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martes, 31 de enero de 2023

El Centauro y la crisis de identidad

 

(Carlos Inquilino)

 

Una crisis galopante afectaba

al Centauro, atravesándolo cual flecha

de doble sentido.


Si bien la desmesura le era natural,

no atinaba a conjurar la ambigüedad

del mundo sensible, ni la de sus propios

deseos: ¿eran los apropiados?


Un Centauro que se precie

es puro deseo incontenible y desbocado.


Pero el que tiene boca, tiene necesidades

y el orden de la necesidad puede ser tan

arbitrario como injusto.


Las necesidades encontradas

son un problema que no resuelve

en una respuesta única y taxativa.


El Centauro persigue la justicia

por naturaleza; no puede ir en contra

de ella ni puede hacer otra cosa:


Pero la naturaleza no suele ser justa:

(él sabe de paradojas más que cualquier

mortal) Los perseguidores de la justicia

siempre fueron perseguidos.



II

Más la sed no acaba, ni el hambre,

ni el deseo:


Vacila entre el pienso y la carne,

entre el agua y el vino,

entre yegua y hembra humana…


(Su sexo está en la parte inferior,

su mitad equina: alguna humana

podría apreciar su volumen generoso

y hasta adorarlo… Pero las mayorías

suelen rechazar la desmesura)


Una yegua es más segura, pensó.

Pero no siempre es mejor lo más

seguro, y no hay amor sin aventura.



III

El problema de la condición binaria

es que puede autopercibirse tanto de

un modo como de otro, pero siempre

hay algo que falta:


La justicia nunca es completa, no se

puede gozar en plenitud con un cuerpo

dividido.


Sin esperar a solventar la duda, aprovechó

la crisis y partió como una flecha doble sentido,

asido a su doble vara de mimbre y ectoplasma

con su miembro sin membrete dispuesto a todo:


¡A galopar! ¡A galopar!


Hasta enredarnos en la espuma auténtica

y autóctona.


Hay que librar esta batalla

aunque sea la última.


lunes, 30 de enero de 2023

Ciencias ocultas

 

(Tomás Mercante)

 

No sabía qué hacer

con mi producto bruto interno:


Si ponerlo a trabajar a futuro

con los valores de plaza


o desarrollarlo más para agregarle

valor e incrementar las utilidades

optimizando el rendimiento.


Había un problema:

Si agregaba valor, tendría que afrontar

el impuesto al valor agregado, lo que

reduciría mis márgenes.


Consulté a mi asesor financiero:


-No seas bruto, el IVA se descuenta, se

transfiere a la cadena de valor y nadie

lo paga hasta que llega al consumidor final:


ese que no agregó nada, justo ése, es el que

tiene que pagarlo.


Es un impuesto perfecto, una obra de arte.

La economía no sólo es una ciencia

y la madre de todas, es mucho más que

eso y tiene su parte creativa: Es Arte.


-Pero no es un poco injusto que el consumidor

final tenga que pagar por todo lo que ganaron

los agregadores?


-No, al contrario, es el precio que se paga por

ser el último en la cadena. Es un impuesto

pedagógico:


Nunca es bueno ser el último, salvo en

la fila de los condenados.


domingo, 29 de enero de 2023

El movimiento inercial

 

(Horacio Ruminal)

 

Algunos días parecen repetirse:

Hoy parece ayer, incluso.


Los días no se repiten,

no son nunca iguales ni intercambiables

aunque puedan parecer simétricos

e idénticos, o viceversa.


El intercambio, es sólo cuestión

de tiempo: no existe uno sin el otro.


Esta afirmación puede ser cuestionable

o discutible y hasta refutable:


Para cualquiera de estas acciones

hace falta tiempo.


El intercambio se produce todo el tiempo,

aún cuando no se perciba.


Para pensar ésto, o cualquier otra cosa,

es preciso invertir: Se invierte tiempo

que podría destinarse a otras actividades,

tal vez más útiles que cuestionar o discutir.


Determinar lo útil, la cantidad de utilidad

de cada acción posible, es un ejercicio común

y mecánico que se automatiza como algo

natural.


Si no fuera así, demandaría un tiempo

que se restaría a otras opciones que la

necesidad impone.


El tiempo es condición del movimiento,

como el espacio. Pero el movimiento

del tiempo no es circular, aunque las agujas

del reloj parezcan desmentirlo.


Mientras circulamos, consumimos tiempo

tanto como si no lo hacemos. Sabemos que

nada dejará de circular si nos detenemos:


Salir de este circuito no tiene ningún sentido;

siempre habrá que volver, es como un

círculo vicioso.


El movimiento inercial ahorra muchos

contratiempos y nos brinda la oportunidad

de aprovechar mejor el tiempo, que es lo

más valioso que tenemos disfrutando con

continuidad nuestra vida útil

y asumiendo su valor inmanente

y descartable.


Un día, solo es igual a sí mismo:

No habrá otro igual, aunque hagamos

exactamente lo mismo.


Lo único que se repite

es el movimiento inercial:


Adoptarlo es muy sencillo

y es el más seguro para esperar

el día, la hora, o lo que haya que

esperar.


viernes, 27 de enero de 2023

Detrás del vidrio

 

(Abel A. Borda)

 

Un conato de sombras insurgentes

rozan airosas el filo de la ley


Un desafío para cualquiera de las partes


Era para pensarlo, pero otras leyes

ya desfilaban rozagantes

ante la mirada absorta del abrojo


mientras el lector orgánico, sumido

en la absorción que demanda la lectura

permanece ajeno al paso de la presente

fractura


(En caso de emergencia, romper todos

los vidrios del poema)


jueves, 26 de enero de 2023

No nos habíamos amado tanto...

 

(Aquino Lamas)

 

Había naufragado en todos

mis proyectos, las aspiraciones antiguas

se reducían ahora a una mínima expresión.


Eso no me alteraba, no me sentía

fracasado ni vencido.

La soledad tiene un costo, pero también

su costado interesante:


Nos torna más profundos, reflexivos,

y acaso más sabios:  Un náufrago 

no tiene nada que perder.


Me sabía capaz de todo; siempre lo supe,

aunque nadie compartiera ese conocimiento:


Una verdad, no necesita ser compartida

para ser tal.


Tomé un sertal, para aliviar la digestión

de todo lo que hay que metabolizar

en este mundo arbitrario y decadente,

y conciliar el sueño de los justos.


No sé si fue justo en ese momento,

es poco lo que recuerdo:


Volvió una noche, no la esperaba.


-No sé para qué volviste, yo ya me iba

a acostar.


-Andaba cerca y me acordé que me había

dejado un libro que quería volver

a leer: El arte de amar.


-Ahí debe estar, buscalo. Yo lo leí hace

décadas, varias veces lo leí:

No sirve para nada, el arte no se

enseña, y el amor menos.




El amor, la única esperanza

 

(Helena Mora) 


Cuando el amor nos guía

no hay nada que temer

ni necesidad de buscar otras

verdades.


Es difícil amar todo siempre,

pero quien sepa distinguir,

discriminar lo verdadero, suele

cosechar sus frutos y saborear

el valor de su trabajo.


Entiende, al fin, que el amor

es un trabajo: el único esencial

y bien trabajado rinde frutos.


Es mejor reconocerse amable,

aún cuando no nos reconozcan.


(Ésto pensaba el poeta G. B.

mientras hisopaba un cadáver prójimo

que yacía entre otros residuos patológicos)

miércoles, 25 de enero de 2023

Almas al viento

 

(Asensio Escalante)

 

Volvió el viento

pero no me amedrento

porque lo conozco


pensaba el alma que pacía

entre unos ceros más que sinceros

(aunque algo binarios)


Hay vientos más intensos,

pero en esencia son todos iguales:

siempre están de paso

y son siempre los mismos.


A lo sumo pueden cambiar el paso.


Un cuerpo puede oponer

cierta resistencia al viento

según su densidad, peso y volumen.


Ellos tienen sus tiempos,

pero sólo pueden ser en el espacio.


Un alma no necesita mucho espacio,

o tal vez ninguno: Puede entrar y salir

(sin ser notada)

de un cuerpo cualesquiera dado

 

y no pesamos más de 30 gramos.


lunes, 23 de enero de 2023

Paisaje nocturno

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Estaba todo cerrado

al bajar del cerro:


casas, esfínteres, compuertas

y bocas de expendio.


Todo había cambiado,

era noche cerrada:

nadie se aventuraba en la avenida

y adyacencias, a ambos lados

circulaba un aire muerto,

aunque obscuro.


Con la visión reducida por

la obscuridad pronunciada

era casi imposible dar un paso

y no tropezar con otra sombra.


¿Estamos solos?

Nos preguntábamos en silencio

sin vernos, adivininando el parpadeo

de un par.


No nos amedrentamos:

En la obscuridad se ven los hombres.

Confiábamos en nuestra condición

viril como buenos miembros, sanos

y dispuestos.


Había que descargar tensiones.

Tanteando, busqué el cierre relámpago

de mi bragueta, pero no lo encontré,

tan cerrada era la noche…


Ya iba a aparecer; nada desaparece

para siempre.


Con el tiempo, nos acostumbramos

a ver en la oscuridad y todo vuelve

a ser un juego de niños:


Hasta que desaparece.


domingo, 22 de enero de 2023

Con el verano ya estallado

(Tomás Lovano)


Estaba solo cuando se insoló

Nunca le había pasado

eso de insolarse


(ni solo, ni compartiendo el sol

con otros prójimos)


El sol siempre está, y suele ser

impiadoso con los imprudentes

que osan desafiar sus rayos,

solazándose sin protección

ni criterio


El de la mañana es bueno, pero

al mediodía el sol se hace malo.


Aunque sólo en verano: el sol

de invierno es mucho más confiable

y amigable. Pero en invierno no

se veranea, no hay bañistas que se

le asomen al sol:


Muchos son reacios porque no quieren

estar solos, o no saben compartir el sol

en soledad.


Al sol no le afecta la soledad.


El rayo solar está dividido,

como cualquier sujeto; hay infrarrojos

y ultravioletas, unos beneficiosos y otros

no: Nada hay del todo bueno, ni malo.


El sol no es bueno ni malo,

es apenas necesario y es muy antiguo

como para ponerlo en duda.


No es del todo sólido, ni líquido

o gaseoso: es más bien dudoso,

pero es pura combustión como

cualquier cristiano, bañista

o aspirante.


Estaba solo cuando se insoló:

Se insoló solo por no saber compartir

el sol con moderación (ahora merodea

en las sombras, esperando recibir la

solidaridad de otros insolados para

superar los efectos secundarios de

insolarse solo)

El ahorro forzoso y el error no forzado

 

(Dudamel Rambler)

 

            “la conciencia me sirve

              de gusano” Quevedo



No lo hagas, sin asegurarte:

me dijo la voz de la conciencia.


Entonces vacilé, comprobé que no

estaba seguro.


No hagas nada, podría ser un error

con consecuencias inciertas. Tal vez

no te alcance la vida para arrepentirte.


(Todos los errores tienen consecuencias,

tan inciertas como imprevisibles; algunos

pueden evitarse, es el caso del error no

forzado) Me ilustró la conciencia.


Algunos no oyen su voz, sea por falta de

ilustración o por tenerla en un volumen

muy bajo, o sin sonido.


Tal vez se sientan más libres sin su voz.


Ella suele aconsejar, aunque puede ser

arbitraria y dictar o emitir órdenes.


Sin embargo, despreciarla puede resultar

peligroso; hay mucha incertidumbre

dando vueltas:

Es mejor circular a conciencia.


Por suerte soy consciente, mantengo una

conciencia activa y bien articulada, que

me sirve como ángel de la guarda

ahorrándome los contratiempos del error

no forzado, a la hora de las decisiones.


No me puedo quejar,

nunca hice nada significativo hasta ahora,

pero llegué al último segmento de la vida

con la conciencia tranquila:


No tengo casi nada de qué arrepentirme.

(Se oyó decir ante el espejo el gusano

sano)



viernes, 20 de enero de 2023

Economía del conocimiento

 

(Monopsonio Fernández Holding)

 

El conocimiento se puede producir,

adquirir, obtener, incorporar

y negociar.


Pero no deja de ser un insumo productivo.

Las industrias del conocimiento invierten

mucho, y apuestan a recuperar la inversión

con creces:


El crecimiento es algo natural, como deseo

objetivo y aspiración.


El lucro no es una necesidad vital

contemplada por el Orden Natural,

pero es lo que sostiene e impulsa la actividad

productiva y la producción de conocimiento,

que hace posible la evolución:


Sin lucro, no hay evolución. Si la hubiera,

sería insignificante y sin ningún valor.


La producción de conocimiento tiene un

costo: hay que asumirlo, incorporarlo,

asimilarlo y amortizarlo.


Para que la producción resulte sustentable,

el conocimiento debe ser útil -Sin utilidad

no hay valor- y producir utilidades que

excedan su costo de producción.


II

El conocimiento se puede producir

y se puede adquirir, se puede transferir

y traficar.


Hay quienes gozan produciendo

y quienes gozan adquiriendo

y quienes gozan negociando.


El goce es soberano y no se negocia.


“Hay que asimilar la distorsión

y devolverla multiplicada”

(Leónidas Lamborghini)


Energía positiva

 

(Aparicio Custom)

 

Estaba lleno de energía, una carga

desbordante que no era algo frecuente

en mi.


No me dejé llevar por el impulso

inmotivado, y me llamé a la reflexión:


¿Es bueno o es malo?


Las preguntas son un buen punto de

partida para el desarrollo de un

pensamiento elaborado y fructífero,

bien estructurado y con una lógica

convincente y superadora.


Hay energía positiva y negativa,

respondí adoptando una posición

neutral.


Disponer de más energía de la necesaria

puede significar un problema, como todo

exceso: nos gobierna la ansiedad, la

incertidumbre y el desasosiego…


Correcto, intervino mi coaching ontológico.

¿Usted está conforme con sus logros, es

decir, con todo lo que consiguió hasta ahora?


-No, no podría estarlo: nunca conseguí nada.


¿Eso es bueno o es malo?


-Bueno, tengo mis dudas…


¿No se siente capaz, no se autopercibe?


-Todo lo contrario, yo me siento capaz de todo.


Bien, entonces está en condiciones de competir…


-Afirmativo, creo que estoy diseñado para eso.


Entonces, es para agradecer: Ud. goza de ese

estado competitivo gracias al estímulo que

representa no haber conseguido nada todavía,

lo que no es poco.


-Es verdad.


Hay que ver el lado positivo, es lo que nos ayuda

a crecer y aprovechar las oportunidades.


-Bueno, hace mucho que abandoné la edad de

crecimiento…


Es una metáfora, no sólo el cuerpo crece.

Gozar de un estado competitivo y una energía

desbordante no es poca cosa ¿Qué mas puede

pretender alguien sensato y sano en los tiempos

que corren?


-En fin, hay algunas cosas que…


No, no tiene sentido profundizar ni detenerse;

esa inquietud por el exceso de energía, es algo

tan natural como positivo: Se trata de lo que

se conoce como “crisis de crecimiento”


Es para celebrar, las crisis son oportunidades

de crecimiento y usted no para de crecer,

esa abundancia interna debiera ser motivo de orgullo. Sólo hay que trabajar un poco la autoestima.


Adultos mayores: las oportunidades de la especulación

 

(Germán Singerman)

 

No sabía especular,

se especulaba.


Nadie nace sabiendo

ni especulando: no hace falta

saber, con nacer alcanza.


Después, el tiempo hace lo suyo

(otra cosa no sabe)


Un día, recogiendo la información

acumulada de la realidad externa,

uno especula: soy un viejo.


Se reconozca o no, percibe ese

reconocimiento especular.


II

Los viejos, es sabido, se vuelven más

y más huraños; viven en su mundo,

cada vez más ajeno y se refugian en

la vida especulativa.


No hacen mucho más que especular,

a cada paso, cada movimiento, calculan

primero los peligros, las ventajas del

peligro.


El propio cuerpo ya no es confiable,

es casi un enemigo. Menos aún, los

otros: ellos tiene sus ritmos, que son

otros, como el tono de sus voces.


III

A los viejos no se los puede dejar solos,

no es seguro (Ellos no están seguros ni

cuando están solos)


Entonces especulan: especulan sobre

los espacios que aún pueden ocupar

y sobre el tiempo que les resta para

aprovechar esa energía residual

y especular.


Tienen sus propios tiempos, sus

movimientos se enlentecen, son

morosos, vacilantes.


Cualquier cosa que hagan les

lleva más tiempo. Ellos lo saben

y lo aceptan con resignación: no

hay margen para la especulación.

 

No hay mucho que puedan hacer,

algunos escriben sus memorias,

otros especulan que es mejor 

olvidar todo lo mejor posible.

 

El tiempo, al fin, quizás no sea

más que pura especulación.


martes, 17 de enero de 2023

La realidad: lectura correcta

 

(Abel A. Borda)

 

Para acceder a una lectura correcta

de la realidad, hay que contar con una

cantidad de lecturas ajenas a ésta.


Conocer las distintas realidades que

confrontan en el espacio y tiempo

que ocupamos, y en otros, permiten

desarrollar una visión más amplia y

objetiva.


Para hacer una lectura propia

de la realidad histórica, hay que

contar un número de lecturas ajenas.


Tampoco conviene enajenarse demasiado

en la lectura y perder de vista la realidad.

Eso impediría interpretarla en forma correcta,

entenderla y mantenerse actualizado:


La realidad es cambiante.


Las lecturas ajenas nos enriquecen,

revelándonos que existen otras realidades

para elegir. Poder elegir es esencial para

el cultivo y desarrollo del pensamiento

propio:


Hay bastante para elegir, y podría haber

más de lo que sabemos. Casi siempre

se está en condiciones de elegir: es preciso

conocer todas las opciones y ser capaz de

hacer una buena lectura de ellas.


Hay capacidades naturales y adquiridas,

que se adquieren con la práctica, con la

práctica teórica y con la práctica de la

lectura.


(La lectura estimula el pensamiento; los

mecanismos asociativos promueven la

actividad neuronal haciendo brotar nuevas

ideas, tanto como obtener respuestas que

requieren cierta elaboración y entablar un

discurso bien tramitado y fundamentado

que denote un pensamiento propio)


Pero hay un obstáculo: el tiempo.


Nadie puede leerlo todo, y no todas

las lecturas producen el efecto deseado,

ni el mismo: Hay que ser selectivo.


Sólo quien elija las lecturas correctas

podrá ostentar un pensamiento propio

y obtener una lectura correcta de la realidad,


aunque nadie la comparta.


Horizonte luminoso (versión descartada)

 (Esther Miño)


¡El horizonte está en llamas, Padre!


-No temas, hijo, no es para preocuparse.

El horizonte es incombustible, como nuestro

Creador, y nunca dejará de estar donde lo ves.

Sólo debes temer a Dios.


Pero ahora no se ve, en cambio hay fuego…


-El fuego es creación divina, como todo lo

que nos rodea, y es purificador como el viento.

Luego se aplaca y quedan cenizas: un buen

abono para que todo brote y reverdezca como

la fe.


El viento puede avivar el fuego, expandirlo y

traerlo hacia acá; si nos rodea estamos perdidos…


-No temas, hijo, debe ser una quema de pastizales.

Nuestros hermanos del agronegocio cultivan esta

práctica. Queman malezas y bosques nativos para

extender la superficie de tierras cultivables y

producir valores, necesarios para el desarrollo.

Sólo estaremos perdidos si perdemos la fe.


¿Qué desarrollo, Padre?


-No debemos pecar de impacientes, hijo. El plan

Divino es perfecto y el desarrollo sustentable es

parte de él, todo lleva su tiempo, puede haber

dificultades como esta sequía que precipita el

fuego, pero confiamos en este monocultivo

bendito. Nadie podrá apagar la llama de la fe.


¿Qué fe?

domingo, 15 de enero de 2023

Mesianismo Histórico y Mesianismo Dialéctico

 

(Amílcar Ámbanos)

 

El mesianismo ya no es lo que era.

Hoy nadie espera casi nada,

los tiempos se reducen, los vencimientos

apuran la necesidad de respuestas rápidas

o urgentes.


Las oportunidades pasan a una velocidad

que se acelera, superando los ritmos

ontológicos normales, que ya no son los

naturales.


Los mesiánicos de otrora, aquellos pioneros

en el desarrollo de la ilusión y la gestión de

las empresas de la fe, vivían en armonía

con el mundo y eran seres serenos:


Descontaban que el tiempo los acompañaba

y estaba a su favor.


Las actividades contemplativas

eran contempladas como algo

saludable y natural.


La violencia quedaba restringida

a algunas disciplinas deportivas, los

espectáculos con animales y la defensa

de la propia fe ante las hordas paganas

y salvajes: el verdadero enemigo.


Sólo una causa justa, como la fe

justificaba tomar las armas

y recurrir a la violencia para restablecer

la calma y seguir esperando.


Luego, con el paso de los siglos

y las confrontaciones históricas

conocidas, la evolución alumbró

otra forma de fe y una nueva esperanza:


Los nuevos creyentes creían

en la Historia: sus propias leyes

harían precipitar todas las condiciones

para resolver en un futuro de paz

y bienestar donde nada podría hacer otra

cosa que prosperar.


Esta fe, tampoco dio los frutos esperados

y si bien cobró muchas vidas, como todas

las otras, la esperanza acabó desvaneciéndose.


Mesianismo era el de antes.

Eran otros tiempos: Había tiempo para esperar.

Hoy no se puede esperar mucho;

nadie espera casi nada, el tiempo apremia,

hay otras urgencias, vigencias y vencimientos.


No podemos perder el ritmo; tal vez no se

recupere.


Aunque aún quedan algunos inadaptados

que resisten, desde sus aguantaderos anacrónicos:


Siempre esperan más, así les va...


Peinando dudas

 

(Ricardo Mansoler)

 

Otra vez no me peiné,

tengo la duda:


Me toco la cabeza -no hay

espejos acá afuera- y dudo.


Me miro en la pantalla apagada

del celular: mi reflejo es dudoso.


Podría hacerme una selfie, pero

nunca lo hice y no es una causa

que lo amerite.


¿Qué cambiaría no estar peinado?


Puedo conservar la duda

por un tiempo, entre tantas no se

va a notar.


No tengo pensado salir, hoy es domingo

-y aunque no lo fuera, no tendría por

qué hacerlo- No necesito nada de afuera.


Estoy afuera por el calor. Por suerte

en esta casa que no es mía, hay un

afuera: superficie no cubierta. Y un

árbol con su sombra imperfecta, pero

aprovechable; no me quejo:


Hay gente que no tiene ni un árbol,

ni un peine, ni una casa impropia.


En casa nadie va a notar si no estoy bien

peinado o peinado sin adjetivos; somos

muy pocos y casi ni nos miramos. Nos

conocemos lo suficiente como para estar

pendientes de esos detalles banales.


Ya otras veces me pasó olvidar peinarme

y nadie lo notó: sólo yo, y cuando ya era

tarde.


Todo peinado es provisorio, más allá del

esmero y la dedicación que se le dispense.


No sé la edad de mi peine, son muchos

años y eso supera mi memoria. Pero se

conserva en buen estado y perfectamente

podría sobrevivirme.



jueves, 12 de enero de 2023

Reír

 

(Senecio Loserman)

 

Yo no me río,

pero puedo hacer reír.


Hacer reír a otros

es más fácil que hacerse

reír a uno mismo.


La risa es una emisión dudosa,

necesita del otro para ser aceptada

como normal: podemos compartirla

hasta con el enemigo.


¿es un sentimiento, o sólo sensación?


Esto decía un cómico reconocido:


No sé si era una vocación, pero

es lo único que pude desarrollar.


No todo es cuestión de vocación,

supongo que debe haber suficientes

y sin embargo todos hacemos muchas

cosas que nada tienen que ver con

ninguna casi siempre.


No es para reírse.


No sé si tengo la vocación que merezco.


Yo no me río, ni cuando estoy solo.

 


miércoles, 11 de enero de 2023

Segundas lecturas

 

(Aquino Lamas)

 

Todavía me encuentro actual

al leerme.


En la actualidad, casi no me leo:

guardo cierto rechazo a la lectura

auto referencial.


Prefiero leer a otros, en especial

a aquellos que nadie lee.


Hay muchos que sólo se leen

a sí mismos, incluso cuando

leen a otros. Hay otras formas

de leer, y de leerse.


Hay gente que tiene muchas lecturas,

pero no difieren demasiado (como si

hubiera una única lectura a la que siempre

vuelven: son fieles)


Yo tengo una cantidad discreta, no soy

un gran lector. Es posible que lo que

escribo tenga más lecturas.


martes, 10 de enero de 2023

El ruido deseado

 

(Remigio Remington)

 

¿Tenemos los ruidos que deseamos?


¿Tienen tus deseos el sonido que merecen?


¿Qué pasa al merecer una forma inalcanzable?


¿Y si no se merece ni siquiera el eco del sonido

ido?


¿Qué pasa al merecer?


¿Qué, con lo que merecimos al pasar?


¿Estamos a la altura de lo que merecemos?


¿Creemos lo que merecemos?


¿Cuánto ruido es preciso no desear

para merecer otro sonido?


¿En qué momento el deseo convirtió ruido

en sonido?


Ahora, el sonido se fue en silencio:


¿Mereceré este silencio? ¿O era otro?


Esta pregunta me hace ruido, pero es

un ruido conciliable, casi admisible,

casi aceptable.


Jack de corazones

 

(Aparicio Custom)

 

Diez corazones tiene la lombriz

de tierra (las otras no se sabe)


Nosotros nos arreglamos con uno,

más desarrollado y altamente

organizado. También más grande,

aunque proporcional, por lo común

al cuerpo.


Un corazón muy grande es peligroso,

el aumento de su volumen puede ser

el signo de una disfunción o patología

(No todo crecimiento es auspicioso)


Las patologías del corazón

no se contagian por contacto estrecho,

pero una vez detectadas hay que tomar

ciertos recaudos:


No tenemos más que uno.


Si bien ha habido casos de reemplazo

exitoso por uno ajeno, natural o artificial,

existe siempre el riesgo del rechazo:


Conviene conservar el propio en condiciones

aceptables. No pocas veces rechazamos algo

sin saber por qué.


Si fuéramos lombrices, podríamos prescindir

de alguno, o entregar un corazón a algún

necesitado. No sabemos si hay lombrices

solidarias, la lombriz solitaria no lo parece.


También ignoramos si las lombrices

tienen hijos del corazón: hay bastante

literatura del corazón y no tanta de lombrices.


¿Serán felices?


Difícil de averiguar, pero tengo una corazonada:

Si con un solo corazón a uno le cuesta ser feliz

no quiero pensar en la pobre lombriz, con diez

y a veces once.




domingo, 8 de enero de 2023

Hijos únicos del deseo ajeno

 

(Carlos Inquilino)

 

El deseo no exige

más de lo que promete,


Luego se pierde

como un hijo natural

que sólo puede abandonarnos.


Hijo único, cuya procedencia

desconoce y vuelve a ser desconocida:


Siempre vuelve

el hijo no elegido.


El deseo es hijo de la Pérdida,

escribió un poeta conocido


¿Conocido?


No coincido, no hace falta conocer

demasiado para reconocerse en algún

poema perdido.


Es natural que me apropie:

¿Hay algo más natural?


Basta el deseo, que es hijo de la pérdida.

Cada uno es libre de apropiarse de lo que

pueda.


La culpa no muestra signos de arrepentimiento,

e hijos únicos hay tantos

como deseos truncos con descendencia.



viernes, 6 de enero de 2023

El poema equivocado

 

(Remigio Remington)

 

Estaba escribiendo el poema equivocado.

Al percatarme, dudé entre avanzar o

desandar camino y corregir el rumbo.


Hay que terminar lo que se empieza,

dijo la voz de la conciencia.

Intenté completarlo, pero fracasé.


Sin resignarme más de lo normal,

me concentré en un punto luminoso

de mi alma (toda alma tiene alguno)


y acepté: el error está en la aspiración;

yo no podría hacerlo mejor, sólo Dios.


Algo se iluminó: Ví a Dios caminando

sobre el agua, paciendo entre los frutos

del mar y multiplicando púbises de peces.


Sólo El es capaz de multiplicarlo todo,

y más, en cualquier condición, y más

allá de la justicia del producto.


Los submúltiplos de la Función Divina

sólo podemos agradecer, formar rebaños

y pueblos elegidos, confiando en la

bacteria primordial, madre de todo lo

animado.


No me animé a dirigirle la palabra;

no hizo falta:


Con su conocimiento infinito, iluminó

mi entendimiento con un halo de su luz

gestante de verdades:


El equívoco, lo ambiguo, son un bien;

algo constitutivo de todo lenguaje

humano que hace posible la duda

y la sana expansión de todo vacilar.


No pude agradecer, me urgía la necesidad

de volver a contemplar el poema

equivocado y completarlo.


jueves, 5 de enero de 2023

Accidentes naturales

 

(Aquino Lamas)

 

Salí del pozo

y volví a mi pocilga


Ahí estaba

como la había dejado


Me volvió el alma al cuerpo

al incorporarme a ella

y repasar cada detalle

en las comodidades de su

historia decadente


Recordé:

acá se me cayó el último diente

Y ahí estaba todavía

todavía está


Hay que salir del pozo

y olvidar los contratiempos:

El pozo es sólo un accidente


Volví a mi pocilga y recuperé

aquel sentido de pertenencia


Siempre se vuelve al primer amor,

después está el olvido


Mi alma no se contentaba

con haberla perdido.


miércoles, 4 de enero de 2023

La mentalidad ganadora

 

(Pascual Rambler)

 

Equipo que gana no se toca,

nosotros ganamos y ganamos;

no nos cansamos de ganar

y nunca nos tocamos,

ni nos dejamos tocar.


Alguna vez no ganaremos,

alguna vez nos va a tocar,

no se puede ganar siempre:

Hay que estar preparado


(Nunca nadie ganó siempre,

casi nada es para siempre)


Pero venimos ganando

y aspiramos a más. La mentalidad

ganadora nos impulsa a lo más alto

y a repetir la fórmula del éxito:


Jugamos a un toque, con velocidad

y precisión, forzando el error del otro

y atentos a aprovechar el error no

forzado que suele ser inevitable.


Creemos en el equipo, equipo que gana

no se toca.


Sabemos que alguna vez nos tocará

caer, pero la mentalidad ganadora lo

contempla y nos dispone a aceptar y

asumir la derrota con dignidad:


Un accidente ocasional no podrá mermar

nuestra confianza en el equipo y

su destino de grandeza.


Estamos preparados para todo,

venimos ganando y vamos por más:

La mentalidad ganadora nunca se conforma,

siempre nos repetimos: ¡Vamos, que todavía

no ganamos nada!


El hambre de gloria está intacta, nuestra fe

crece y se renueva, a diferencia del equipo,

que crece pero no se renueva:


Equipo que gana no se toca.


Hasta ahora la fórmula funciona, cuando llegue

el día en que nos toque caer y conocer el polvo

de la derrota, ahí nos vamos a tocar sin asco…


Y es probable que el entrenador meta mano

en el equipo, también.


lunes, 2 de enero de 2023

Los valores correctos: la lucha

 

(Aparicio Custom)

 

Lo único que justifica la lucha

es la defensa de los valores.


Los nuestros no son gran cosa,

pero los de ellos son mucho peores.


Lo más valioso que tenemos, puede

que sea nuestra convicción y capacidad

de lucha. Estamos convencidos:


La lucha incrementa nuestro valor

y produce otros valores.


La producción de valor es capital

para obtener sentido y superar los

contratiempos. El tiempo invertido

en luchar, casi nunca es tiempo

perdido.


El presente es de lucha, y el futuro también,

como lo fue el pasado:


A menos que abandonemos y asumamos que

nuestra lucha fracasó, aceptando las condiciones

que impone el enemigo.


Sabemos que el fracaso es el mejor maestro,

que lo que aceptamos nos transforma y lo que

negamos nos paraliza. Pero hay cosas que no

podemos aceptar (aunque podríamos compartir)


No bajamos las banderas ni abandonamos

la lucha. La verdad es una e indivisa.


Nos mueve un sentimiento indeclinable,

nos impulsa el amor, en su versión más pura:


el amor a la divisa es el único que perdura.


Dónde está mi gato

 (José Luis Greco)


Todos tenemos un gato

en la casa, en la memoria, en el alma

o al menos en el deseo.


¿Quién no deseó la libertad del gato

que entra y sale por cualquier hendija,

se sube a todas partes y se aventura a

recorrer las noches y los techos de

este mundo?


Luego vuelve, se estira y se relaja;

tal vez desaparezca en alguna de sus

camas -tiene muchas- y siga relajándose

hasta el sueño: Nadie sueña tanto como

un gato.


El material de sus sueños es un misterio

para nosotros, que sólo conocemos los

nuestros.


Mi gato me estaba mirando cuando empecé

a escribir, afuera y hace un rato.


Ahora duerme, adentro, en mi cama que es

una de las suyas.


Tal vez esté soñando el sueño de los justos,

o sueñe con aromas y sonidos que sólo ellos

perciben. O sueñe con otro gato, su hermano

de la vida que ya no está con nosotros…


Nunca sabremos lo que sueña nuestro gato,

es posible que sueñe que no es un gato.

 
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