(Elpidio Lamela)
Hay hormonas que son bastante útiles
como las endorfinas, adrenalina, serotonina
o dopamina.
Según las circunstancias, pueden cobrar
mayor utilidad unas u otras.
La oxitocina, conocida como la hormona
del amor, posee una utilidad muy acotada:
Como es sabido, el amor suele ser un estado
excepcional en la vida del hombre moderno
y su duración es tan acotada como dudosa.
Hay quienes manifiestan haberlo conocido
alguna vez, y quienes dicen haberlo hecho
en más de una ocasión. Son testimonios
dudosos,en tanto nadie sabe bien lo que en
verdad significa el amor.
Es probable que una mayoría pase por la vida
sin conocer del amor más que algún sucedáneo.
Luego, se podría deducir que esta hormona
es poco más que inútil.
II
El amor suele presentarse como algo azaroso,
un flechazo, una vibración o una sensación
inexplicable que nos excede y nos lleva a
hacer cualquier cosa.
El amor a primera vista: un ser al que no
conocíamos y pareciera contener todo aquello
que necesita nuestro deseo, sin ningún criterio
razonable.
Es útil establecer una diferenciación: Muchas
personas, remiten el amor a la sensación de estar
o haber estado enamorado…
No es lo mismo: Hay bastantes posibilidades
de que esa sensación o sentimiento no sea
compartido, y el objeto deseado no trascienda
la mera fantasía.
Luego, aparecerán otros objetos de menor interés
pero más accesibles, se bajarán las pretensiones
para terminar negociando: Al fin y al cabo,
tampoco uno es lo que parece; tal vez nadie lo sea
y no todos sabemos vendernos bien.
En esos casos, cabe la pregunta:
¿Fue útil la producción de esta hormona?
No pareciera.
III
Veamos el testimonio ilustrativo de
Amancio Lovenberg, un profesional reconocido
con una trayectoria bastante exitosa en algunos
ámbitos de la vida. También cuenta con una voz
propia en el concierto literario, con un seudónimo
que omitiremos:
Yo estuve enamorado, creo que dos veces. Una
seguro, aunque podrían ser tres. Eran distintos
momentos de la vida.
Mi experiencia, lo que recuerdo de ella, o ellas,
es que estaba hecho un idiota, algo se había
alterado en mi y no sé lo que podía transmitir;
sin duda no era nada interesante. No lo aonsejo.
La idealización del objeto, hace que parezca
inalcanzable, y el propio deseo nos juega en contra.
Todas las cualidades y valores propios de nuestra
personalidad se ven opacados por el temor al
rechazo, produciendo esa imagen complaciente,
achatada y atontada que no puede conducir más
que al fracaso.
Ahora bien, superado el trance y consumado el
fracaso, se vuelve a la normalidad y uno recupera
sus facultades, junto con la sensatez, y piensa:
Si yo no hubiera estado enamorado, es posible
que actuara en forma natural y mostrara una
imagen distinta, mi verdadera cara, libre de
condicionamientos, resultando un objeto más
interesante, deseable, codiciable.
Claro que sin estar enamorado, tal vez no lo
hubiera aprovechado como corresponde, en fin.
IV
La conclusión de Amancio es claramente negativa:
La oxitocina es una hormona inútil, si no algo peor.
Nosotros, desde el enfoque académico de la praxis
analítica, no podemos ser tan taxativos: Creemos
que todas las hormonas son necesarias hasta que
se demuestre lo contrario, y cumplen su función,
aunque algunas parezcan menos útiles, según
las circunstancias.
No todo son hormonas en la vida útil del
sujeto hablante y deseante. No somos sólo
biología y pasaje de fluidos hormonales.
Reconocemos y respetamos todos los
emprendimientos científicos, como la
neurociencia cognitiva y la economía del
conocimiento hormonal.
Pero no todo es biología, hay que evitar
todos los reduccionismos. Somos algo más
que estas hormonas: también está el amor
(aunque no es mucho lo que sabemos de él)
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