(Aparicio Custom)
La caída de un diente, no es para
inquietarse mucho, es una pérdida
menor.
Tenemos muchos, ni siquiera la
pérdida total es para inquietarse:
es sólo cuestión de adaptación, hay
recursos para reemplazar casi todo
lo perdido y mantener la función.
Hay quienes arriban a la muerte
sin haber perdido una pieza, e
incluso sin conocer la pérdida:
No conocieron un dentista, ni la
extracción de órgano alguno.
También hay quien afirma:
No sé lo que es un parásito,
nunca tuve ninguno.
Desconocen su propio cuerpo, ignoran
que por cada célula humana hay más
de diez que no lo son:
sin los entrañables bacilos y bacterias
no seríamos nada.
No somos conscientes de lo que somos
más que en forma parcial.
Somos mayormente parciales, luego,
el resto es una cuestión rítmica:
Se puede ir perdiendo signos vitales,
piezas, órganos en forma cadenciosa y
paulatina, o bien perderlo todo
en un momento sin cobrar conciencia y sin
ninguna caries.
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