(Asensio Escalante)
No tengo las palabras que necesito,
pero tengo otras.
Entretanto, hay que adaptarse a ésto:
es lo que hay.
Es suficiente para afirmar que nada
es suficiente, pensó en presente
el filósofo del futuro.
Volcó la mirada hacia el cielo
y observó: No hay futuro ni pasado
en la bóveda celeste, sólo un presente
continuo.
No hay palabra suficiente para penetrar
y conocer el misterio del mundo; casi
todo nos es ajeno, incluso este pensamiento.
No hay palabra o número de ellas, que
contenga todos los sentidos, como para
apropiarse y tomar la parte útil.
No conocemos la cifra, aunque sabemos
que es un número abultado, acaso tan
inabarcable como nuestras pasiones.
Para ser filósofo, antes hay que ser humilde
(y siguió pensando con palabras que no
escribiría: Nunca sería suficiente)
¿Cómo podría afirmar que algo no me es
ajeno?
Y en un rapto de paciencia apasionada
volvió a mirar el cielo para concluir:
La propiedad es un misterio, tal vez
el único accesible a nuestra condición
efímera y proporcional a la humildad
de las pasiones humanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario