(Olvido de la Fuente)
El apetito compasivo
es constitutivo del deseo.
La apropiación del otro,
del cuerpo de otro, está
contemplada como funcional,
tanto para el acto sexual
como para el metabólico.
Metabolismo y sexo nos definen
y determinan como dependientes:
¿Por qué habría de incorporar
esa carne ajena, el cuerpo del otro
al mío perfectamente acabado y
completo?
¿Hasta qué punto un cuerpo de otro
me completa?
¿Cuántas carnes necesita incorporar
mi carne para mantenerse saludable?
¿Hay más preguntas?
Podría haberlas, pero ante este cuerpo
muerto que se me ofrece en el plato,
no puedo dejar de sentir compasión:
Murió por nosotros, una vida de sacrificio;
era su misión en esta vida, alimentar la
nuestra, la mía.
La compasión es una forma de empatía
que nos conecta a otros seres
y despierta el apetito.
Compasión y empatía, son sentimientos
propios del animal humano, tal vez el
más sensible del Orden Natural:
Los animales nos hacen más humanos.
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