(Virtudes Amarante)
La luz es líquida como
el amor que consumimos
en la oscuridad.
Pero puede incorporarse
a volúmenes más o menos
sólidos, insolventarse y arrojar
a futuro un buen pasivo.
El pasivo puede licuarse o absorberse
como la luz, a una velocidad crucero
distinta de cero.
Nuestros cuerpos pueden capturarla,
conocerla, conservarla, tomar fotos
y transformarla en pasado o energía.
Pero son incapaces de fotosintetizarla,
como lo hace el más elemental de los
organismos vegetales.
Seguimos dependiendo de ellos, a pesar
de nuestra condición superior
en continua evolución.
Ellos dependen de la luz natural,
y nosotros de su capacidad de capitalizarla
y extraerle utilidad:
Si se hizo la luz, que al menos
sirva para algo.
Pero nos resulta más segura la luz artificial,
siempre disponible para prender y apagar,
con sólo pagar la tarifa.
La otra no es tan líquida, por eso las plantas
no conocen el amor, ni sabrían cómo
cnsumarlo ni consumirlo.
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