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sábado, 31 de agosto de 2024

El perfume de la fe

 

(Eleuterio York)

 

Plasmados con la fe de los conversos

encadenaba unos versos limpios

e impiadosos.


Los hábitos humanos son todos

insuficientes para mi, y no pienso

dejar nada en pie.


No estoy dispuesto a complacer a nadie

y no tengo otro deseo que complacerme

a mi, hasta cierto punto:


Sólo obedezco al deseo oportuno,

que dura poco como los buenos poemas.


Ajeno al hervidero de efectos especiales

y duraderos, recojo los excesos de esta

fe, dudosa como todas.


Creo en el efecto multiplicador de la fe

cuando se descompone a tiempo:


Ningún submúltiplo es ajeno a la fiebre

fiduciaria que mueve a fieles y conversos.


Todos somos buenos feligreses

a la hora de apurar la copa residual

y usufructuar emanaciones de rutina.


Sólo la fe no puede ser medida, aislada

y compartimentada:


No comparto mi fe, sus hábitos absurdos

ni el plasma conectivo y claudicante:


Sólo sus heces engañosas y el fermento

perecedero que fecunda la verdad.


Creo en la efe de esta fe, en la fruición

labiodental que conecta tejido duro y

blando a una frecuencia improcedente,

brillando al solo efecto de expresar lo

efímero.


La fe que se reproduce por descomposición

es la más segura y efectiva: Ésta fe, no es

llama que vacile.


Afuera es noche.


La noche es funcional a los efluvios

de la fe, y a toda emanación de virtudes

apócrifas en versiones renovables.


Sin la efe, airosa y eficiente,

ninguna fe perduraría, damos fe.


Los límites de la voluntad propia

 

(Serafín Cuesta)

 

Ese poema era demasiado largo

para mi, no estoy para eso: me

cuesta sostener la atención en

el tiempo, y tengo poco tiempo.


Son muy pocos los poemas que

justifican su extensión anómala:


Me llevó bastante tiempo aprenderlo,

ahora veo un poema largo y ni me

detengo, sigo de largo:


No estoy para eso, no tengo tiempo

que perder, creo que ya perdí bastante

aprendiendo.


El poema era largo, se extendía algo

más de lo aceptable para un poema:


Nunca lo hubiera leído, si no fuera

que lo escribí yo.


Colonia de vacaciones

 

(Onésimo Evans)

 

Una colonia de bovinos

femeninos se adentró

en la superficie cubierta

de mi poema.


Somos simples vacas

sin segundas intenciones

y estamos en plan de vacaciones:


A falta de líderes emergentes

que las encabezaran, una de ellas

que prefirió el anonimato,

me hizo saber que estaban de paso

y no tenían intención alguna de

colonizar ni ninguna otra.


Somos un grupo de vacas felices,

nos gusta descansar en equipo

y elegimos este lugar para pastar

el rato.


Pacemos y pasamos, así es la vida,

no hay mucho misterio en una vaca

o más que disfrutan en colonia de

vacaciones.


Nosotras sólo aspiramos a una muerte

natural, tan natural como la vida,

aunque pueda parecer una aspiración

excesiva:


Fuera de algún poema como éste,

no hay muchos lugares seguros.


viernes, 30 de agosto de 2024

Entablando al pasar

(Cósimo Stancatto)


Es más fácil entablar

que no entablar:


Siempre hay algo que entablar

en este mundo, aunque quede

entre nosotros.


La competencia comenzó a entablarse

mucho antes que nosotros, e impulsó

la evolución que seguimos entablando

mientras desarrollamos nuevas formas

de entablar los verbos de la vida:


Luchar, competir y vencer.


Hablar de entablar en un poema

redunda en el pleonasmo:

Aún en el mejor logrado de los

silencios, hablar es entablar.


Siempre hay algo entablándose en

nosotros, aunque no se lo perciba.

Desde el intercambio con el aire

que entablamos para extraer oxígeno

y entablar una oxidación sustentable.


Es más fácil entablar que no hacerlo,

aunque no significa sólo competir.


Si competimos, no es para entablar

sino para ganar: el cero ya lo tenemos.


Al competir, existe el riesgo de perder,

es propio de toda confrontación y lo

asumimos con valor:


No hay emoción sin riesgo: es él quien

le da sentido a la disputa ¿Qué sentido

habría en una competencia donde nadie

gana?


Lo mismo ocurriría si ganáramos todos

¿Quién querría competir sabiendo que

va a ganar, al igual que el o los otros?

¿Cuál sería el desafío, qué emoción

encontraría?


Ganando todos no gana nadie.


El único estímulo, el verdadero sentido

de la competencia, es la oportunidad

de superar al otro.


Eso es lo que nos hace mejorar, crecer

y superarnos en busca de mejores resultados,

para acceder a otras oportunidades y emociones.


Sabemos que los ganadores son pocos,

cada vez menos al avanzar la contienda:

Los perdedores somos muchos más y no

paramos de crecer.


Pero así funciona la sana competencia,

que es la que nos trajo hasta aquí:


Es cuestión de esforzarse y mantener

el estado competitivo para seguir en

carrera. Al final siempre se imponen

los mejores, que seguro no somos

nosotros:


Sin perdedores no habría ganadores

ni emoción. Las emociones serán

cada vez más intensas a medida que

avancemos, en un sentido u otro.


La vida es cambio e intercambio,

las condiciones cambian, las exigencias

aumentan y los desafíos serán mayores:


Hay que saber adaptarse a todo,

reconvertirse y entablar los próximos

desafíos que la evolución imponga.


Venimos a entablar:

Es más fácil entablar que ganar,

es más fácil perder que empardar.


Pero hay voluntad de entablar.


Justicia legítima

 

(Gualterio Whiteman)

 

No pierdas el tiempo intentando

que la gente te quiera.


Hay quienes nunca te querrán,

aunque lo intentes: No pierdas

tu tiempo en ellos.


Mejor dedícalo a los que te odian:

Deberías hacérselo pagar,

o al menos intentarlo.


¿No te parece que sería justo?


A la justicia la hacemos entre

todos, menos los enemigos:


Con el enemigo ni justicia.


jueves, 29 de agosto de 2024

Beneficios del autocontrol asistido

 

(René Gociarte)

 

Si tienes la mala costumbre

de concentrarte en pensamientos

negativos, te perderás todo

lo bueno que te rodea.


Las malas costumbres se hacen

hábito, y luego no podrás salir

de ese círculo nocivo, cada vez

más concéntrico.


Recuerda: La concentración

excesiva es peligrosa.


Toma distancia de las nociones nocivas,

los malos hábitos y los círculos viciosos.


La disciplina comienza

en el pensamiento: Si no controlas lo

que piensas, no podrás controlar lo que

haces.


Lo que no controlas, no te pertenece:

Toma el control de tu voluntad

y encáuzala en sentido positivo:


El mundo es pródigo en oportunidades

para quienes lo controlan.


miércoles, 28 de agosto de 2024

Advierten sobre nuevas crisis

 

(René Gociarte)

 

Se avecinan nuevas crisis

según pronostican los expertos

en crítica ontológica, económica

y crisis de diseño.


Estiman que podrían ser más

profundas y recurrentes, aunque

también necesarias.


Entienden que están más que

justificadas por la necesidad de

mantener las fuentes de trabajo:


Además de necesarios,

los diseñadores son una fuente

de oportunidades, como las crisis. 


Ahora, por ejemplo, están diseñando

tu opinión  sobre este poema dudoso. 


martes, 27 de agosto de 2024

Los poetas muertos son más confiables

 

(Malcolm Mercader Ergástulas)

 

El mundo espera cada vez más

de los poetas muertos.


Es razonable, en los otros no se

puede confiar demasiado: repiten

fórmulas de uso, o peor: procuran

ser novedosos para diferenciarse

y lucir originales.


La búsqueda de la originalidad

ya los vuelve sospechosos. Reniegan

del pasado, de la historia, desconocen

el trabajo no remunerado de miles de

años entre el hombre y la palabra.


Con una impunidad supina, ajena a

todo verdadero creador, se burlan del

legado histórico y toda la experiencia

acumulada que nos permitió evolucionar

hasta la condición actual.


El hombre moderno es una criatura

compleja, inquieta y desafiante, rica

en contradicciones pero orgullosa de

sus conquistas históricas, geográficas,

lingüísticas y epistemológicas.


Somos la única especie que pudo

conquistar el mundo, la Naturaleza y

sus alrededores y erigirse en creadora

de su propia realidad.



II

La evolución alcanzada en este humilde

segmento de tiempo, no hubiera tenido

lugar sin nosotros: Los más necesarios,

tal vez los únicos. La evolución nos valora

como su recurso natural.


No sólo controlamos todas las poblaciones

animales y vegetales, sino que logramos

extender la conquista hacia nosotros mismos:


El espíritu de conquista, nunca se satisface

por completo, nos seguimos conquistando

obedeciendo el mandato histórico, biológico

y tal vez divino.


El hombre es algo que merece ser superado,

y alguien lo tenía que hacer… (Siempre lo

mereció, aunque algunos no lo entendieran)


No podemos detenernos, hacerlo sería contrario

a la naturaleza evolutiva que nos define.


Lo único que no puede ser superado

es lo original: Ahí están nuestros poetas

muertos, que son inagotables y han de haber,

seguramente, abrevado en otros.


Volvamos a leerlos, a descubrirlos

o a reconquistarlos: No hay nada nuevo

bajo el sol.


No podemos detenernos en falsos profetas

o supuestos poetas que pretenden cuestionar

nuestra tradición histórica, burlándose del

lector incauto, de dudosa formación,

ofreciéndole su producto apócrifo, editado

en forma de poema.


Debiera implementarse el etiquetado, como

en otros productos de consumo, donde las

autoridades legítimas nos prevengan sobre

los excesos contenidos en estos objetos.


Hasta tanto, sólo podemos confiar en los

poetas muertos que conocemos, que por

algo son reconocidos y por algo murieron.



El mesianismo es un humanismo

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Mi mecedora no se mece como otrora,

el tiempo, o la falta de uso

hicieron su trabajo:


Así funciona la muerte.


Ella es la misma, pero ya no

me mece como me mecía:

¿Será que ya no lo merezco?


El tiempo, sea ganado o perdido

nunca se merece: En ese sentido

nadie sabe lo que merece, como

tampoco en otros.


¿Dios sabrá?


Mi mecedora reposa como siempre,

ya no me mece como me mecía.


Tal vez debiera imitarla

y reposar hasta que llegue 

el próximo mesías.


lunes, 26 de agosto de 2024

La importancia de la estabilidad emocional

 

(Elpidio Lamela)

 

La estabilidad es un estado

provisorio en condiciones

normales.


Una emoción exitosa

afecta la estabilidad emocional

tanto como la que fracasa:


Toda carga emotiva necesita

ser emitida de algún modo. Lo

normal es darle el curso apropiado

para que no altere otras actividades

propias de la normalidad:


Es la única forma de acceder

a una cierta estabilidad.


El mayor grado de estabilidad

se alcanza en el estado de reposo,

en condiciones naturales.


Pero en condiciones normales

no se puede vivir siempre en

ese estado:


El estado de reposo es siempre transitorio.

La estabilidad, podemos afirmar, es la

condición primordial para la producción

de cualquier movimiento desestabilizador.


Instrucciones para no detenerse

 

(Epifanio Weber)

 

No te detengas ante nada

que no detente un poder

superior al tuyo.


Para estar seguro, debieras

empezar por reconocer lo

tuyo, tu propio poder.


Luego, serás libre

de detenerte cuando lo desees.


Sólo el deseo te pertenece, es

esa tu verdadera propiedad:


No dependas de otras o de otros.


La propiedad privada objetiviza

la libertad individual, como averiguó

el filósofo alemán.


(Alemania siempre produjo buenos

filósofos y otras razas de perros,

como el ovejero alemán. Aunque

no le alcanzó para ser un imperio)


No te detengas ante nada

hasta no conocer su verdadero poder 

de fuego.

 

Ni te detengas a preguntar a otros

si conviene detenerse:  No hay mucho

que preguntar, y menos a otro.


Antes de detenerte recuerda

que el centinela abrirá fuego

con todo derecho.


No te detengas ante interlocutores

sospechosos, no confíes en ningún detenido

aunque sea por averiguación de antecedentes.


Todos portamos algún antecedente ominoso.

No te detengas:


Obedece sólo tu deseo, es lo más

seguro, aún cuando sea dudoso.


domingo, 25 de agosto de 2024

El orden sensible es uno de los más sospechosos

 

(Aparicio Custom)


Somos sensibles a la autoridad,

a la luz y al peso de la ley

de gravedad.


No mucho más: la sensibilidad

no es palabra clave dentro del

Orden Sensible o Natural.


Sabemos metabolizar signos

y símbolos mejor que el diablo:


En realidad, la sensibilidad del

diablo nos produce rechazo, no

valoramos los signos débiles

ni las muestras de debilidad:


La debilidad es un desorden

de la naturaleza, el diablo ha

de tener sus culpas.


Más que en el orden sensible

o en el orden simbólico,

confiamos en el metabólico:


Hay un orden aparente, otro

oculto, un orden subalterno y

hay subórdenes que suben y

que bajan.


Sabiendo subordinarse a ellos

y respetando el orden de mérito,

cada uno puede moverse en libertad


y agregar los valores correspondientes

al valor de su propia subordinación.


Somos sensibles a las autoridades

y a las leyes emanadas que ordenan

y regulan el movimiento de los cuerpos,

mayormente débiles o sospechosos:


Confiamos en la función social

de la autoridad.

sábado, 24 de agosto de 2024

El mundo espera cada vez más de los poetas

 

(Rogelio Rogel)

 

Todo el mundo está esperando

este poema, el poeta lo sabe:


Todos los poetas saben lo que

el mundo espera de ellos, y

deben afrontar esa tarea.


No es poco responder a semejante

expectativa, hay que estar a la altura

para no decepcionar al mundo:


El mundo suele decepcionarnos

en más de un sentido, pero para algo

se es poeta.


Hay que asumir el riesgo y aceptar el

desafío, o bien, dedicarse a otra cosa:

El poeta no es un aventurero, y mucho

menos un pusilánime.


Sabe que el mundo espera impaciente

ese poema, que podría cambiar su suerte

para siempre, o no tanto:


Siempre es un adverbio bastante excesivo,

el poeta no rehuye los excesos, sabe que

vive de eso y que todos los excesos son

parte de este mundo que espera este

poema.


Podría, al menos, cambiar una parte

de esa suerte por un momento: No es

una aspiración desmesurada o excesiva:

No dura mucho la lectura de un poema,

aunque sea de efecto prolongado:


El mundo no demora nada en consumir

y metabolizar un poema bueno, malo o

aceptable. Pero lo espera con avidez,


sabe que su futuro puede depender de él,

al menos una parte.


El poeta responsable, toma riesgos

y acepta el desafío: Sabe que no se puede

complacer a todo el mundo, como cualquier

político lo sabe.


La política poética, siempre responde a

otros valores y el poema, con su carga

de futuro está de paso por los sistemas

de valores.


El poeta debe ser capaz de resistir

a todos los valores ideológicos y sus

distintas políticas de seducción y

captación. No es fácil, si no cualquiera

podría ser poeta.


Él lo sabe, está solo ante un mundo

que espera ese pronunciamiento poético

que podría cambiarlo todo.


No es un juego más, es más que un

desafío y sabe que podría ser perfectamente

mal interpretado: El verdadero poeta

conoce esa experiencia y debe resolver

en tiempo y forma para no repetirla más

de lo deseable.


Conoce sus recursos, y confía: Tal vez

no sepa lo que hace, pero en cambio

sabe lo que es.


Un poeta responsable no puede vacilar:

Si el poema no puede cambiar el mundo,

al menos debe ofrecer una buena resolución

deceptiva.


El mundo está esperando ansioso

este poema, espera que pase algo

en él o que al menos no lo decepcione

como pasatiempo. 


viernes, 23 de agosto de 2024

Mónica y su túnica

 

(Germán Singerman)

 

Entiendo que conserves tu túnica,

Mónica, todas las túnicas son únicas,

pero al cabo del tiempo descaecen.


Tu túnica destiñó, su destino se cumplió

y ya no es la misma: Parece una túnica

decimonónica, Mónica.


La tónica de las túnicas se pierde

en el tiempo, como los cuerpos

simples y compuestos que aseamos

y vestimos.


Si te visto no me acuerdo, diría el

cuerpo de tu túnica si hablara.


No podemos vestir anacronismos, Mónica,

salvo los monjes, tunicados o iniciados.


En un principio no importaba ser único

había tiempo y una túnica mantenía su

valor como significante:


Las modas podían esperar

y no pasaba nada, ni siquiera había

que hacer memoria: Todo era cuestión

de vestirse y desvestirse.


Hoy los anacronismos están a la orden

del día, Mónica. Tu túnica deshilachada

y desteñida es como un fantasma del

viejo pasado que sigue repitiendo su

prédica anacrónica, que nunca volverá

a ser la misma.


No podemos seguir afantasmándonos,

Mónica. Todavía somos únicos, así

como esa túnica que languidece.


Pero la realidad ahora es otra:

Nosotros, los de entonces, ya no

somos los mismos:


No somos más que un anacronismo,

disfrutémoslo antes que sea tarde,

Mónica  ¿Oyes aquella música?


jueves, 22 de agosto de 2024

Mujeres que no saben por qué silban

 

(Elpidio Lamela)

 

-No silbes, Silvia.


-¿Por qué no?


-Porque no, Silvia. Las mujeres

no silban, no es femenino.


-Yo soy una mujer que silba, sin

que afecte mi producción hormonal

ni mi condición femenina. Silbo,

como podés silbar vos…


-Yo no silbo, Silvia ¿Cuándo me viste

silbando?


-Bueno, eso es cosa tuya, nadie te lo

impide.


-Mirá, Silvia, yo no sé silbar. Pero si

supiera, no sé si silbaría.


-Es fácil, hasta un ama de casa puede

hacerlo.


-No, ellas son muy femeninas y saben que

no es cosa de mujeres. Hay cosas que las

mujeres hacen mejor que nosotros, y otras

que sólo podemos hacer los hombres…


-¿Querés que te enseñe?


-Gracias, ya lo intenté cuando era pibe

y no pude.  Ahora no me interesa, eso de hacer

sonar el aire no tiene ningún sentido, y yo no

necesito reafirmar mi virilidad con esa pavada.


miércoles, 21 de agosto de 2024

El goce de los sentidos

 

(Manuel Lupanares)

 

Después del goce

de una comida copiosa,

no hay como una buena siesta

compartida.


Son pocas las cosas

que necesitamos compartir,

y a veces no nos es dada

la compañía adecuada.


Pero siempre hay opciones

si estamos dispuestos a bajar

la vara un poco:


La rata almizclera es una

buena compañera, su sueño

es plácido y sereno y raras

veces ronca.


El hombre de campo, curtido

en las adversidades naturales

de la soledad ontológica,


sabe apreciarla a la hora de

compartir su sueño y ante

la necesidad de confiar sus

secretos.


El almizcle de roedor es más

suave y sugestivo que el de

otros mamíferos aptos para

el consumo humano.



lunes, 19 de agosto de 2024

Músculos blandos

 

(Tomás Mercante)

 

La musculatura lisa del encéfalo

es responsable de algunas proezas

y bastantes despropósitos.


De ella procede la mayor parte

del tejido poético, cuyos artificios

retóricos y excesos metafísicos


nos hace olvidar al mono, cuya

mano nos sostiene y mantiene

erectos y sujetos.


domingo, 18 de agosto de 2024

Un viaje de rutina al corazón del desierto

 

(Amílcar Ámbanos)

 

La substancia se sostiene

por sí misma y entre sí,

 

podemos extraer su esencia

y parte de su forma y ella

seguirá siendo lo que es.


Nadie sabe lo que es

pero hay distintas versiones:


La substancia se sostiene

por sí misma, entre olas, humos

y pespuntes que se alquilan.


Se sostiene sin necesidad

de incorporarse a nada

o integrarse a tu proyecto.


Despunta el vicio

con sus mejores oficios


¿Cómo no hablar del superyó

cuando el murmullo en desarrollo

alcanza su mejor volumen y una

nueva nube tóxica prospera?


Ahora ¿qué otra cosa prosperó?


Cambia el paisaje y la tripulación.

El pasajero no se da por enterado,

olvidó su condición y duerme

el sueño de los justos:


No es un sueño compartido, sólo 

sabemos que es ajeno, y siempre 

es otro.


sábado, 17 de agosto de 2024

El pozo

(Eleuterio York)


El enterrador había caído en un

pozo depresivo,  cumplía sus 

obligaciones como lo había hecho 

siempre:


Conocía su oficio u arte monótono

como ninguno y eso le permitía

realizarlo, aún en estas condiciones,

sin las motivaciones habituales de

quien ama su trabajo.


Sentía que no era el de siempre,

aunque nadie lo notara.


El enterrador sentía que se le había

empozado el alma, no sabía por qué

ahora acunaba ese vacío en el pecho

que no lo abandonaba.


Como un autómata, repetía los movimientos

conocidos y tantas veces repetidos, pero sin

obtener sentido: Hay que salir del pozo, se

repetía sin ilusión.


Siempre había amado su trabajo,

la motivación de sentirse socialmente útil

le agregaba valor y alimentaba su orgullo.


Pero ahora no, nada era igual y no encontraba

respuestas ni en el fondo de su alma empozada.

En cambio, sólo emergía una pregunta

que no se animaba a formular:


¿Había perdido la pasión?

¿Era esa su verdadera vocación?

viernes, 16 de agosto de 2024

Acá no

 

(Nicasio Uranio)

 

Acá se ve:

lo que quedó de la ceniza.


Acá los bordes fracasados

humedeciendo el contorno

fehaciente del fracaso.


Acá se advierte, todo lo que veas

antes y después será parte del

olvido.


Entre las advertencias genéricas

y los protocolos de rigor,

una salvedad que reza:


La salvación está en la punta

de la lengua. No resarce conocer

tu lengua y sus distintas puntas, ni

reconocer que has olvidado tu oración.


No juegues con fuego, no abras otro

juego, otro frente de juegos a olvidar.

Es mejor dejar que el fuego juegue solo

o juegue con nosotros a voluntad.


Sólo el viento es libre hasta donde sabemos.


¿Hasta dónde sabemos?


Leo los bordes de la borra sobrante:

imprecisos, claudicantes tonos de un

hedor ambiguo, fogoso, el insumiso

clamor de un viejo mapa de silencios.


Acá se ve, es todo lo que había.

No todo lo que hay es lo que es.


Petitorio elevado

 

(Tomás Lovano)

 

Quisiera un requisito diminuto

o dos, para observarlos

a una distancia saludable y

persignarme en vísperas de Dios.


Quisiera un requisito mínimo,

o al menos dos mitades paralelas

para ser justo y aspirar

según los protocolos divinos

en vigencia, a un poco de infinito.


Quisiera un formulario vacío

a imagen semejanza

para llenarlo de datos sospechosos

y completar la fórmula provista,

elevándome con subordinación

para complacer a Dios.


Quisiera compartir este deseo

como contribución humilde a toda

promoción del orden sobrenatural,

el más justo de los conocidos.


Quisiera ser más minucioso

sin extenderme en intenciones aleatorias

y completar los requisitos diminutos

con sus pequeñas cláusulas humanas

emanadas del Amor Divino:


Fuente de todo deseo justo y soberano

o su equivalente.


Quisiera, en fin, atravesar los claustros

de los ángeles y ganar altura

para llegar a Dios y sorprenderlo

en plena división.


(Sabemos que sólo se reproducen

por división, aunque Divina)


miércoles, 14 de agosto de 2024

Voces que se pierden

 

(Tomás Mercante)

 

Me estaba quedando sin voz

y seguía hablando solo

como un condenado.


Entonces cobré conciencia

y oí la voz de la conciencia:


No soy yo, sos vos,

me dije con el resto de voz

que me quedaba, asumilo:


Sólo los condenados hablan solos

y los locos ¿De qué lado estás?


Yo siempre estuve de este lado,

pensé que iba a decirme. Pero

la voz ya no me obedecía…


Entonces cobré conciencia:

la voz de la conciencia es una

de las más dudosas.


 


No hay pique sin carnada

 

(Aparicio Custom)

 

Así como me ven

yo era un alfeñique,


contaba el pez gordo

a unos peces de bajo fondo,

oscuros y discretos en volumen

y presencia, desprovistos de toda

aspiración.


Yo era tan insignificante como

ustedes, pero creí e mi y, con

sacrificio y gracias al esfuerzo

personal crecí, aprendí a liderar

mi crecimiento y no paré:


Así llegué a ser lo que soy

y pude empoderarme entre mis

pares, ahora subalternos.


Sin sacrificio no hay destino,

ahora les enseñaré a pescar:

¡Ojo! A mi nadie me enseñó,

me hice solo desde abajo.


Ésto lo hago por pura empatía,

me reconozco uno de nosotros.


martes, 13 de agosto de 2024

A un costado u otro de todo

 

(Florencio Cusenier)

 

Hay un costado oculto

en la expresión del muerto,


en el sermón enfermo

sobre el cuerpo disponiéndose

a recibir una oración.


Hay un costado obscuro

en las virtudes atribuidas

a la muerte al recibir una oración.


A un costado, el trasiego inútil

oculta la palabra semidada

como una flor sospechosa.


Todos estamos incluídos

en oraciones como éstas,

mejor o peor logradas.


No hace falra despejar el germen

de la muerte, tomar muestras, ni

contar los dientes sobrantes

al occiso.


Otros seguirán cantando

con la boca llena, masticando una luz

y sus efectos personales.


Seguirán cantando a boca llena

con los dientes -nativos o adoptivos-

apretados.


Todos estamos incluídos en alguna

oración, no hace falta conocer mucho

de la muerte:


Hay un período de adaptación.


lunes, 12 de agosto de 2024

La sana envidia de una risa sana

 

(Abel A.Borda)

 

Reía con autoridad y desparpajo,

una risa estentórea y despareja

naturalmente improvisada, como

sólo la emiten almas sanas

que no tienen nada que ocultar,

ni los dientes, ni su falta.


Árboles

 

(Serafín Cuesta)

 

No importa los cipreses que precises

para completar tu sombra.


No hay que encerrarse en un nombre,

una categoría, una palabra.


En una palabra, podrías elegir otras

especies: un abedul, un fresno, una

araucaria, acaso una acacia…


Son muchas las opciones para acceder

a una sombra sustentable.


Son muchos los árboles, como para

conocerlos a todos, pero una conífera

tal vez no sea lo más confiable como

sombra:


Hay especies más productivas en ese

rubro. El conocimiento no importa:


Podés googlear los nombres de los árboles

deseados y conocerlos en profundidad.


Ahí está todo, vas a poder acceder a las

imágenes, observarlos, evaluarlos,

seleccionar y disponer el adecuado para

tu sombra o tu poema de árboles.


Es probable que alguno te resulte

conocido, que lo hayas visto alguna vez.


domingo, 11 de agosto de 2024

El ritmo sentido

 

(Asensio Escalante)

 

El sonido de la noción

rebota en el sentido

del ritmo desprovisto

de emoción.


Vacila la noción

vaciada de sentido,


queda el sonido,

yendo y viniendo

bajo ese ritmo muerto:


un vaivén sin ton ni son

que se repite por reproducción

igual que una emoción

desprovista de sentido.


sábado, 10 de agosto de 2024

Las funciones del silencio

 

(Senecio Loserman)

 

El mundo es raro, Inés,

no menos que su forma

de incluirnos, pensé


al verte vertebrar

un predicado verbal, tan

banal como un minuto de

silencio que circula, sin


otra pretensión. Las tensiones

mueven al mundo de los vivos

para que todo precipite

en formas impiadosas.


Lo observamos como algo natural,

tan natural como habitar, entablar,

reproducir un número de hábitos

dudosos.


Algunos se cultivan en silencio,

cómplice y víctima de vanas emisiones,

predicados que se pierden, enrareciendo

las funciones del silencio, que no nos

necesita.


viernes, 9 de agosto de 2024

Cielo despojado

 

(Emeterio Askman)

 

Ya no hay nubes en la urbe,

ni una nube pasajera que interrumpa

la monotonía abovedada

del firmamento urbano.


Siempre hubo nubes que pasaron,

sabían pasar acompañando nuestro

paso por la condición efímera.


Las nubes siempre nos hicieron

más humanos, como la lluvia

que nos permitía mojarnos, o no

y afirmar que siempre que llovió

paró.


Este cielo despejado no es un buen

augurio, más bien parece una amenaza,

un presagio de que todo puede ser peor.


Mientras, nos aburrimos de que no pase

nada, ni una miserable nube.


¿Dónde están? ¿Qué pasó? ¿Se hicieron

humo? ¿Fueron acaparadas por los nuevos

vendedores de humo?


¿O se aburrieron de nosotros?

¿No soportaron nuestro estilo de vida?

¿Hasta las nubes nos descartan?


Está bien, ya las reemplazaremos,

seguramente en forma ventajosa;

disponemos de recursos:


Siempre que llovió, paró.


jueves, 8 de agosto de 2024

El futuro también es creación humana

 

(Aparicio Custom)

 

La mejor forma de producir futuro

es crearlo.


Podríamos invertir los verbos, pero

el sentido que se crea al producir

no es el mismo que se produce al

creer.


Sólo nosotros producimos sentido, creo.


Los animales producen alimentos,

utilidades: La abeja produce nuestra miel,

la vaca leche, carne, cuero; la lombriz de

tierra produce humus de lombriz, útil para

nuestros compost y la ballena ballenitas.


Hay otros, y luego están los subproductos.

Hay animales que pueden producir algunos

daños y afectar la propiedad.


Pero saben producir valor, como recursos

naturales: Vacas, cerdos, gallinas están bien

adaptados a su condición de recursos.


Ellos no tienen conciencia del valor que

producen, porque no tienen conciencia

del valor, ni tienen conciencia de lo que

es la conciencia o, al menos de lo que

significa Luego, la falta de conciencia

les impide hacerse valer.


El verbo crear es distinto:

La acción de crear es superior

a la de producir, tiene otro valor.


Sólo nosotros creamos, junto a Dios

que así lo dispuso cuando creó todo

y nos eligió para que creáramos

este mundo de paz, a imagen semejanza.


miércoles, 7 de agosto de 2024

Aumentan las reservas de recursos patológicos

 

(Eleuterio York)

 

Se puede faltar a la palabra

o recurrir a la sustitución

como herramienta.


Cada vez hay más herramientas

a disposición, algunas son

intercambiables como nosotros.


No se puede inventar una inversión

en invierno o acogerse al beneficio

de la duda, para ocultar la palabra

en falta.


Pueden faltar o sobrar las palabras:

Es mejor que falten: una palabra de

más puede arruinarlo todo.


Quien crea en las sustituciones ventajosas

tiene asfaltado el camino para importar

recursos y herramientas y pasar inviernos

sin contratiempos evitando los excesos.


La falta reiterada no se acumula, está

probado y aprobado como el pecado.

Los inviernos siempre pasaron, la mayor

parte de las muertes ocurre en invierno.


Pero también hay quienes nacen

en invierno sin contraindicaciones:

Estamos invirtiendo, los gerundios

son oportunidades para pasar a la

acción:


Todo estado es transitorio, las necesidades

crecen y se multiplican como los panes y

los peces de dios. Los necesitados son un

participio pasado como todo sentido conocido.


Se puede faltar a la palabra por error

u omisión, o siguiendo un protocolo de diseño:

Las palabras no importan, hay otras herramientas

y recursos e instrumentos que conniven.



Se puede recurrir a la sustitución

de impostaciones e invertir en frío

para mejorar la circulación del invierno.

 

Para la primavera todavía falta,

aprovechá la liquidación de temporada.


Contamos con recursos para disponer

de un goce apócrifo y soberano: 

 

Una realidad tan sustentable como

nuestros desechos patológicos.


El buen perdedor

 

(Florencio Cusenier)

 

Éramos nosotros o ellos,

ganaron ellos:


Hay que saber perder

y aceptar.


Los buenos perdedores

saben aceptar y esperar

otra oportunidad.


Supe perder mucho, y siempre

acepté: acepté que no sabía

perder, y así fui aprendiendo.


Mientras acumulaba derrotas

aprendí a no perder mi derrotero:

Hay cosas que no se negocian,

aprendí, como la dignidad.


Perder con dignidad, o sin ella

no cambia mucho las cosas:

somos perdedores.


Pero aceptamos que para que uno

gane, otros tienen que perder: Eso

es innegociable y siempre fue así.


Lo importante es la experiencia

ganada al ir perdiendo, y saber

mantener la dignidad a niveles

competitivos, mientras vamos

aprendiendo a aceptar.


Yo acepté y ya aprendí, ahora

notengo nada que aceptar:


Comparto pero no acepto.


martes, 6 de agosto de 2024

El adjetivo neutro

 

(Amílcar Ámbanos)

 

El adjetivo neutro es un recurso

útil, que se adapta a casi todas

las necesidades del hablante,

tanto como del escribiente.


Puede sacarte de un apuro

cuando te faltan las palabras

y se espera que digas algo anodino

para salir del paso.


Siempre hay algo que agregar

a esa falta, y el adjetivo neutro

lo resuelve con solidaria autoridad.


La ventaja de esta clase de adjetivo,

es que sin alterar conceptos, ni el

sentido de la frase, si lo hubiera, le

suma un tono criterioso, pleno de matices

amigables con el intercambio sano.


Hay ejemplos de sobra: formidable,

espectacular, inédito, patético, icónico,

emblemático, sustentable, etcétera.


El adjetivo neutro no agrega mucho

ni cambia nada, pero se adapta a casi

todas las necesidades del hablante

o del escribiente.


En el discurso del pensamiento, es más

difícil observar la neutralidad, pero el

pensamiento propìo es cada vez menos

frecuente entre nosotros, y tiende a ser

definitivamente neutralizado.


 
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