(Horacio Ruminal)
Las hormonas son fundamentales
para acceder al orgasmo, al goce
de la relajación, al pleonasmo
y los demás goces de una vida plena.
Un déficit pronunciado en el tiempo
de alguna de ellas, nos sume en el
desequilibrio:
El desequilibrio hormonal, lleva al
emocional, una disfunción que reduce
o disminuye el rendimiento productivo
y nuestras capacidades naturales:
Tanto para las actividades productivas
como para las inutiles.
El fracaso del equilibrio, en otras palabras,
reviste consecuencias indeseables:
No suma, a la hora de gozar del bienestar
natural propio de todo lo que vive y desea,
o se autopercibe como tal según su deseo.
Las hormonas nos hermanan al prójimo
y toda criatura que comparta nuestro mundo,
sus valores activos y pasivos, y exprese ese
deseo vital e irracional que mueve los destinos
de los cuerpos vivos, o sospechados de vida.
II
Algo sospeché, ante una merma de mis apetitos
naturales y una desidia que evolucionaba en
decidida indiferencia hacia todos los estímulos
externos, el deseo del otro y la falta de empatía
hacia el prójimo, ya fuera un semejante o no.
No me resigné, y recurrí al conocimiento objetivo
de la ciencia cognitiva, sometiendo mi caso a los
estudios pertinentes.
La Neurociencia detectó el problema: Una baja
producción de la hormona del encono, era la
causa del desequilibrio que afectaba mi conducta,
dificultando la interacción y el goce del sentido
de pertenencia.
Lo tomé con calma, no era para inquietarse:
Conociendo las causas, no importan los motivos
y casi todo puede revertirse.
Seguí las indicaciones de los profesionales
y volví a la normalidad: Volví a ser yo,
con todo su equilibrio a pleno.
Ahora estoy fastidiado y me enojo por
cualquier cosa, como en los buenos tiempos,
Hay que saber gestionar nuestras emociones
y disfrutarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario