(Elpidio Lamela)
Era un poema capcioso,
pero pasó inadvertido
porque nadie lo captó:
Creyeron que era sólo
un poema, algo dudoso
como tantos, pero no
mucho más que eso.
Tampoco era para alquilar
balcones y tirar la casa por
la ventana. No era uno de
esos poemas pretenciosos.
Era un poema cerrado, pero
tenía lo suyo, aunque no era
para cualquiera:
Había que captarlo
para capturar el sentido que
escondía, bastante copioso
y no menos capcioso.
Es el riesgo que corren
los poemas capciosos:
Podría no captarlos nadie
(lo que los condenaría a sguir
pasando como si nada)
Estas cosas pasan, hay que
acostumbrarse, así como nos
acostumbramos a todo lo que
pasa y no tendría que pasar.
Sin riesgo no hay aventura:
¿Y qué otra cosa es el poema?
Es excitante la escritura
de poemas capciosos.
Puede parecer un capricho, pero
es más que eso: También sirve
para desarrollar capacidades ocultas,
como la de pasar inadvertido
en un mundo que se excita
con cualquier cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario