(Nicasio Uranio)
Pasión por las ventas,
leí en una ventana: el cartel
de una inmobiliaria que se
publicitaba a sí misma.
Con o sin pasión, uno tiene
que venderse a sí mismo, es
natural ¿Quién lo haría, si no?
La publicidad es una buena inversión
para quien no es capaz de venderse
solo.
Los políticos con aspiraciones
saben que deben invertir mucho
en publicidad para tener futuro.
Hay quien se apasiona con la política
y quien se apasiona con la publicidad
(los creativos suelen apasionarse)
Existen muchas opciones para
la práctica y desarrollo de la pasión.
Pero no es oro todo lo que reluce:
El oro conoce distintas calidades y
grados de pureza. No nos bañamos
en el mismo oro ni hay pasiones puras.
Hay pasiones altas, bajas, dudosas,
inconfesables y desconocidas:
Nadie sabe con qué pudiera apasionarse
hasta que lo hace. Algunas sólo pueden
ser cultivadas en secreto.
La fe es una pasión, y la pasión
un acto de fe. Pero no hay que confiar
en la publicidad:
Muchos venden una imagen apasionada
que es falsa; saben que eso vende, la imagen
tiene su valor en el mercado de pasiones y
una imagen vale más que mil palabras.
Pero detrás de la imagen, lo único verdadero
es la pasión por la venta y la ganancia,
tal vez la más popular.
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