(Carlos Inquilino)
El deseo no exige
más de lo que promete,
Luego se pierde
como un hijo natural
que sólo puede abandonarnos.
Hijo único, cuya procedencia
desconoce y vuelve a ser desconocida:
Siempre vuelve
el hijo no elegido.
El deseo es hijo de la Pérdida,
escribió un poeta conocido
¿Conocido?
No coincido, no hace falta conocer
demasiado para reconocerse en algún
poema perdido.
Es natural que me apropie:
¿Hay algo más natural?
Basta el deseo, que es hijo de la pérdida.
Cada uno es libre de apropiarse de lo que
pueda.
La culpa no muestra signos de arrepentimiento,
e hijos únicos hay tantos
como deseos truncos con descendencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario