(Senecio Loserman)
No te dejes representar
por otro.
Aunque te parezca confiable,
o incluso creíble, no te dejes
representar.
Estás en tu derecho, no permitas
que otro te represente, a no ser
que lo desees.
De ser así, revisa primero
los argumentos del deseo:
Algunos deseos pueden compartirse
(encontramos argumentos suficientes
para compartir lo que sea)
Pero ninguno es lo que representa,
pensalo.
No te dejes representar, no confíes
demasiado en palabras que puedan
compartirse.
Los seres verdaderamente libres,
no necesitan que los representen
ni representan a nadie.
No deslindes en otros
tu propia representación, pensalo
antes de la entrega.
No necesitamos ser representados,
los motivos de los representantes
son siempre dudosos.
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