(Amílcar Ambanos)
Como el reflejo de un pez
cojo que vacila,
pierde el pie en el poema
y pasa como si nada.
Si se observa en detalle,
detenidamente, hay un momento
en que los vértices confluyen
y hacen agua:
Ahí, todos somos peces de la misma
lechigada, aves del mismo chiquero:
un charco donde caben todas
las palabras y la vida abreva.
Mientras cada uno reclama su carnada
pasa cojeando el pez, como si nada,
ajeno a todo como el agua reflejada
en el poema que pasa,
como pasan todos los poemas.
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