(Monopsonio Fernández Holding)
El conocimiento se puede producir,
adquirir, obtener, incorporar
y negociar.
Pero no deja de ser un insumo productivo.
Las industrias del conocimiento invierten
mucho, y apuestan a recuperar la inversión
con creces:
El crecimiento es algo natural, como deseo
objetivo y aspiración.
El lucro no es una necesidad vital
contemplada por el Orden Natural,
pero es lo que sostiene e impulsa la actividad
productiva y la producción de conocimiento,
que hace posible la evolución:
Sin lucro, no hay evolución. Si la hubiera,
sería insignificante y sin ningún valor.
La producción de conocimiento tiene un
costo: hay que asumirlo, incorporarlo,
asimilarlo y amortizarlo.
Para que la producción resulte sustentable,
el conocimiento debe ser útil -Sin utilidad
no hay valor- y producir utilidades que
excedan su costo de producción.
II
El conocimiento se puede producir
y se puede adquirir, se puede transferir
y traficar.
Hay quienes gozan produciendo
y quienes gozan adquiriendo
y quienes gozan negociando.
El goce es soberano y no se negocia.
“Hay que asimilar la distorsión
y devolverla multiplicada”
(Leónidas Lamborghini)
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