(Tomás Mercante)
Me estaba quedando sin voz
y seguía hablando solo
como un condenado.
Entonces cobré conciencia
y oí la voz de la conciencia:
No soy yo, sos vos,
me dije con el resto de voz
que me quedaba, asumilo:
Sólo los condenados hablan solos
y los locos ¿De qué lado estás?
Yo siempre estuve de este lado,
pensé que iba a decirme. Pero
la voz ya no me obedecía…
Entonces cobré conciencia:
la voz de la conciencia es una
de las más dudosas.
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