(Dudamel Rambler)
Clasificar las huellas del pasado,
verificar la trazabilidad
del presente entre los nodos
encontrados, la vibración
embalsamada del amor, cuanto
más binario menos arbitrario
¿O no?
Segundos afuera, dijo una voz popular:
El amor, si algo es es binario (salvo los
amores imposibles)
Pero hoy disponemos de otras opciones,
terció un verificador tercerizado y
muy autorizado: Está el poliamor, más
amorfo pero más seguro y sustentable.
Eso estuvo demás, deslizó un colaborador
habilitado (aunque ante las dudas, la
autoridad arbitral debió recurrir al VAR)
Lo que siguió es aleatorio,
como la velocidad de un estímulo imprevisto
que desata una catástrofe, tan perfecta como
evitable (la perfección es algo evitable)
Había que tomar una medida ejemplarizadora
para restablecer el orden interno y poner fin
a tanta desmesura.
Un perfume superfluo y un trípode
vencido y olvidado, anunciaban la
ausencia del agrimensor, un hombre
añoso y anacrónico que bien podría
haberse retirado.
Pero el amor es más fuerte,
la vocación intensa y no tenía
los aportes suficientes.
Hay que creer en cosas pequeñas,
en pequeñas dosis,
dosificar la realidad de las aspiraciones
y esperar el dosaje.
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