(Nicasio Uranio)
Acá se ve:
lo que quedó de la ceniza.
Acá los bordes fracasados
humedeciendo el contorno
fehaciente del fracaso.
Acá se advierte, todo lo que veas
antes y después será parte del
olvido.
Entre las advertencias genéricas
y los protocolos de rigor,
una salvedad que reza:
La salvación está en la punta
de la lengua. No resarce conocer
tu lengua y sus distintas puntas, ni
reconocer que has olvidado tu oración.
No juegues con fuego, no abras otro
juego, otro frente de juegos a olvidar.
Es mejor dejar que el fuego juegue solo
o juegue con nosotros a voluntad.
Sólo el viento es libre hasta donde sabemos.
¿Hasta dónde sabemos?
Leo los bordes de la borra sobrante:
imprecisos, claudicantes tonos de un
hedor ambiguo, fogoso, el insumiso
clamor de un viejo mapa de silencios.
Acá se ve, es todo lo que había.
No todo lo que hay es lo que es.
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