(Nicasio Uranio)
Adopté una escolopendra,
no es una de las comunes.
Hace tiempo buscaba una mascota,
pero no me contentaba la oferta.
Necesitaba otra cosa:
No quería ser esclavo de mi mascota,
tener que sacarla a pasear, darle de comer,
cuidar, asear, desparasitar, vacunar…
Y estar pendiente de sus necesidades
fisiológicas, afectivas, psicológicas y
metafísicas.
No, y quería que además de su función
de mascota prestara alguna utilidad.
No necesitaba una compañía inútil
y demandante, para eso ya estaba yo.
Es venenosa, me advirtieron, pero
sólo con el enemigo externo: Un
servicio extra que mejora nuestros
sistemas de defensa.
No es una escolopendra común, repito.
Se trata de una escolopendrive:
Organismo genéticamente manipulado
para guardar y transportar archivos,
junto con otras aplicaciones.
Creo que fue una buena inversión:
Es mucho más que una mascota.
Rebosa utilidad este insecto, más allá
de su aspecto un tanto extraño, con
tantos miembros que sincronizar.
Fue una elección inteligente, elegir una
mascota no es algo menor, ni es cosa de
todos los días: Podría acompañarnos
hasta el fin de los nuestros, mal que nos
pese.
No adoptes peces, ni te dejes engatusar
con cualquier alimaña doméstica.
No adoptes, comprá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario