(Epifanio Weber)
El perfume del viento
es aleatorio para la voluntad
del sabio, ni la contradice ni
la engorda como el ojo
del amo al ganado.
El desganado no se inmuta,
los vientos van y vienen y
no suelen traer nada interesante.
Soplan nuevos vientos
es una metáfora tan antigua
como recurrente: El sabio no
se altera por el cambio en la
velocidad del viento, sabe que
son siempre los mismos, como
las metáforas que circulan para
sostener la voluntad de repetición.
Cambiemos de amo, o de ganado
el desganado no se inmuta: acepta
con resignación y acompaña la
dirección de las últimas ventosidades.
Acepta perfumes y tendencias
como lo acepta todo: es lo que hay.
Ganado y desganado viajan en el mismo
sentido: comparten.
El sabio es lo opuesto, sabe lo que
necesita y aprovecha el viento
para cultivar la indiferencia.
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