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domingo, 30 de octubre de 2022

Como acceder al horizonte propio

 

(Epilobio Askman)

 

Para los habitantes de la ciudad

el horizonte no suele ser visible,

es casi una entelequia: pero sabemos

que está, como el sol, aunque no lo

veamos.


Gracias al desarrollo de la imaginación

y la evolución del pensamiento abstracto,

hoy nos resulta natural la existencia de

poetas urbanos escribiendo poemas

a un horizonte que nunca conocieron:


Hay unas cuantas cosas que no alcanzamos

a ver nunca en los centros urbanos, pero

cuya existencia descontamos.


El horizonte es algo subjetivo, está sujeto

a la situación geográfica del observador

y sus circunstancias.


Pero a diferencia de éste, el horizonte no

es un cuerpo, y un sujeto sin cuerpo es

algo difícil de acceder: carece de bocas

de acceso tanto como de orificios de salida.


Es sólo una línea, tan infinita

como intangible: una línea que cualquiera

podría dibujar y gozar a su antojo.


No es antojadizo afirmar que cada uno

tiene su propio horizonte, tal vez el que

merece. No lo sé.


Pero para dibujarlo y poder gozar de sus

propiedades, tanto como para gozar,

se necesita un cuerpo.


sábado, 29 de octubre de 2022

Equipo

 

(Teodoro Losper)


Un miembro que se precie

no pregunta cuánto es

ni cuántos somos


Es lo que es,

no necesita saber mas:

está equipado


Como miembro

se autopercibe solidario

por encima de toda diferencia


(un miembro, entra y sale

de su número sin dificultad)


Hay un soldado solapado en cada

alma de contribuyente sano


¿Es el alma alguna clase de sujeto?

¿Cómo saber si es un verdadero

interlocutor válido?

¿Cuál sería el valor de esta pregunta?


Un buen soldado no pregunta

ni evalúa, no está calificado

para calificar: conoce sus límites,

sólo obedece, su valor es ese


Es un subalterno, recibe órdenes

de todos sus superiores, es decir

de todos: está para servir


(aunque esté solo, permanece subalterno)


Puede servir a la virtud o al vicio

con la misma voluntad y espíritu

de sacrificio


Sabe que es el último eslabón

y aunque esté fuera de servicio

sigue siendo solidario a la cadena,

aunque no sirva es un miembro:


toda cadena puede ser un arma


(una cadena de oraciones no distrae

a Dios de sus quehaceres ni altera

la combustión del mundo de los vivos,

pero puede llegar a cualquier parte)


Un miembro que se precie

no pregunta cuánto es

o cuántos son: está equipado


El soldado revisa su equipo aligerado

cuenta los elementos provistos

repasa las consignas y palpa

su miembro:


Sentirse útil es lo único que sirve

viernes, 28 de octubre de 2022

La evolución de las aspiraciones

 

(Horacio Ruminal)

 

Todo es poco


hay que aspirar a superar los límites

de verbos como éstos


Todo es poco para el que aspira a más


Somos lo que aspiramos, el resto

está sujeto a condiciones azarosas

que nos exceden


Para aspirar a menos

más vale no aspirar


Tampoco hay que excederse:

la realidad es inestable y pródiga

en excesos


Sabemos como terminan los excesos

cuando terminan


Mejor no excederse en la emisión

de aspiraciones:


Hay que ser razonable y aspirar

lo justo, aunque en esta realidad,

lo justo puede resultar excesivo


Hay que ser mesurado

y mantener el control del material

aspirable, descartando los excesos


Tenemos la ventaja biológica

de una capacidad de adaptación

superior:


aceptamos cualquier cosa

y nos adaptamos con cierto éxito


(Es cierto que la realidad histórica

no es para enorgullecerse, pero

aspiramos a más y disponemos de

recursos y capital cognitivo para

customizarla)


Goces engañosos

 

(Orlando Doorland)

 

Ese ganso me mintió

lo supe ahora

¿será tarde?


Aquella tarde no sé como

le creí, otra vez no me engaña


No sé qué goce el ganso obtiene

cuando miente, engaña o falta a

la verdad


Nunca me pasó


Hay que aprender a no confiar

en animales engañosos, mejor

pecar de descreído que andar

repitiendo gansadas por ahí.


miércoles, 26 de octubre de 2022

La evolución del horizonte

 

(Horacio Ruminal)

 

Si el horizonte se desploma

hay que apurar la espera

desempañar la mira

y empuñar la almohada


(sea de plumas, gomapluma

o espuma de goma -las hay

de materiales más dudosos-

lo importante es ser funcional)


Menos la espuma todo es obscuro,

por fuera de la espuma es más bien

dudoso lo que hay.


La espuma es, el resto está por verse,

hay que verificar -la espuma puede

ser seca y dura como la poesía, y

contener impurezas: negra y opaca

es la más pura-


II

El horizonte se ajusta a la realidad

del observador promedio, colmado

de ilusiones y aspiraciones truncas,

es lo más justo que conocemos.


Todos tenemos derecho a un horizonte

propio y al goce de la propiedad horizontal.


La realidad es dudosa y cambiante, pero

el horizonte se ve estable:


Se deja ver, pero nunca se alcanza.

Hay quien lo intenta y fracasa

hasta el cansancio: alcanzar cansa.


III

Si el horizonte se desploma,

hay que buscar el centro de atención

más próximo y mantener la calma

mientras se detecta el epicentro del

fenómeno.


Abrazar la almohada con pasión

proporcional al cuerpo de la espuma

o poliuretano, y mantener la posición

horizontal.


Si el horizonte se desploma

y la almohada se despluma:


no intentar nada hasta retomar la señal,

mientras se eleva una oración a algo

en sentido veritcal.



Lo importante es mantener la posición,

no abandonarla más allá del horizonte


-el horizonte es sólo ilusión, a diferencia

de la espuma, que sólo es-


 



lunes, 24 de octubre de 2022

Avutarda

 

(Onésimo Evans)

 

El pájaro vociferante no paraba

de blasfemar, su prédica exaltada,

insidiosa, pródiga en obscenidades

y exabruptos hacía sonrojar a las

damas mejor plantadas, al ama de

casa y hasta al hombre de la calle

sorprendido en su rutina cotidiana.

 

Todo en él era exceso, desde su voz

altisonante y desafinada a su plumaje

desparejo e hirsuto.


Algunos transeúntes pretendían hacerse

los desentendidos: la vida del peatón

es ya bastante dura de por sí, para

prestarse a estos estímulos negativos y

hacerse eco de cualquier causa ocasional,

más aún cuando el emisor de ese discurso

disolvente era un ave, de dudosa estirpe:


Era peor. Con éstos se ensañaba de un

modo especial: en un vuelo preciso y

calculado les descargaba su excremento

obscuro y pegajoso, que acompañaba una

risotada y un “yo te bautizo, hermano”


El pájaro vociferante no cejaba en su

práctica ominosa, sus excesos verbales

habían llegado a las altas esferas, que se

disponían a tomar cartas en el asunto.


Las autoridades habían puesto precio a

su cabeza y la Liga de Madres de Familia

colectaba fondos para organizar y financiar

la defensa de la moral y las buenas costumbres

contratando personal idóneo.


Tenía pedido de captura, puede que lo supiera

pero no le importaba: hacía caso omiso y seguía

en lo suyo con una voluntad digna de mejor

causa.


No paraba de blasfemar y burlarse de creyentes,

auspiciantes, allegados y conversos. Se burlaba de 

todos, sin discriminar. Pero lo peor era su risa 

desafiante, sarcástica, soez y disonante.


Por fin, para alivio de la comunidad y las fuerzas

vivas en su conjunto (o al menos la parte sana)

todo concluyó, como suele ocurrir, y la vida

volvió a la normalidad.


Según testimonios que prefieren mantener el

anonimato, el deceso se habría producido a

consecuencia de un ataque de risa. Algo así

como una muerte natural para estas criaturas

del averno.

 

Por suerte son pocos los animales que hablan.


sábado, 22 de octubre de 2022

Comité Unificado

 

(Pascual Rambler)

 

-El no ya lo tenemos, dijo Rodrigo Noya.


-Bueno, pero yo además tengo el Mo,

dijo el Sr. Moyano.


-No, lo tenía, pero ya no lo tiene. Asuma

que ya no. Dijo un veedor internacional

habilitado.


-Disculpen que intervenga, dijo un interventor

que oficiaba como moderador: El Mo no sirve

para nada, no tiene significado; es un significante

vacío, como muchos que conozco. Una propiedad

ociosa, sólo es útil cuando es parte de otra cosa.


-No le voy a permitir, replicó el Sr. Moyano: Yo

siempre trabajé, me hice bien de abajo y no le

debo nada a nadie. Mi ocio me lo gané a pura

prepotencia del trabajo. Soy de abajo, y no me

arrepiento de este Mo.


-No se arrepienta, ya no lo tiene. Además era

inútil, como explicó el compañero moderador.


-Inútil será para usted, retrucó el Sr. Moyano.

El Mo es indispensable para la generación del

prefijo Mono, del cual todos descendemos,

aunque algunos monos no se reconzcan…


-El mono es demasiado bueno como para que

descendamos de él, decía Nietzsche (dijo el

Mozo empoderado, a esta altura cansado de

tanta cháchara desmovilizadora)


Los nuevos recursos retóricos: La respuesta mecánica

 

(Aparicio Custom)

 

La respuesta estudiada, es un recurso

retórico de gran utilidad, que no sólo

nos puede sacar de un apuro en

cualquier momento de la conversación,

sino que sirve para entablar relaciones

sustentables.


No hace falta haber estudiado casi nada

para disponer un buen repertorio de ellas.


Pienso que no, pienso que sí,

y todo queda ahí, nadie espera profundidad

ni extensión del otro. El tiempo apremia,

la vida es breve, hay que abreviar todo lo

posible:


Percibir al otro como una extensión de uno,

hace que todo fluya con naturalidad, se

genere empatía y se enriquezca la comunicación.


Descubrimos la afinidad: Ni el otro ni yo

necesitamos pensar demasiado, coincidimos en

descartar esa fatiga inútil que supone elaborar un

discurso más pensado de lo que la situación

requiere o un pensamiento más profundo que

éste:


En el fondo pensamos lo mismo, e incluso

compartimos todo aquello en que no pensamos

ni queremos pensar.


Ese consenso implícito, funciona

como un acuerdo tácito entre las partes

y es clave para facilitar la mecánica de la

comunicación entre humanos que cursan

la etapa superior de su evolución, en el

marco de un desarrollo sano de sus capacidades

naturales y adquiridas.


La respuesta estudiada, permite ahorrar tiempo,

un recurso no renovable que se debe aprovechar

en un sentido útil.


Como recurso, esta herramienta retórica es

inagotable; se puede reutilizar tantas veces

como sea necesario, y se mecaniza sin mayor

dificultad, optimizando las funciones del

diálogo.


Por último, no hay que confundir

la respuesta estudiada, aprendida y mecanizada

sin contraindicaciones, con la respuesta evasiva:


Ésta merecería un estudio más profundo,

pero no queremos extendernos.



viernes, 21 de octubre de 2022

Cultivos ejemplares

 

(Epilobio Askman)

 

Mi angustifolia languidece, 

no muestran sus hojas el vigor

de otrora. No florece,

ni luce la prestancia que tenía

cuando joven.


La vitalidad declina, las virtudes

se degradan y nos opacamos

en silencio, para que otros ocupen

nuestro lugar.


Probé cambiarla a un sitio más

soleado, renové su tierra y

la rodeé de otras plantas

florecientes, a ver si se inspiraba.


Pero el ejemplo no cundió:

Mi angustifolia sigue en su actitud

indeclinable, es penoso verla declinar.


Tendré que suplantarla por otra

mejor dispuesta y más capaz.


Una alegría del hogar, tal vez.

Florece sin descanso en estos tiempos,

aunque es efímera y habrá que

renovarla.


Podría ser una siempreviva, aunque

la última se me murió una noche aciaga.


jueves, 20 de octubre de 2022

Carreras cortas con salida

 

(Aparicio Custom)

 

En la punta de la uva

estropicios morosos

de un precio vencido,

carcomido por la edad,


agitan desde el centro de la uve

un verbo improcedente y transitivo

que la avutarda lee con legítimo interés,

como si fuera ley, en la lejumbre

unívoca donde se pierden rastros

y matices para que todo reproduzca

su simiente verdadera.


¿Cuántas leyes harían falta para acceder

a dios, en la plenitud de su voluntad

voluminosa e ilegible?


Legiones de cadáveres en ejercicio

practican sus mejores oraciones

y confían en nosotros, como las aves

carroñeras.


No preguntes cuántas son, conocen el oficio

y saben lo que hacen.


En la carrera de la vida, hay un tiempo

para despuntar el vicio y aliviar las penas

mientras los panes no se multiplican.


Hay un tiempo, entre la uva

y el vino sacramental.


Hay un tiempo para negociar,

pongamos el mantel.


martes, 18 de octubre de 2022

El brote y la corriente

 

(Aquino Lamas)

 

No es fácil escribir

sobre un torrente, una vez

probé y no funcionó:


perdí casi todo lo brotado

en la corriente, apenas rescaté

un brote residual, una muestra

pobre y mustia de lo que fuera

un borbotón.


Nada que merezca recordarse

ni reproducirse: Para muestra

no basta un botón, ni un brote

abotonable al propio abono.


II

Más sencillo es subirse

a una corriente, abandonarse al

movimiento vivo o dudoso

de voluntades ajenas y dejar

que fluya lo que sea.


Lo que sea, recibirá el denuesto

o el elogio, críticas fundadas e

infundadas, pero cosechará el

reconocimiento de aquellos que

circulan o se arrastran en la misma

corriente.


No es fácil escribir de corrido

sobre un torrente que nunca es el

mismo, ni escribir a borbotones contra

la corriente.


III

Pero escribir es fácil, no hace falta

tener una opinión formada. Por el

contrario, no tenerla evita la desazón

de tener que abandonarla, algo casi

siempre inevitable, a no ser que uno

sea un necio.


Escribo en las márgenes ajenas

observando el paso de las corrientes

de opinión a una distancia saludable,

mientras evoco a Lichtenberg:


“Nada puede contribuir tanto

a la tranquilidad del alma

como no tener ninguna opinión”


lunes, 17 de octubre de 2022

Jaque

 

(Remigio Remington)

 

Hace mucho que no me jacto, no sé;

creo que con los años fui cobrando

humildad.


Lo felicito ¿Cuánto hace?


No podría precisar…


¿Era de jactarse?


No estoy seguro, no puedo jactarme

de una memoria prodigiosa, pero no

lo descarto: Todos incurrimos, por lo

común, en alguna forma de jactancia,

y yo soy un hombre común.


No se vanaglorie, es posible que no

tenga nada de que jactarse, como la

mayoría de los hombres comunes.


Es verdad, lo reconozco; hay que ser

muy humilde para reconocerlo: es muy

probable que no haya ningún motivo

en mi vida que pueda ser objeto de

jactancia.


Bueno, tampoco hay que se tan riguroso,

uno arma argumentos con cualquier cosa.

La vanidad es parte de la condición humana

y también de una conciencia sana, tenemos

nuestros recursos…


Es posible, pero prefiero cultivar esta

humildad que, como ve, no tiene límites

ni me deja mentir:  No conozco alguien

más humilde.


A eso quería llegar: Se jacta de poseer una

humildad superior, a la vez que se jactó de

no jactarse… Usted es un gran jactancioso.


Preferiría que suprimiera el adjetivo gran,

mi humildad no puede dejar de rechazarlo.


La cultura del tabaco

 

(Tomás Mercante)

 

Entró a la tabaquería:


Esto es un asalto, quiero todo

el tabaco que tenga.


-De acuerdo, quédese tranquilo.


Siempre estoy tranquilo.


-¿Y cómo piensa llevarlo?


Lo llevo puesto, no se haga problema.


-¿No le parece un exceso?


Puede ser, pero ¿qué no lo es?

Hace mucho que todo es excesivo en

este mundo, me parece.


-¿Se lo envuelvo?


No hace falta, traje algunas bolsas de

consorcio, creo que alcanza.


-¿Y piensa fumarse todo?


No, no lo necesito. Lo voy a repartir

entre los jubilados del barrio, para que

puedan fumar sin culpa.


-Fumar acorta la vida…


Es probable, pero entre tantas privaciones,

evitarles ésta representa un alivio entre

tanto exceso. Tampoco es mucha su

esperanza de vida.


sábado, 15 de octubre de 2022

Parcialmente despejado

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Un espejo insepulto

en medio del camino

me hizo pensar más de lo normal.


En condiciones normales nadie

piensa en espejos, salvo aquellos

que viven de la especulación,

como los poetas, pensé.


Menos aún, en un espejo abandonado

e insepulto.


No había nada anormal: No siendo

uno un poeta, no había motivo para

preocuparse ni detenerse en este

pensamiento, especulé.


Un reducidor autónomo tal vez

se detuviera, si le adjudicara algún

valor residual ¿lo tenía?


Su forma irregular, indicaba que había

sido parte de algo, otro espejo de mayor

porte y pretensión. No era de descartar:


Todos somos parte de algo, que acaso

reflejamos sin saberlo.



II

Tampoco había que desechar, que lo

irregular fuera original, o al menos

parte de su originalidad.


Nadie se detuvo, ya casi no hay poetas,

especulé mientras el pensamiento se

multiplicaba:


Un espejo roto, un fragmento de una

fractura presumible en medio del

camino insepulto. Ningún viandante

reparando en esta imagen (tal vez por

lo irregular, o bien la presunta maldición

que se le asigna a la ruptura de espejos:

Aún roto, un espejo siempre puede

volverse a partir en fragmentos menores,

como cualquier cuerpo)


Solo yo, un rapsoda repetidor 

(nunca fui original, como se supone un poeta)

reflexionando ante el espejo:


Una imagen vale más que mil palabras.


(El valor residual estaría en reflejar lo

que no existe, tanto para el poema

como para el espejo insepulto..)


¿roto?

El mundo sigue girando. 


Ahora pasa una mosca: lo observa

pero no se detiene ni se posa;

ni se mosquea.


viernes, 14 de octubre de 2022

Ritmos perdidos

 

(Aparicio Custom)

 

La caída de un diente, no es para

inquietarse mucho, es una pérdida

menor.


Tenemos muchos, ni siquiera la

pérdida total es para inquietarse:

es sólo cuestión de adaptación, hay

recursos para reemplazar casi todo

lo perdido y mantener la función.


Hay quienes arriban a la muerte

sin haber perdido una pieza, e

incluso sin conocer la pérdida:


No conocieron un dentista, ni la

extracción de órgano alguno.


También hay quien afirma:

No sé lo que es un parásito,

nunca tuve ninguno.


Desconocen su propio cuerpo, ignoran

que por cada célula humana hay más

de diez que no lo son:

sin los entrañables bacilos y bacterias

no seríamos nada.


No somos conscientes de lo que somos

más que en forma parcial.

Somos mayormente parciales, luego,

el resto es una cuestión rítmica:


Se puede ir perdiendo signos vitales,

piezas, órganos en forma cadenciosa y 

paulatina, o bien perderlo todo 

en un momento sin cobrar conciencia y sin 

ninguna caries.



miércoles, 12 de octubre de 2022

Letras, letrados y letrinas

 

(Dudamel Rambler)

 

La Autoridad de Aplicación dudaba

entre multarlo o mutilarlo.


Era una falta menor, concedían, pero

así se empieza. Estas cosas es mejor

cortarlas de raíz:


El que hoy roba una gallina, mañana

desvalija un banco. Ahora caza una

rata de campo y mañana un productor

agropecuario o un empresario.


Conviene cortar por lo sano, y que

cunda el ejemplo. La próxima vez

que tenga ocasión de delinquir, se

mirará la mano que le falta y lo pensará

dos veces.


Si todos pensáramos en lo que nos falta

dos veces antes de actuar, el mundo sería

otro.


Quien usa sus manos para estas cosas,

no las merece. Lo mismo es extensivo

para la cabeza y cualquier otro miembro.


Hay que darle una mano a la justicia

(Tampoco hay mucha diferencia entre

multar o mutilar: apenas una letra)


A la justicia la hacemos entre todos,

sólo no aceptamos la justicia por mano

propia.


Hay que darle una mano a la justicia:

Traiganmé todas las manos.


martes, 11 de octubre de 2022

Una mirada al mundo

 

(Teodoro Losper)

 

La Sra. T.V. compra un pollo congelado,

y el mundo mira para otro lado.


La Sra. T.V. compra un pollo eviscerado,

despellejado, desosado, degollado y bien

conservado y envasado.

Y el mundo mira para otro lado.


La Sra. T.V. compra un pollo desempollado,

manufacturado, bien contaminado y frizado.

Y el mundo mira para otro lado.


¿Cuál de ellos tomó la decisión correcta?


Conclusión:


1-No todo el mundo mira a la Sra. T.V.


2-El mundo siempre mira para otro lado.


3-La suerte de un pollo no le cambia la vida

a nadie, salvo al pollo.



II


Ninguna mirada es inocente:

Desde una panóptica empática se diría

que la única mirada inocente es la del

pollo frizado, aunque está contaminado.


No existe el observador desinteresado,

ni el verificador independiente ni el

observador imaginario (aunque podemos

imaginarlo: una imagen vale más que

mil palabras)


Toda palabra puede ser objeto de observación:

basta un observador, al que si observamos sin

prejuicios, veremos que no es imparcial, ni es

neutral: tiene intereses, aunque no lo confiese

ni lo sepa.


Es mejor mirar para otro lado,

como todo el mundo, y aceptar

el sentido común que es fácil de

compartir y dice que está bien frizar,

rezar, consumir, degollar, aceptar y

compartir.


lunes, 10 de octubre de 2022

Entre estragos

 

(Dudamel Rambler)

 

Hoy hice estragos,

no sabía qué hacer:

algo había que hacer.


Hacer estragos no es original,

hay ejemplos de sobra. Sería

ocioso enumerar casos de prójimos

sin atributos que al no encontrar

nada mejor que hacer, hicieron

estragos desde la función pública

o privada.


Algo había que hacer,

el daño ya está hecho:

alguien tenía que hacerlo.


No soy original, hace bastante que

no se puede serlo. Ya lo advirtió

un reconocido poeta y se puso a

recrear a otros.


Después de Homero, Virgilio, Dante,

después de Góngora, Quevedo,

después de Rimbaud, Baudelaire,

después de Lautreamont, de Mallarmé,

de Artaud, después de Pessoa

y Vallejo, no hay mucho original.


Podría hacer una lista escueta,

pero no sería original:

ya hice muchas.


Mejor hacer estragos, acá tengo una

lista de estragos que todavía no hice.


¿Quién dijo que había que ser original?



sábado, 8 de octubre de 2022

El cero y la selección natural

 

(Onésimo Evans)

 

El carnicero temprano amaneció.

El éxito de la réplica se mantiene

estable, observó con mesura:

la reproducción automatizada funciona

a ambos lados del mostrador.


¿Qué más se puede pedir?


La vida es una sucesión de mostradores

secuenciados donde repetir el pedido.


Afiló su perfil, repitiendo un

gesto soberano y útil para escapar

de las víctimas y salir al cruce de

labios sospechosos o cualquier

respuesta capciosa de las reses,

entonando una canción de cuna reseteada.


Era cuestión de evitar las notas

agoreras de los pesimistas de turno

que desconfían de todos los pesos y

medidas y avanzar a paso firme con la

pregunta conocida por el éxito, luego

exitosa.


Todo se corta en alguna parte, Ana,

la precisión en el corte facilita

la anastomosis.


Energías limpias

 

(Amílcar Ámbanos) 


El cepillado de los dientes, es uno de los

hábitos que incorporamos a temprana

edad, poco después de incorporar los

dientes.


Es aconsejable hacerlo luego de cada

comida. Los organismos obsesivos no

esperan mucho, saben que las bacterias

se reproducen a una velocidad vertiginosa

y una demora mayor a los diez minutos

puede derivar en un daño irreparable.


Algunos, lo hacen incluso sin haber comido,

en forma preventiva (no soportan la idea de

emitir un aliento indeseable)


Puede que sea una buena decisión, o no.

Hay que ser cauteloso, la eficacia no es

cuestión de energía y voluntad, sino de

minuciosidad y técnica.



Empecé a cepillarme con naturalidad

(suponiendo que hacerlo forme parte

del Orden Natural)


Sin esfuerzo y dibujando pequeños círculos

de un modo automático, como ocurre con

casi todos los hábitos bien tramitados.


Pronto noté que el bazo izquierdo, y su mano

comprometidos en la acción, parecían no

obedecerme; no sentía que fuera yo quien la

ejecutaba, ni acusaba el trabajo de los músculos

implicados.


Era como algo mecánico, un movimiento

inercial, que no sólo se sostenía en su propia

función repetitiva sino que era, a la vez, objeto

y sujeto de la propia excitación producida por

el movimiento reproducido:


Una erogación de energía, que si bien me

resultaba ajena, no dejaba de incluir una

sensación placentera, y acaso produjera

endorfinas, que siempre vienen bien.


Observé que no podía hacer mucho, y que

la intensidad del movimiento aumentaba

(Los placeres son cortos, los pesares son

largos: recordé al poeta. También evoqué

las coplas de Manrique y es posible que

algo más)


El calor generado por la mecánica del

movimiento que se aceleraba (energía

cinética), ya fuera de control, comenzó

a producir efectos no deseados:


Los dientes, esos tejidos tan duros que no

parecen materia orgánica, se dilataban y

partían. Sus fragmentos iban cayendo de

la boca, que parecía no pertenecerme,

mezclados con espuma y sangre.


No recuerdo mucho más, ni cuál fue la

duración de este ejercicio higiénico.


En algún momento todo volvió a la normalidad.


No sé si después de esta experiencia, hubiera

decidido no volver a cepillar mis dientes, pero

ya no lo necesito.

viernes, 7 de octubre de 2022

Vocaciones para armar

 

(Tomás Lovano)

 

La vocación es un arma:

es difícil andar por la vida

sin vocación, y sin armas.


La vocación es una arma,

aunque no la única. Hay

vocaciones dispersas, tangenciales,

difusas, impracticables, inoportunas,

adaptables y aquellas no reconocidas

como la vocación ocasional y otras

formas subalternas.


Ejemplo: la vocación derivada:

Deseaba ser saxofonista, pero me

resultaba inaccesible el costo del

instrumento. Conseguí una quena,

otro aerófono, más simple y antiguo:

anterior a la industria civilizada de

armas e instrumentos, y anterior a

la conquista y el desarrollo industrial

de las vocaciones con la segmentación

que trajo la división del trabajo:


La vocación, también evolucionó

por división y subdivisión, en un

principio eran dos: la vocación de

mando y la vocación de servicio.

Ahora no sabemos cuántas son.



II

La iniciación en la quena es penosa,

al igual que la iniciación en el saxo

es pura decepción:


No suena, hay que insistir, no desesperar,

incorporar la técnica apropiada y ensayar

hasta vencer la resistencia propia de

cualquier instrumento a quien no conoce.


La voluntad, la obstinación y la fe

al cabo rinden fruto, y superada la pena

aparece humilde el sonido de la quena.


El resto fluye, no hace falta saber latín

ni haber tocado un flautín para animarse

con una melodía pentatónica.


Basta un poco de oído y cuidado

en el uso de los dedos al tapar

los pocos agujeros.


Tuve varias quenas, más gordas, más

brillantes, más obscuras, firmadas y

anónimas. Hay distintos tipos de caña

y diseño, pero lo que importa es el

sonido: Algunas afinaban mejor, una

tenía mejores graves, otra sonaba mejor

en las octavas altas y era más precisa

en las notas agudas.


Nunca me destaqué ni fui reconocido

por mis pares (solía tocar solo)

La vocación tiene sus bemoles

y luego se disparó por otros rumbos.


En realidad, yo buscaba el sonido

del saxo con mi quena, algo infructuoso.

Pero con imaginación, nada es imposible:

La única batalla que se pierde es la que

se abandona.



III

Hace años que no las toco, ni sé por donde

andan. La última vez que intenté con una

no sonaba.


En algún lugar de la casa están, entre

tantas cosas que no toco y acaso no

vuelva a tocar.


Yo tengo una quena antigua,

ya no sé cuál es la más antigua,

hay una con un agujero comido

por una rata (la caña es dulce)


Las vocaciones van y vienen,

como los poemas, como el amor

y las mercancías.


Hacele caso a tu sed, la vocación

puede ser un instrumento, un don,

una bendición o un arma, pero

las armas no son vocación.



jueves, 6 de octubre de 2022

Medicinas naturales

 

(Teodoro Losper)

 

Ayer me automediqué sin querer,

me confesó mi médico de cabecera.


Bueno, un médico puede hacerlo…


Sí, pero no es un buen ejemplo: Un

buen profesional debe dar sólo buenos

ejemplos.


¿Es parte del juramento hipocrático?


No recuerdo, pero es una cuestión ética.


Entiendo, aunque nadie tendría por qué

enterarse, es parte del secreto profesional.


Tal vez, pero no es bueno andar secreteando

con uno mismo; un profesional que se precie

debe profesar la transparencia de sus actos.

¿No le parece?


Es cierto, pero no creo que su comportamiento

afecte a nadie, yo mismo no lo sabría si no me

lo hubiera contado. Además, entiendo que está

autorizado a recetar lo que quiera a cualquiera,

incluso a usted mismo.


La autoridad implica responsabilidad; no se

puede hacer cualquier cosa, sólo porque nadie

pueda desautorizarlo. La autoridad es un arma

de doble filo.


Sí, es un arma. Me parece saludable que quienes

la detentan cultiven principios éticos, es decir

filosóficos.

Por lo demás, siendo que la práctica de la

automedicación es tan común entre quienes

no somos médicos, no veo cuestionable que

lo haga un facultativo. ¿Se autorrecetó?


No hizo falta, los visitadores de los laboratorios

son bastante generosos. Tengo muestras de todo,

es una tentación…


Entiendo, yo haría lo mismo en su lugar, supongo.

Pero a usted le generó alguna culpa, de lo contrario

no me lo hubiera confesado; espero haberla aliviado

con mi humilde opinión…


Sí, gracias, no sé por qué se lo comenté.


¿Tuvo el resultado esperado esa medicación?


Si, creo que sí, aunque uno siempre espera más

de lo nuevo… Pero ya está. Ahora ¿A qué debo

su visita, cuál es el problema que lo trajo acá?


No, ninguno, conseguí trabajo como visitador

médico, y aproveché para saludarlo ya que andaba

cerca y también le traje algunas novedades interesantes…



La sociedad perdida

 

(Carlos Inquilino)

 

Era un país plano

sin relieves ni emergencias

en un sentido u otro.


Con aspiraciones acotadas,

sus habitantes eran dados

al intercambio, pero carecían

de voluntad de cambio:


No crecían, no aprovechaban

sus recursos naturales ni las

otras oportunidades.


Sin capacidad ni deseos

de liderar, no registraban

ninguna evolución perceptible.


No eran un buen ejemplo para

nadie: Una sociedad tan libre

que daba asco.


miércoles, 5 de octubre de 2022

sentidos suficientes

 

(Asensio Escalante)

 

No tengo las palabras que necesito,

pero tengo otras.

Entretanto, hay que adaptarse a ésto:

es lo que hay.


Es suficiente para afirmar que nada

es suficiente, pensó en presente

el filósofo del futuro.


Volcó la mirada hacia el cielo

y observó: No hay futuro ni pasado

en la bóveda celeste, sólo un presente

continuo.


No hay palabra suficiente para penetrar

y conocer el misterio del mundo; casi

todo nos es ajeno, incluso este pensamiento.


No hay palabra o número de ellas, que

contenga todos los sentidos, como para

apropiarse y tomar la parte útil.


No conocemos la cifra, aunque sabemos

que es un número abultado, acaso tan

inabarcable como nuestras pasiones.


Para ser filósofo, antes hay que ser humilde

(y siguió pensando con palabras que no

escribiría: Nunca sería suficiente)


¿Cómo podría afirmar que algo no me es

ajeno?


Y en un rapto de paciencia apasionada

volvió a mirar el cielo para concluir:


La propiedad es un misterio, tal vez

el único accesible a nuestra condición

efímera y proporcional a la humildad

de las pasiones humanas.


lunes, 3 de octubre de 2022

El perfume del viento

 

(Epifanio Weber)

 

El perfume del viento

es aleatorio para la voluntad

del sabio, ni la contradice ni

la engorda como el ojo

del amo al ganado.


El desganado no se inmuta,

los vientos van y vienen y

no suelen traer nada interesante.


Soplan nuevos vientos

es una metáfora tan antigua

como recurrente: El sabio no

se altera por el cambio en la

velocidad del viento, sabe que

son siempre los mismos, como

las metáforas que circulan para

sostener la voluntad de repetición.


Cambiemos de amo, o de ganado

el desganado no se inmuta: acepta

con resignación y acompaña la

dirección de las últimas ventosidades.


Acepta perfumes y tendencias

como lo acepta todo: es lo que hay.

Ganado y desganado viajan en el mismo 

sentido: comparten.


El sabio es lo opuesto, sabe lo que

necesita y aprovecha el viento

para cultivar la indiferencia.


Ventana a la ilusión

 

(Asensio Escalante)

 

La ilusión no fue lo que esperaba:

se fue por la ventana


¿partió? ¿se esfumó?


¿cobrará cuerpo en otra parte?

¿será parte de otro cuerpo más

o menos volátil?

¿cuánto vale su vuelo ahora?


¿cuántas partes de un cuerpo

representa la ilusión?


Dos terceras

menores hacen una quinta bemol,

justo ahí está el acorde semidisminuído,

que se parece al disminuído pero es

sólo una ilusión: le falta algo.


La ilusión es constitutiva de todos

los lenguajes, hasta los más abstractos.


Un hombre completó doce días

desaparecido, leo una noticia.


Las noticias son parte de la normalidad

que llamamos realidad. No permanecen,

se actualizan todo el tiempo:

es su condición esencial, como la ilusión

(no podemos mantener siempre las mismas)


No es para inquietarse, los hombres siempre

están queriendo completar algo, de eso se

trata: un album, una idea, una familia

o completar un deseo: tal vez ese hombre

deseaba completar su ausencia en esos

términos)


En las doce notas de nuestra escala

cromática están contenidas todas las

opciones posibles de la armonía:


Los distintos grados para armar acordes

mayores, menores, dominantes, disminuídos

o alterados y sus respectivas inversiones.


Hay que invertir un tiempo para conocer

todas las oportunidades de la inversión:

Venimos a invertir.


El acorde disminuído es el único simétrico,

lo que no significa perfecto; ninguna ilusión

llega a serlo, pero circulan, como los cuerpos

con sus distintos valores que pueden cambiar

de signo.


Sólo hace falta un buen orificio de salida.


(Nótese: La condición simétrica de este acorde

no atrae la inversión, tampoco la rechaza.

Se puede invertir, pero sin ningún resultado

interesante: se mantiene idéntico a sí mismo,

haciendo inútil la inversión)


Corolario:


Sólo es útil invertir en relaciones asimétricas.


 


 
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