(Antístenes Oquendo)
Aristóteles juraba que la función
del cerebro era evitar que el cuerpo
se recalentara.
Eran otros tiempos, no corresponde
juzgarlo con los valores de hoy
y el conocimiento disponible.
Aristóteles gozaba de una reputación
y del respeto de sus contemporáneos.
Nadie se animaba a refutrarlo, ni a
discutirlo.
Es cierto, que sin ningún desarrollo
tecnologico, el conocimiento estaba
reducido a la inquietud individual en
el ejercicio del pensamiento, según
la condición social y la capacidad
cognitiva del individuo.
Aristóteles juraba a quién quisiera
oirlo:
Eso es, tal vez, lo más singificativo.
El juramento tenía un valor: No sabemos
por qué juró, en esos tiempos en que aún
se discutía elnúmero de dioses y sus
distintos poderes y funciones, cuando
todavía era incipiente la conquista de la
división del trabajo.
Se valoraba el ocio, como recurso para
la producción de conocimiento y el
desarrollo del pensamiento filosófico.
Pero el desarrollo sin control, puede
llevar a emitir juicios peregrinos u
opinables. Más aún cuando el emisor
gozaba de prestigio.
¿Qué tan errado estaba Aristóteles?
¿Era un exceso ese juramento?
¿Se juraba de más en esos tiempos sin
control?
No podríamos afirmar tal cosa, pero
es probable que la reputación y el
respeto que gozaba entre sus compatriotas,
se le hubiera subido a la cabeza, recalentando
su cerebro.
En tal estado de excitación, las funciones
se descontrolan y se puede decir cualquier
cosa, y jurar por lo que sea.
Es probable que el cuerpo lo agradeciera.
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