(Elpidio Lamela)
No pretendo / ser tu dueño /
no soy nada, ni tengo nada de
qué vanagloriarme, fuera de
mi vanidad:
Una cosa es ser pobre
y otra quejarse, victimizarse
y renegar como un resentido.
Lo siento, soy pobre pero honrado:
No pretendo ser tu dueño, me basta
con el usufructo.
-Disculpemé, me parece un poco
prosaico y egoista como propuesta.
-El amor es egoista, no se puede
pretender otra cosa. Si no lo fuera,
habría que sospechar.
-Tampoco suena muy romántico
reducir el amor a una cuestión de
propiedad.
-En ese sentido no puedo hacer nada,
sólo estoy revisitando una canción
de amor muy exitosa en otros tiempos.
Cuando lo romántico era popular: Un
bolero que se llama Sabor a mi.
-Sabor a mi, sí, sabía que me sonaba
a algo conocido.
-¿Usted conoce su sabor?
-No, pero conozco el bolero; hay
muchas versiones.
-Sí, cuando algo conoce el éxito, suelen
aparecer infinidad de versiones.
-¿Es eso lo que está haciendo?
-No, yo lo estoy revisitando para
actualizarlo. Los boleros son parte del
pasado, pasaron de moda, como todo.
Y el amor también se renueva y adopta
nuevas formas.
-¿Y por qué eligió ese?
-El título es significativo, si se sabe leer:
El amor reducido a algo tan material
como el sabor, que podría ser el de una
papa o un bife de chorizo.
-Bueno, el sabor es algo subjetivo…
-Un sabor que termina en el pronombre,
que es igual al adjetivo posesivo, y que
denota y reafirma la posesión: mi sabor,
tu sabor que me sabe a mi… Está claro,
el amor vuelve al sujeto, de donde nunca
salió. Ese es el núcleo duro, es el sujeto
lo que importa para hablar de amor; el
objeto que es el otro, puede variar y ser
sustituído, como el sabor: Le ponemos
más mostaza o mayonesa y listo.
-Una lectura bastante particular del amor,
la suya, A mi me gustaba ese bolero, así
como estaba; me parecía una expresión
muy bien lograda de su género. Ahora
me hace dudar..
-El amor ya no es lo que era, las teorías de
género y los lenguajes inclusivos sólo
agregaron confusión: Si antes no se sabía
lo que era el amor, ahora mucho menos.
-¿Y para qué quiere volver al pasado?
-No creo ser el único. Yo rescato a ese
sujeto, sin el cual no puede existir amor
alguno: El verdadero amor es posesivo,
sabor a mi, saberte mía o mío; ese deseo
de poseer para volver a la unidad perdida
al separarse de la madre, el único amor
incondicional que conocemos, si es que
lo conocemos: Nadie elige a su madre.
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