(Aquino Lamas)
Análisis analógico de la siguiente oración:
Oración repetida por mi profesor de lengua
castellana, hace tantos años… Mucho más
que suficientes para estar muerto: Ya era
viejo entonces, andaba con bastón y mal
de Parkinson.
Hace varias décadas que debe descansar
en paz.
¿Cuántas palabras necesita un muerto
para descansar en paz?
¿Una buena oración le alcanzaría?
¿Una oración sentida y cargada de sentido
que se eleve, o dos?
¿Una cadena de oraciones bien armadas
que se articulen entre sí en una relación
feliz, aunque fugaz, para ganar altura y
elevarse hasta alcanzar al alma que partió
y va alejándose en busca del descanso
eterno?
¿Son mejores las oraciones cortas
para que no se rompa la cadena?
Es posible, a lo largo de la vida olvidamos
longitudes, magnitudes y un volumen de
palabras:
La memoria, sólo retiene algunas oraciones
cortas. La vida no es tan larga, y no hay
mucho por decir.
Tal vez se aprenda con la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario