(Periferio Gómara)
Vengo de concomitar y estoy en éxtasis.
-Perdonemé, entiendo que cada cual es
libre de excitarse con cualquier cosa
para alcanzar el éxtasis, pero lo suyo
me parece dudoso.
-Creamé, no tendría por qué mentir.
-No, a usted le creo, lo que me genera
dudas es el verbo.
-Bueno, podemos dudar de todos los
verbos, si es por eso.
-No sé, concomitar me suena un poco
intransitivo.
-No lo había pensado, pero uno transita
las sensaciones propias como puede, o
como quiere, y no hace falta pensar para
concomitar, ahora que pienso.
-Eso lo puedo aceptar, pero de ahí a
asociarlo al éxtasis me parece un exceso.
-El éxtasis es exceso en estado puro, no
hay un éxtasis mesurado, y concomitar
es uno de los verbos más humanos (ningún
otro animal concomita) y está asociado a
todos los excesos humanos.
-Sí, es cierto, acaso acusemos un exceso
de concomitancia. ¿Usted hace militancia
de la concomitancia?
-No, no milito, sólo concomito para mi. Pero
hay excesos que no pueden evitarse.
-Perdonemé, no soy quien para cuestionar
el éxito de su éxtasis.
-El éxito no se cuestiona, no se preocupe,
de un modo u otro todo concomita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario