(Tomás Lovano)
No envidies a tu prójimo,
aunque te parezca envidiable
como yo.
Tu envidia es un sentimiento negativo
que habla más de ti que de mi, salvo
que sea sana.
Yo no conozco la envidia, ni sé si la
despierto; no me importa. Aunque
reconozco que es un sentimiento común:
Son más lo envidiantes que los envidiados.
No creo que haya nada que envidiarme,
pero reconozco que es una percepción
parcial, la mía: Hay quienes son capaces
de envidiar cualquier cosa.
No es mi caso: No creo que haya nada
que envidiar aquí, es más: Creo que no
tenemos nada que envidiar a nadie.
Cada uno tiene la suerte que merece,
o no, pero no creo que sea determinante,
Dios sabrá.
No creo mucho en la suerte, ni en Dios,
pero no lo envidio: Sabrá lo que hace.
Él sí que tuvo suerte, al ser elegido para
crearnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario