 

(Carlos Inquilino)

 

El orden oculto sólo se revela

bajo una correcta perspectiva.


Leo y escribo: automatizar un orden

sirve para acceder a otros, más o menos

ocultos.


En lo oculto, yacen otros órdenes,

subórdenes y cláusulas que no es

necesario conocer para observar

el orden.


No necesitamos conocer mucho más,

hay una parte de todo lo que nos

rodea, que podría ser más útil

si se mantiene oculta.


Lo que nos rodea, en su mayor parte,

es parte de todo lo oculto

cuyo volumen desconocemos, bajo una

correcta perspectiva.


viernes, 23 de diciembre de 2022

Los valores correctos: La justicia

 

(Aparicio Custom)

 

Allanaron a un juez,

su naturaleza contenciosa no

se adaptaba a su función, ni

se allanaba a los requerimientos

de la Corte.


Cuando un juez se torna sospechoso

puede fallar en el dictado de sus fallos:


Es saludable que la Justicia disponga

sus propios anticuerpos en defensa del

cuerpo social -ese tejido- preservando

el orden institucional y el funcionamiento

democrático.


Hay que controlar los desvíos, la corrupción

intrínseca del poder y acabar con el espíritu

de cuerpo.


La independencia de poderes garantiza

la pluralidad y el equilibrio propios de

una sociedad sana, basada en el respeto y

la igualdad de oportunidades.


Donde todos nos allanemos a la Justicia

y todos podamos ser allanados democráticamente.


No desperdicies tu poema

 

(Amílcar Ámbanos)

 

El poema no tenía desperdicio,

tenía casi todo lo que puede tener

un poema, es decir:


Un lector calificado encontraría

el resto, aquello que el buen poema

sabe ocultar al sugerir.


Las palabras son siempre irrelevantes

si no revelan: sólo moneda de cambio.


No parece haber vocación de cambio

entre nosotros: nos resulta suficiente

el intercambio.


El poema no tenía nada que cambiar,

le faltaba casi todo para asumirse

enajenable.


Sobre el final, dejaba una advertencia:

este poema contiene desperdicios

propios y ajenos.


Los desperdicios están en todas partes,

y siempre tienen algo que decir,

aunque sólo el lector calificado

entienda su lenguaje.


El arte puede estar en cualquier parte,

incluso en ninguna.

jueves, 22 de diciembre de 2022

El valor del goce

 

(Epifanio Weber)

 

Le faltaba valor para gozar

de sus propiedades, pero había otras

al alcance de la mano como para que

el goce no le resultara ajeno.


Era cuestión de desguazar, clasificar

y despejar tanto material dudoso y

enfocarse en lo profundo, hasta llegar

al centro de emisión y producción

de goce.


Pero prefería la periferia.


No confundir con placer: éste puede

ser inducido, producido y gestionado

por la conciencia.


Hay tres categorías de goce:

El goce material, el espiritual y

el goce de la crítica.


El primero es el más popular, es del orden

físico y remite al cuerpo.


El segundo, trasciende la condición material

y es ajeno al orden de lo racional. Se vincula

a otras formas de energía que no conocemos.


El otro, es una experiencia intelectual; un

juego de destreza que puede producir endorfinas

como cualquier deporte: Se gana y se pierde,

alimentando la sana competencia, donde siempre

se imponen los mejores.


II

Hay que desacralizar el goce, cuyo valor

está fuera de discusión. No es lo único que

importa; hay más cosas fuera de discusión.


¿Somos capaces de entablar esta discusión

acá afuera?


Las propiedades del goce son múltiples,

incontables, te cuento: nadie me lo contó,

aunque algunos tomaron sus medidas.


¿Cómo medir el goce con las magnitudes

disponibles?


El estado de goce, es anterior al origen de

la familia, la propiedad y el estado.


Nuestros primeros ancestros ya estaban

familiarizados con el goce, cuando aún no

poseían ningún bien enaajenable, nada propio

y desconocían el sentido de pertenencia.


No tenían valores ni conciencia, eran plenamente

inconscientes de todo lo que les faltaba, y sin

ningún conflicto, gozaban de esa falta.


No hay mucho más para decir del goce,

es mejor gozar de todo lo que no puede

decirse.


Es mejor gozar en forma silenciosa,

sin preguntar por el sonido ni el sentido.




martes, 20 de diciembre de 2022

Espíritu Santo

 

(Senecio Loserman)

 

Encontré unas ramitas

en un rincón de la ventana,

y sobre ellas unos huevos

de un tamaño interesante.


Me podía servir como pesebre,

pensé: es Nochebuena, pero no

tenía ninguna imagen.


Un pájaro merodeaba, no sé

si era una paloma (no puedo

precisar, mi conocimiento de

aves es limitado) pero se había

equivocado.


Armé una guarnición con restos

que había en la heladera

y resolví la cena.


Dios aprieta pero no ahorca.


 


sábado, 17 de diciembre de 2022

Puntos de encuentro

 

(Epilobio Asking)

 

Aquí donde me encuentro

yace el futuro de este momento.


Entre la abcisa y la ordenada

hay un volumen que prospera:


No es nada, solo una bocanada

sin vocación que olvida la boca

que la engendró y subyace

aquí donde me encuentro.


¿Dónde me encuentro?


Hay un punto, donde empieza el ángulo

a ser ángulo como un alma o un suspiro.


Un ángulo cualesquiera dado

está lleno de puntos:


Los puntos son infinitos

y hay tantos puntos suspensivos como

puntos de encuentro:


Es difícil encontrarlos sin perderse.


Los signos de puntuación son más

confiables, porque no son infinitos.


Todo lo infinito nos es ajeno:

Por suerte hay pocas cosas infinitas;

el resto nos pertenece.


La incompletud no amilana al animal

anómalo con su alma bien plantada.


Si yo encontrara el punto de fracción,

las láminas que animan la superpuesta

combustión del tiempo en secreciones

íntimas, no encontraría obstáculos

para extender mi lengua de mamífero

peinable y emitir algún pseudópodo

cuya huella brille y permanezca más

allá de este exoesqueleto natural:


Mi casa transitoria, aquí donde

me encuentro o en las proximidades.


jueves, 15 de diciembre de 2022

Bejuco

 

(Senecio Loserman)

 

Un viejo bejuco no difiere mucho

de un bejuco viejo como éste.


Indiferente a los cambios de palabras,

al uso de las endorfinas y las comas,

no espera remesas de las musas ni confía

en las oportunidades del paisaje para que

florezcan todas las especies de la miseria

humana.


Mi mira con displicencia,

una disciplinada displicencia que no

significa nada para cualquier mortal

que crezca entre los yuyos

y sus estructuras de parentesco.


Algunos le encuentran utilidades

a los yuyos, la maleza y sus flores

insignificantes:


Es propio de la condición humana

encontrar utilidad a casi todo:


desechos inorgánicos, orgánicos, cadáveres.

El sentimiento puede brotar en cualquier parte


(el más útil es el sentimiento de propiedad)


La lástima y el asco son sentimientos humanos,

acaso exclusivos.


domingo, 11 de diciembre de 2022

La división de poderes

 

(Dudamel Rambler)

 

La independencia de poderes

es esencial para la democracia.


Una vez obtenida, puede observarse

como los mecanismos propios de la

democracia entran en funcionamiento

estableciendo los límites necesarios

para evitar los excesos naturales al

ejercicio del poder.


En condiciones ideales, ésto garantiza

el equilibrio y el orden que permiten

el desarrollo de la vida democrática, y

el pleno uso del derecho de cada

ciudadano a participar en las decisiones

y el diseño de las políticas públicas.


Es sabido que el ejercicio del poder

corrompe a las mejores almas, pero

la división de poderes es un arma

que acota la corrupción propia de

cada uno de los poderes dentro de

su ámbito específico.


Acaso el número tres resulte insuficiente,

y la división debiera contemplar una

cantidad mayor de poderes, para poder

mantener una corrupción controlada

en niveles aceptables.


O bien, la solución estaría en alcanzar

un empoderamiento general, de modo

que cada contribuyente pudiera gozar

su propia corrupción y compartir el

goce soberano en libertad.


Desiertos lunares

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Yo no le canto a la nula

gravedad del cielo abovedado

ni a la célula acrisolada

de la crisálida en celo.


Hay quienes lloran por un pañuelo.

No me conduelo ni me rectifico,

supe nacer en un día de duelo.


Sin desmedro de la luna

y sus pecados naturales

hay flores luminosas en la noche

del desierto (las flores no crecen,

se abren y se cierran y machitan.

Sólo el desierto crece)


Sin desmedro de la luna

y sus aceites esenciales, están los

lubricantes del pecado y satélites

funcionales que algunos reconocen

como paraísos artificiales.


(Error: Si hay un paraíso sólo puede

ser artificial y estaría lleno de adjetivos

artificiales)


II

Hay flores silenciosas que iluminan

la noche del desierto (No se aconseja

salir mucho de noche en el desierto)


Cambiar de verbo en medio del paisaje

no altera la trazabilidad de las frases

lunares.


La luna: un cuerpo blanco y redondo

que circula.


Mucho antes de que cuerpos como éste

entraran en circulación y aún nada

circulara con normalidad, existían

círculos líquidos concéntricos

con centros inestables opuestos entre sí.


Lo cierto es que no sabemos cuan ancho

era el desierto ni cuantos desiertos

se encontraban disponibles.


Ahora es difícil ver vértices naturales

en el desierto. Pero no se descarta, el

desierto está plagado de adjetivos

sustentables como éste, aunque no

ejerzan.


Pueden brillar a sus anchas mientras

nadie los vea, como flores luminosas

que no aplican ni preguntan.


(En el desierto, los adjetivos son tan

inútiles como las preguntas que brillan

por su ausencia: Acentuar alguna de

sus sílabas no altera la función del

desierto, como adjetivo propio)


En el desierto es mejor no salir de noche,

ni en camello ni en coche.


No hay embotellamientos, pero la vuelta

puede ser complicada. Es más seguro

girar al descubierto y mantener la calma

observando sus flores luminosas.


Todos tenemos derecho

a una muerte segura

dentro o fuera del desierto:


Los adjetivos sobrevivirán.



sábado, 10 de diciembre de 2022

Bendiciones

 

(Onésimo Evans)

 

El gorgoteo de las gárgolas

propiciaba los brotes sarmentosos

de glándulas ubérrimas,

estimulaba ubres y abrojos

arrullando el gorjeo del petirrojo

y el gorgojeo del gorgojo.


Hay suficientes frutos rojos,

anunció el vocero oficial al nuncio

que armaba su pesebre.


Las autoridades de la Fe aconsejan

tomar distancia de lo temporal:

en esencia, todo lo divino es ajeno

al tiempo (la justicia divina tiene

sus propios tiempos)


Ahora bendicen los nuevos desiertos

de diseño inteligente y proceden a

homologar los pecados esenciales

a la categoría de recursos naturales:


Todavía tenemos agua para bendecir,

cuando se acabe bendeciremos el mar

o lo que sea.


Los hematófagos circulan con normalidad

entre los fieles, bendicen la canícula, las

olas de calor y la gestión humana. Sin duda,

el mundo marcha como debiera y fue hecho

para nosotros, estima el mosquito genérico.


No son de discriminar mucho el tipo de

sangre y factor: el orden de los factores

no altera el producto.


Mientras haya sangre disponible, el resto

es negociable, y la sangre es un recurso

renovable.


Pero tienen sus códigos: se debe mantener

la cadena de calor. No quieren saber nada

con la sangre derramada.


miércoles, 7 de diciembre de 2022

Versión casi confirmada

 

(Aparicio Custom)

 

Según fuentes oficiosas

se registra un aumento positivo

en los índices de normalidad.


Esta información, chequeada

por verificadores independientes,

abre nuevas perspectivas a futuro

y permite ampliar los márgenes

para el optimismo sano, ya que

nos ubicaría muy cerca de los

estados más avanzados en cuanto

al desarrollo de la normalidad.


No es poco, en estos tiempos

de inestabilidad y crisis de valores

donde casi nadie sabe donde está

parado, si es que lo está.


¿Estábamos tocando fondo?


Es posible, pero el fondo

es parte de la normalidad tangible:

el fondo es un límite, los límites

proveen seguridad, son referencias.


Hay que ver lo positivo:


Tocar fondo en condiciones normales

puede servir para tomar impulso

y elevarse (incluso por encima de todo

lo normal)



martes, 6 de diciembre de 2022

El golpe natural

 

(Epifanio Weber)

 

Un buen revés puede hacer la diferencia.


Un nuevo golpe, con otras pretensiones:

Hace 50 años, a nadie se le ocurría que se

pudiera usar la otra mano para sumar

fuerza y agregar valor al revés.


Hubiera sido un despropósito para la estética

del juego, y si alguien lo hubiera intentado,

seguro habría sido descalificado, o al menos

vilipendiado por el público.


El revés siempre había sido un golpe defensivo,

nunca un arma; para atacar estaban el drive, el

saque (ya antes de ser servicio) y la volea.


La evolución de los golpes, junto al desarrollo

de la técnica para obtener distintas tensiones en

las cuerdas, proveía recursos útiles como el

efecto inverso, que parecía la mejor opción para

el revés.


Los mejores ejecutantes conseguían un tiro donde

la pelota casi no levantaba del suelo, dificultando

el ataque enemigo, lo que también podía ser un

arma. Aunque el verdadero ataque, el golpe ofensivo

por antonomasia y que acababa definiendo, era el

drive (o la derecha, como dicen ahora, aunque el

jugador sea zurdo)


Un zurdo, sabía que tenía que trabajar su revés,

dado que el golpe natural del drive de la mayoría

diestra, es cruzado hacia su revés.


El lo hizo, no importa quién tuvo la idea ni quien

fue el profesor que se la transmitió: Él la llevó a

la práctica, con las dificultades que implicaba el

cambio de empuñadura y la participación de otros

músculos, antes no involucrados.


Pero tanto el golpe, como el movimiento que lo

producía, seguían siendo naturales, armónicos

y sin merma estética.


El nuevo golpe cambió el mundo del tenis

como más tarde lo haría el revés a dos manos,

hoy adoptado casi con unanimidad como algo

natural, aunque no lo es.


II

En verdad, hoy no es fácil establecer a ciencia

cierta qué es lo natural: Disponemos de más dudas

que certezas. Tampoco importa mucho, hemos

desarrollado la capacidad de naturalizar cualquier

cosa con bastante éxito.


Hablar a ciencia cierta, es sólo una buena metáfora,

pero las hay mejores.


Los golpes podrán seguir evolucionando,

aunque es difícil que cambien el mundo.


Habrá nuevos reveses, tal vez, pero siempre

habrá algún nostálgico anacrónico dispuesto

a reivindicar la superioridad estética del golpe

natural.




sábado, 3 de diciembre de 2022

Tarde

 

(Senecio Loserman)

 

Tarde para elongar,

para contraer la levedad de un signo

que rezonga por el aire.


Tarde para salir airoso de sí mismo

mientras el aire elonga.


Tarde para no aspirar

o emitir aire con el peso vencido

de otras tardes que cayeron:


La tarde cae (no sabemos mucho más)

No se desploma, sólo cae, tenue y

minuciosa como la gravedad que nos

mantiene adheridos al cuerpo del

planeta.


Tarde para levantar sospechas

e incorporarlas al cuerpo de esta causa.

Tarde para estirar lo que queda

del cuerpo de la tarde.


Cualquiera puede ser sospechoso,

tarde o temprano habrá motivos.


Ahora puede que sea tarde

para llegar acá y extender un salvoconducto

que sirva como recibo suficiente de todo lo

que no arde esta tarde.


II

Tardes que se alargan hacia el verano.

Tardes que miran al poniente

mientras pasan los significantes

como cualquier viandante, transeúnte,

practicante o aspirante.


Las aspiraciones pasan de un estado

a otro mientras la tarde elonga.


La tarde late, se dilata en las pupilas

del sospechoso que porta un corazón

autónomo y portátil como éste,

incorporado a la declinación menguante

de la tarde.


La tarde no late: no necesita un corazón

que la delate, pero sus latidos siguen un

ritmo acompasado que podría reproducirse

aquí y ahora, pero es tarde.


Nunca es tarde para repetir:

Las tardes se repiten como secuencias

armónicas. Arma tu armonía, observa

tu armadura de clave y ama tu ritmo,

aunque no sea el que hubieras deseado

y no guarde proporción con nada de

este mundo.


III

Tarde para elongar el cuerpo

del poema ya excedido en tiempo y forma.


Tarde para relajarte y contraer

todos los vicios que circulan

a la redonda en una palabra que no llega,

o llega demasiado tarde.


Cae la tarde,

en cuatro sílabas hay más poesía

que en el cúmulo de cuerpos que

la gravedad sostiene en su caída.


La gravedad no cuenta, sólo cae

como un poema descendente.


La tarde cae, indiferente a los trabajos

de los vivos y los muertos, y a las

obsesiones contraídas por sus almas

únicas y cóncavas.


Algunos cavan, al caer la tarde

para enterrar las penas obtenidas

en el día:


Cada cual es libre de labrar su nicho

y buscar sentido en distinta profundidad.

No hace falta ir muy lejos para no llegar.


IV

Tarde para elongar,

y compartir la soledad del hongo

-el hongo no elonga-

guardado en la memoria.


Tarde para elongar, entre renglones

que descienden hacia un dios

tan sospechoso como vos.


La muerte elonga, mientras la tarde

late: No la desaires ni la desafíes.


A los poetas muertos

 

(Ricardo Mansoler)

 

Los poetas muertos, son siempre

una buena fuente para los vivos.


Como la naturaleza muerta

es fuente de vida para poetas

y profanos.


Abrevar en los poemas de los muertos

no significa profanarlos. Pueden ser

una fuente de inspiración, de aprendizaje

o el descubrimiento de algo que uno pensó

y otro escribió con mejor fortuna.


En cualquier caso, esa lectura es indispensable

para la formación de todo poeta. Yo no hubiera

escrito nada de lo que escribí, sin el legado de

esos poetas que me precedieron en la muerte,

dijo un poeta que ya no escribe.


¿Un poeta muere cuando deja de escribir?


¿O sólo deja de escribir cuando muere?


Error: Uno escribe porque está vivo, afirmaba

en un poema un poeta que ya no está entre

nosotros.


¿No está?


Yo lo sigo descubriendo, hay poemas que no

se agotan en un número de lecturas: Las leyes

naturales no afectan al poema, el poeta sigue

escribiendo, más allá de su condición material

y escribe nuevos poemas, bajo otros nombres.


Sabido es que un buen poema da lugar a otro,

contiene otros. Todo poema es un tributo a

otros, aunque su autor ocasional no lo cite y

tal vez no lo sepa.


También él dejará de escribir, y acaso

siga escribiendo bajo otros nombres.


miércoles, 30 de noviembre de 2022

Poéticas

 

(Amílcar Ámbanos)

 

¿Estaba generando las preguntas

que necesitaba? Le pregunté al

poema sin resolver.


Me respondió sin vacilar:

La función de nosotros, es no dar

ninguna respuesta. La ausencia

no es negación:


Un poema que se precie, no niega

ni promete; apenas si sugiere o

merodea zonas obscuras, con acceso

al desierto.


El resto es pura mampostería, los

poemas sabemos como prescindir

y también como exceder.


¿Hay preguntas que no pueden

formularse dentro del poema?


Negativo, se puede preguntarlo todo

sin proscripciones ni esperanzas.


Su propia esencia es un misterio

que nunca será revelado, como la

expansión del universo.


¿Puede expandirse el poema, sin

perder intensidad y atracción?


Sí, aunque es riesgoso: La expansión

descontrolada no tiene mucho futuro

en el poema ni atrae inversiones.


¿Cómo determinar si el poema es

bueno o malo?


La pregunta no es válida: somos

ajenos al sistema binario, y ningún

poema tiene por qué ser bueno o

malo pata todo el mundo.


Hay suficientes poemas aceptables

en el mundo: -aceptar-


lunes, 28 de noviembre de 2022

Paisaje con cadáver

 

(Aquino Lamas)

 

El cadáver seguía dudando

ante la pregunta requerida por los víveres

nativos bajo una luz parcialmente

mortecina.


El cadáver avanzaba hacia dios

-que es pura luz y todo lo ilumina-

avanzaba con decisión, pero

seguía dudando.


¿Serviría como víver, después de su paso

a mejor vida? ¿Sería capaz de liderar el

segmento?


Un cadáver no tiene mucho que perder,

observó el cadáver desde ese cuerpo

en avanzado estado y sin otras propiedades

que ofrecer.


Pero seguía dudando

¿Ahora era cuando?


Los víveres seguían naciendo

y gozando su condición provisional

-la reproducción de cadáveres nativos

es un recurso renovable-


La luz parecía querer extinguirse

pero aún vacilaba, aunque en forma parcial

-nadie quiere extinguirse sin un motivo

que lo justifique-


Sin duda, dios sabía lo que hacía, pensó

el cadáver, y nos dejaba hacer a sabiendas

de que estaba todo bajo control: El control

divino es perfecto y a la larga, prevalecen

los mejores ejecutantes.


Casi en penumbras, se dejó llevar por un

impulso desconocido sólo atribuible a una

fuerza superior.


Se fue desdibujando en la penumbra

ya avanzada: Sin duda, la paciencia

de dios no es infinita.


Pero la duda seguía ahí, abierta

ante los víveres nativos

esperando la ocasión.


domingo, 27 de noviembre de 2022

Familia tipo

 

(Pascual Rambler)

 

Sembré cizaña en la montaña,

planté un bejuco en mi conuco

y tengo un herbolario en el dispensario.


Compré un nerval para mi chacal

y una beluga para mi tortuga

-se autopercibe carnívora-


Salgo poco, mis gatos salen mas

pero no son de salir mucho.


Somos una familia interespecie,

cubrimos las necesidades con un

manto de piedad y gozamos de un

buen pasar entre todo lo que pasa.


Hay buena conexión y todos

respetamos los hábitos del otro:

bien podrían ser nuestros…


Algunos viven más, pero sabemos

que todos tenemos un lenguaje común

para la vida y para la muerte.


La convivencia no tiene muchos secretos,

a diferencia de nosotros, que hablamos,

secreteamos y a veces nos confesamos.


Ayer hablaba con un bicho bolita

de la familia. Le pregunté si era feliz:


Eso no se pregunta, hermano. Yo creo

que sí, pero a veces me embolo

como todo el mundo...


jueves, 24 de noviembre de 2022

Sobrepiques

 

(Teodoro Losper)

 

Acá no hay pique,

oyó decir a su coequiper

y ex compañero de equipo.


¿Y qué? Replicó Piqué.


Nada, que no hay pique hombre,

reafirmó el otro con la vista fija

en la inmovilidad del agua, que

se extendía en un mismo plano

a sus cañas y miembros paralelos.


Piqué no se inmutó, tenía experiencia

y conocía los distintos piques:

El pique es algo imprevisible, depende

de muchos factores y nunca se sabe

en qué resulta hasta que ocurre.


Sí, pero hace horas que no se mueve nada

y no parece que vaya a pasar algo…


Las cosas pasan cuando tienen que pasar,

y hay que contemplar que puedan, incluso

no pasar.


Tiempo perdido, con tanto que hay por

hacer…


Yo nunca fui de picar al vacío, pero tengo

una carrera hecha, una fortuna bien ganada,

las mujeres que deseo y además soy joven.

No me quejo, ni creo haber perdido el

tiempo. Este mundo es perfecto, para quien

sabe aprovecharlo. No todos somos Piqué,

pero siempre hay pique.


Está bien, pero ahora creo que no lo estamos

aprovechando, ya es una espera razonable…


No creo, pescar es una aventura; no sería tal

si hubiera un resultado seguro. En toda

aventura hay riesgo, azar, incertidumbre.

Allí reposa la emoción.


¿Qué emoción? Hace horas que estamos acá

mirando el agua, quieta como la muerte. Ni

el mar Muerto debe estar así…


Esa no es la actitud. Somos libres, estamos acá

porque queremos, nadie nos obliga a pescar

nada y ni siquiera lo necesitamos para comer.

Esa es la diferencia entre la aventura, el deporte

y el trabajo de quien depende de ésto para

subsistir. ¿Qué nos importa la pesca?

Aunque no pesquemos nada disfrutamos

esta libertad.


Es un poco aburrido para mi gusto, si al

menos hubiera pique…


El pique es como la gravedad: siempre está,

aunque no se vea. Y está en todas partes;

cuando menos se lo espera, aparece. Sólo

hay que estar disponible.


¿Y si picamos algo?


No sé, yo ya piqué.


martes, 22 de noviembre de 2022

Octópodos

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Palpito y palpo pulpas paralelas

como pulpo insolvente

al ojo del oyente creyente

el eco de un parpar ajeno

desde mi condición impar

sin otra culpa.


Cuento los pulsos y los pasos

que no doy sin detenerme

mas que para un ajuste de cuentas.


Siempre hay algo que ajustar:

Hay plazos, lapsos, vencimientos

y secuencias encadenadas que se

ajustan hasta arribar al colapso

terminal o peor aún: al pleonasmo.


El discurso rítmico conserva

las funciones y preserva los desvíos

propios del discurso patológico


(Hay nuevas aplicaciones disponibles

para desarrollar los recursos provenientes

de residuos patológicos)


Hay tentáculos que tientan el vacío,

pseudópodos de dios de libre

circulación que ofrecen sus tentaciones

al incauto.


Podría ser más auténtico

pero no tengo auto.


No permitas que nadie incaute

tu alma única a cambio de un señuelo:


Suéñalo tu mismo en salvaguarda

de tu alma soberana y sus miembros,

abraza el ritmo armado con uñas

y tentáculos nativos de tu propio

cultivo y disfruta sin límite este

pesudópodo poético.


Los cuerpos se desplazan, se inclinan

y perecen mientras el pulpo vacila

a pata ancha a una velocidad

distinta de cero.


Octópodos hay otros, pero no responden

a las consignas y se mantienen ajenos

a esta causa:


Dale tu mano al pulpo,

dale que te hará bien.


Un pulpo bien dotado es capaz

de abrazar cualquier causa.


Vuelvo a maniobrar sin éxito

como quien vuelve a ser manipulado

sin consentimiento: El sentimiento

no importa. Todo él declina hacia

el miembro, único, unigénito que todo

lo transforma y nos devuelve a lo

impalpable.


Vengo del lupanar y estoy en éxtasis,

más que conforme con mi nueva prótesis.


Luego pasé por la pulpería

a adorar a la pulpera, rubia y pulposa

que nunca será mía:


La propiedad es pura ilusión,

los cuerpos que emiten ilusiones

y se aferran con uñas y tentáculos

terminan mal, como cualquier mortal.


Pero el pseudópodo divino

progresa entre los pulsos

que miden el sentido como dios manda

desde su aguantadero superior.


Cuento los pasos que no doy,

oigo el impar parpar del papemor.


domingo, 20 de noviembre de 2022

El poema que pasa

 

(Remigio Remington)

 

El poema pasa indiferente

mientras pasás en limpio

los residuos de una hora sin

consumo registrable.


El poema pasa como si nada

por la comisura de los verbos

aún vigentes y ante el túmulo

de voces perdidas que merodean

el vacío acumulado.


El vacío nunca es completo

para el poema que pasa

con su carga novedosa

de vacío sin resolver:


Casi todo resuelve en el vacío,

salvo el vacío.

 

II

Acaso una oración precisa y afilada

venga a cerrar todo lo que falta

para que reine una certeza como ésta.


Una oración elevable y reproducible

tantas veces como no haga falta para que

sea justicia.


Una oración vacía puede ocupar

más tiempo que descifrar el sueño

de un gato abandonado,

que ahora se vuelve y nos mira, nos

mira a los ojos como sólo los gatos

lo hacen.


(No conviene sostenerle mucho la mirada

a ningún gato, aunque sea de tu propiedad:

tus propiedades son ajenas a los ojos del

gato; él siente exactamente lo contrario,

te cree parte de las suyas)


Con los gatos nunca se sabe, pueden pasar

de la indiferencia taciturna a la violencia

extrema en un segundo: como un poema.

 

III

Los poemas pasan por los ojos

al oído interno y viajan hacia los entresijos

de la mente, esa entraña misteriosa.


¿Por qué pasa el poema y no otra cosa?


Porque es parte del aire

que es parte del vacío

que es parte del poema que pasa

porque tiene que pasar.


Toda palabra es una parte aire

y otra de vacío: ahí yace la aspiración

poética (sin vacío no hay aspiración,

es su única condición de producción)


El vacío, brinda la libertad para que

cada uno ponga lo que quiera, si puede

(o lo que pueda, si quiere: Nadie está

obligado a leer la letra chica del vacío)


El poema pasa como si nada,

después, podría degenerar en algo mejor,

lo que no estamos en condiciones de

afirmar: estamos de paso por aquí.

 

 


 
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