(Aparicio Custom)
Lo único que justifica la lucha
es la defensa de los valores.
Los nuestros no son gran cosa,
pero los de ellos son mucho peores.
Lo más valioso que tenemos, puede
que sea nuestra convicción y capacidad
de lucha. Estamos convencidos:
La lucha incrementa nuestro valor
y produce otros valores.
La producción de valor es capital
para obtener sentido y superar los
contratiempos. El tiempo invertido
en luchar, casi nunca es tiempo
perdido.
El presente es de lucha, y el futuro también,
como lo fue el pasado:
A menos que abandonemos y asumamos que
nuestra lucha fracasó, aceptando las condiciones
que impone el enemigo.
Sabemos que el fracaso es el mejor maestro,
que lo que aceptamos nos transforma y lo que
negamos nos paraliza. Pero hay cosas que no
podemos aceptar (aunque podríamos compartir)
No bajamos las banderas ni abandonamos
la lucha. La verdad es una e indivisa.
Nos mueve un sentimiento indeclinable,
nos impulsa el amor, en su versión más pura:
el amor a la divisa es el único que perdura.
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