(Epilobio Askman)
Mi angustifolia languidece,
no muestran sus hojas el vigor
de otrora. No florece,
ni luce la prestancia que tenía
cuando joven.
La vitalidad declina, las virtudes
se degradan y nos opacamos
en silencio, para que otros ocupen
nuestro lugar.
Probé cambiarla a un sitio más
soleado, renové su tierra y
la rodeé de otras plantas
florecientes, a ver si se inspiraba.
Pero el ejemplo no cundió:
Mi angustifolia sigue en su actitud
indeclinable, es penoso verla declinar.
Tendré que suplantarla por otra
mejor dispuesta y más capaz.
Una alegría del hogar, tal vez.
Florece sin descanso en estos tiempos,
aunque es efímera y habrá que
renovarla.
Podría ser una siempreviva, aunque
la última se me murió una noche aciaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario