(Epifanio Weber)
No te detengas ante nada
que no detente un poder
superior al tuyo.
Para estar seguro, debieras
empezar por reconocer lo
tuyo, tu propio poder.
Luego, serás libre
de detenerte cuando lo desees.
Sólo el deseo te pertenece, es
esa tu verdadera propiedad:
No dependas de otras o de otros.
La propiedad privada objetiviza
la libertad individual, como averiguó
el filósofo alemán.
(Alemania siempre produjo buenos
filósofos y otras razas de perros,
como el ovejero alemán. Aunque
no le alcanzó para ser un imperio)
No te detengas ante nada
hasta no conocer su verdadero poder
de fuego.
Ni te detengas a preguntar a otros
si conviene detenerse: No hay mucho
que preguntar, y menos a otro.
Antes de detenerte recuerda
que el centinela abrirá fuego
con todo derecho.
No te detengas ante interlocutores
sospechosos, no confíes en ningún detenido
aunque sea por averiguación de antecedentes.
Todos portamos algún antecedente ominoso.
No te detengas:
Obedece sólo tu deseo, es lo más
seguro, aún cuando sea dudoso.
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