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lunes, 29 de abril de 2024

Vanguardias poéticas

 

(Tomás Mercante)

 

No hace falta ser original

para ser poeta.


Lo esencial en poesía

es dejar de decir

lo que ya ha sido dicho,


salvo que se tenga la certeza

de poder hacerlo mejor:


Nada del otro mundo.


Salvo para aquellos poetas 

que dicen no ser de este mundo.


domingo, 28 de abril de 2024

Dioses, semidioses y subsidios

 

(Aparicio Custom)

 

La mercancía divina está por las nubes.

Ahora volvió a subir y se está volviendo

cada vez más inaccesible, con los últimos

aumentos a los aranceles de importación.


No es producto de necesidad y urgencia,

justifican las autoridades:


Para sanear la economía, hay que transparentar

todo lo que entra y lo que sale, procurando que

sea más lo primero.


El Estado no puede vivir emitiendo

para subsidiar cualquier cosa:


Este producto tiene un costo, como toda

mercancía más allá del porcentaje de su

proporción divina, y quienes realmente

lo quieren y lo merecen son gente de bien

que puede pagar cualquier precio.


Fuera de eso, todo el mundo goza de libertad

para generar sus propios recursos.


Las fuerzas del cielo son ajenas a los números

de la economía y están por encima del orden

secular y las cuestiones materiales.


Todos sabemos que los precios 

de las mercancías los fija el mercado,

así en la tierra como en el cielo.


El perro sordo

 

(Onésimo Evans)

 

El perro está solo

en su cucha,

en esa casa abandonada.


Vive solo, en la cucha

que está ahí, dentro de

esa casa abandonada.


No sale mucho de su cucha,

alguien le acerca algunos

restos de comida y así

se mantiene.


Nadie volvió a pronunciar

su nombre nunca, desde que

la casa quedó sola, abandonada

como un perro.


Quedó solo, en esa casa, con

su cucha algo deteriorada por

el tiempo abandonándola.


Parece haberse acostumbrado

a la soledad: Con el tiempo,

uno se acostumbra.


Tiene su cucha, eso le basta

aunque no escucha ninguna voz

llamándolo por su nombre -un

nombre humano, como todos

los que conocemos-


¿Habrá olvidado su nombre

con el tiempo? ¿Habrá perdido

el oído, el olfato, su identidad

canina con nombre propio?


¿No escucha el perro?


Tal vez haya sido un celoso guardián

en otros tiempos. Ahora está solo, en

su cucha en esa casa abandonada

y no tiene a quién avisar ni proteger:


El cartel, cuidado con el perro, casi

ilegible, pareciera ahora una burla.


¿Es vida la de ese perro?

¿O es la verdadera vida de perro?

¿Habrá desarrollado otras capacidades

para adaptarse a sucesivos abandonos?


¿Es la vida una casa abandonada?

¿O la cucha que yace dentro?


¿Es la seguridad de un lugar

de pertenencia, aunque haya

sido abandonado?


El perro no sabe hacer preguntas.

Seguro que ni sabe que es un perro.


Tiene su cucha, es lo que hay,

debe sentir: y es lo más seguro

que puede haber.


Acaso, lo único seguro ante tanto

abandono.


¿El perro escucha?


sábado, 27 de abril de 2024

Paseo nocturno

 

(Nicasio Uranio)

 

Anoche saqué a pasear

a mi mascota: un cachorro 

de uróboro.


Caminamos en la misma

dirección de siempre, en el

sentido de las agujas del reloj,

repitiendo el circuito conocido.


Somos animales de costumbre.


Cuando me quise acordar,

ya era de de día y estábamos

de vuelta.


viernes, 26 de abril de 2024

Técnicas de barrido (lado b)

 

(Horacio Ruminal)

 

Hice un barrido de algoritmos

y con lo que recogí

armé un castillo de arena,

o de adobe…


...mejor barro, pensé:


y me puse a barrer

como si fuera un algoritmo


(el castillo lo necesitaba,

estaba lleno de polvo…)



II

Pero a medida que barría

me iba sintiendo más

un algoritmo ajeno:


Como ése que puede detectar

ésto al barrer, pero confunde

polisemia y homofonia.


Como ése,

que barra lo que barra

al pasar, no borra lo que barre

al pasar por el código de barras,

ajeno al sentido connotado:


Como ése

Como ése


(El castillo no funcionó

como el de Kafka, pero

armé mi propio código

de barro)


Ahora barro como algoritmo

nuevo: Con el polvo, no se

termina nunca.


Elogio del monólogo a viva voz

 

(Gualterio Whiteman)

 

Felicitarse a sí mismo en voz

alta es beneficioso para la

autoestima, descubren los

expertos.


No lo sabía, acabo de leerlo

en Internet. Pero es una práctica

que conozco, aunque no recuerdo

cuándo fue la última felicitación

recibida:


Hay muchas cosas que hacemos

bien, sin saberlo. Sin duda, habrá

otros motivos que no conozco

para que me felicite.


No pude menos que felicitarme,

no sé si mi autoestima lo necesitaba.

Pero nunca está demás y no cuesta

nada.


Otra prueba más de cómo Internet

mejora la vida y nos hace más

felices.


¿Sabías que hablar solo es un signo

de inteligencia?


No lo repitas en voz alta: si se corre la

voz, todo el mundo va a hacerlo

y nunca sabremos cuando alguien está

hablando consigo o nos está diciendo

alguna pavada.


jueves, 25 de abril de 2024

El archivo divino

 

(Encarnación Segura)

 

Dios no resiste ningún archivo.


Toda la documentación que respalda

y defiende su existencia, tanto como

los testimonios y las pruebas,

son apócrifos según verificadores

independientes, libres de toda sospecha

de parcialidad.


Ésto no significa, ni debe leerse como

una justificación del ateísmo

o el agnosticismo:


Nadie puede atribuirse la representación

de la verdad absoluta, ni la pretensión

de una objetividad sin fisuras, salvo

Dios.


Él no resiste ningún archivo, por lo que

se presume su inexistencia fehaciente.

Sin embargo, siempre funcionó

y todavía funciona.


Debemos ser mesurados en nuestros juicios:

Todo lo que funciona, existe, hasta que

se demuestre lo contrario.


miércoles, 24 de abril de 2024

El cuidado de la lengua

 

(Elpidio Lamela)

 

La lengua es un órgano blando,

lábil, versátil y retráctil.


Es un organismo vivo, un cuerpo

inmenso, amorfo y siempre renovándose,

gracias a un metabolismo

que le es propio.


Nos incorpora a medida que lo

incorporamos, estableciendo una relación

estable que se mantendrá hasta el fin de

una de las partes.


No es una relación simétrica:

La necesitamos

más de lo que nos necesita.


No es de nadie, aunque nos pertenece

a todos, parcialmente: (siempre hay una

parte que no conocemos; se renueva)


Le debemos el sentido de pertenencia

a pesar de nuestras diferencias.



Somos contribuyentes, usuarios, visitantes

o pasantes en usufructo transitorio.


Unos pocos viven de ella, aunque todos

vivimos en ella: nos habita, la habitamos.


No seríamos lo que somos sin la lengua:

Desde ella conocemos el mundo, nombramos

lo que puede ser nombrado y nos reconocemos

en el prójimo.


Sabemos que todos somos prójimos y nos une

esta lengua. Con ella observamos el mundo,

comerciamos, amamos y reproducimos nuestras

propias relaciones asimétricas.


Le debemos gratitud; es necesario que cada usuario

procure mantenerla sana, vital y competitiva:  Todas

son parasitables, colonizables y metabolizables por 

otra  (En nuestra lengua, algunos le llaman evolución)


Defendamos nuestra lengua madre de invasores

indeseables que nos seducen con neologismos 

pintorescos para luego someternos e imponernos

los valores de una lengua enemiga.


Defendamos nuestros valores con uñas y dientes

y lenguas si es preciso:  Todos somos miembros,

sanos o enfermos. Cada lengua es única,

nuestras lenguas lo saben y resisten.


Cuida tu lengua como si fuera tu miembro,

miembra o miembre, acaso sea lo único

inclusivo que nos queda.


Clamores imperceptibles

(Emeterio Askman)


Un clamor unánime y unívoco

partió desde los límites más íntimos.


Cada partícula resonaba como un eco

de otra y todas concurrían a la emisión

del mismo pronunciamiento.


Nada desafinaba desafiando esa unidad.


Recuerdo otro clamor, acaso tan intenso

como éste. Pero no podría afirmar que

sean idénticos.


En clamores y amores

podemos repetir que nada es idéntico

ni igual a lo anterior:


Si bien, ambos expresan el resultado

de funciones que se repiten, cada versión

es única.


Como un cadáver sólo es idéntico a sí

mismo, antes de entrar en descomposición.

martes, 23 de abril de 2024

Extensiones

 

(Elpidio Lamela)

 

Hay extensiones naturales y artificiales.

No hace falta extenderse en la división:


Es conocida la capacidad humana para

naturalizar cualquier artificio que resulte

útil, lo que redunda en la necesidad de

nuevos artefactos y nos mueve a producir.


La producción impulsa el desarrollo de

la economía, generando más trabajo a la

par de la generación de nuevas necesidades.


Las fobias, que en un principio no eran

tan naturales, se han expandido y lo siguen

haciendo entre nosotros, dando lugar a un

amplio abanico de palabras nuevas, que

designan cada una de las distintas modalidades

de este recurso patológico.


Es natural sentir atracción o rechazo a ciertos

objetos, sujetos, situaciones o condiciones.


Pero la fobia es algo más complejo y con

otras connotaciones,  semejante a una

alergia que trasciende el plano meramente

físico:


Podríamos decir que la fobia es la evolución

del rechazo liso y llano.


¿Evolución patológica? Tal vez, pero todas las

patologías conocidas son producto de la evolución:

Nacen como una reacción particular, aislada, que

luego se extiende y se naturaliza.


Todos conocemos la claustrofobia, o su inversión:

la agorafobia. O la fobia bastante extendida a

ciertos animales o insectos como arañas, cucarachas

(aracnofobia, blatofobia), etc.


Pero hoy son muchas más; sería ocioso enumerarlas

y no queremos extendernos (existe una fobia a las

palabras que superan un número razonable de sílabas,

así como otra a los textos que se extienden más allá

de lo necesario)


Xantófobo, es quien no tolera el color amarillo.

Fagofobia significa temor a tragar. Éstas son sólo

dos muestras de todas las oportunidades que se

presentan para el desarrollo fóbico.


No se sabe cuántas hay, ya que ninguna cifra puede

ser definitiva,  la evolución no se detiene

y estos eventos se extienden, en forma natural

a todos los ámbitos del quehacer humano,

creando nuevas tendencias:


El temor al fracaso, está logrando evolucionar

en fobia. Cada vez son más quienes toman

distancias de aquellos sujetos sospechosos

de cargar con algún fracaso.


La expansión es siempre un signo positivo.

Hay quienes aseveran que si se lograra un

rechazo unánime a todos los que fracasan

o fracasaron antes, alcanzaríamos esa unidad

que toda sociedad necesita para salir adelante.


El fracasófobo no tiene nada que perder,

las fobias no fracasan.


lunes, 22 de abril de 2024

Navegar es preciso

 

(Nicasio Uranio)

 

Estamos en el mismo barco,

dijo el roedor que oficiaba

de capitán: un mamífero como

cualquiera de nosotros.


Si se hunde, nos hundimos todos

en alguna medida. Hay algunas

medidas a tomar para mantener

el control y dejar de escorar:


Todas dolorosas y odiosas.

Me gustaría anunciar otra cosa,

pero Dios lo quiso así.


Su voluntad no es negociable,

no podemos hacer agua:


La mayoría de la tripulación

tendrá que sacrificarse por el bien

común. Estamos algo excedidos

en peso y en volumen:


Los excesos son peligrosos.

No podemos echar por la borda las

provisiones, ni arrojar al mar

nuestros recursos naturales.


Todo tiene un costo, créanme: Me

duele más a mí que a ustedes pero

no hay alternativa:


Las fuerzas del océano son impredecibles,

aunque contamos con las fuerzas del cielo

que siempre nos protegieron.


Estamos en el mismo barco, repito,

repitió el Capitán roído por la desazón.

Si se hunde, nos hundimos todos en

alguna medida.


No podemos hacer agua y debemos cuidar

la que nos queda y racionarla.

La decisión está tomada, ratificó la rata.

Sin sacrificio no se consigue nada.


Debo confesar que no fue fácil, pero había

que hacerlo, es mi deber como Capitán.

Créanme, yo soy uno de nosotros

y nunca los voy a defraudar.


domingo, 21 de abril de 2024

Promedios vigentes

 

(Epifanio Weber) 


Los promedios se aceleran

sin pausa, crecen a un ritmo

vertiginoso.


Las velocidades no son lo que eran.


El tiempo gasta sus monedas,

se escurren entre dudas y dedos

que se pierden, volviéndosenos más

ajenos que la propia velocidad y sus

vellosidades.


¿Perdimos el miedo a la velocidad?


¿Cuándo, en qué segmento del trayecto

promediado?


¿En qué momento del movimiento?


¿Hay que perder el miedo?


¿Seguir perdiendo para conocer el resto,

lo que queda, acaso otra oquedad?


¿Alcanza con perderlo todo?


Hay nuevos signos, escribo con éstos,

viejos y aún vigentes.


Las velocidades que conocimos

no volverán; hay que adaptarse pronto,

ya puede ser tarde (me avisan sobre el

cierre de los promedios)


II

Si se pierde el miedo a lo desconocido

se gana una posición, se avanza más

de un casillero y ganamos en velocidad:


Estará todo por conocer.


La velocidad es un medio

para acercarse a lo deseado:


Hay una para el amor, la muerte

y otras formas de consumo.


La lentitud es bella, pero la velocidad

nos determina como sujetos movidos

por deseos.


Un medio puede evolucionar en fin.

No hay mucho tiempo para pensarlo.


¿El miedo perdido no se recupera?


¿Quedan las dudas que prometen promediar?


El tiempo apremia. y todo perime

a una velocidad que se nos escapa.


Cuesta mantenerse ajeno:

Lo que se ve es lo que se escurre

entre los dedos, estos dedos que

se nos van de las manos.


¿Adónde van?


¿Subsiste un miedo residual después

de haber perdido el miedo?


Me temo que el miedo no se pierda

hasta llegar a destino.


¿Contamos con la velocidad adecuada?

sábado, 20 de abril de 2024

Selección de personal

 

(Cósimo Stancatto)

 

-¿Qué sabe hacer?


-Nada, nunca supe qué hacer

como para hacerlo.


-Algo habrá hecho para llegar

hasta acá.


-No sé, no creo haber hecho nada

como para no ser inocente: Me

percibo ajeno a los hechos y no

creo haber hecho nada relevante.


-No hace falta que sea relevante,

lo relevo de usar adjetivos dudosos.


-Bueno, dígame cuales son los

permitidos o aceptados.


-Para ser preciso, ninguno. Depende

de el caso, en su caso, veo que es dado

a la aceptación lisa y directa.


-Sí, siempre estoy dispuesto a aceptar

cualquier cosa. Después se ve…


-No es muy selectivo.


-No, para eso hay que saber.


-Con el tiempo se aprende. A su edad,

algo habrá aprendido aunque más no sea.


-Sí, que hay que saber rodearse. Es lo

único que hay que saber.


-¿Usted sabe?


-Sí, lo sé, siempre supe estar bien rodeado.


-¿Cómo lo sabe? ¿Cómo aprendió?


-No, aprendí solo. Es que nunca supe

estar solo.


Como socavar el horizonte

 

(Aparicio Custom)

 

Una excavadora pasó sin ser notada

por el horizonte. 


En sentido horizontal, pasó

como un cuerpo paralelo al horizonte

que pasa desapercibido,

de un plano a otro.


No es fácil pasar desapercibido

para ningún cuerpo que tenga

su volumen


(Un volumen es algo respetable

pero sólo para otros volúmenes)


El horizonte ni se movió, no acusó

el paso del cuerpo de la excavadora,

como si no pasara nada en todo su

volumen.


El horizonte permanece ajeno

a categorías como peso y volumen:

pertenece a otra dimensión.


Mientras que él, el horizonte propiamente

dicho, nos pertenece a todos por igual,

más allá de nuestros volúmenes.


Siempre estuvo más allá, ahí donde

se lo ve, como si fuera indiferente

a nuestras acciones y al volumen

de nuestras oraciones:


Como si fuera una ilusión.


No sabe que acá, cada uno tiene su

propio horizonte; no le importa:


Pertenece a otra dimensión,

y es indiferente al sentido de propiedad

de los cuerpos paralelos que lo observamos

desde un plano u otro.


La excavadora ya pasó, totalmente

desapercibida. Es natural:


El horizonte está lleno de excavadoras

de distinto volumen; no le afectan,

permanece ajeno como si no pasara nada.


En cambio, la excavadora cayó en un pozo

depresivo, y es difícil que no siga

descendiendo: 


 Sólo sabe cavar y hundirse

más allá del horizonte.




viernes, 19 de abril de 2024

Lectura poética

 

(Elpidio Lamela)

 

Me dejó unos poemas

para que los leyera sin compromiso.


Me comprometí a leerlos

cuando tuviera tiempo, es decir

un tiempo no comprometido a otras

lecturas.


Pasó el tiempo y lo olvidé, hasta que

un día recordé mi compromiso; se me

había pasado.


Entonces, me hice un tiempo y los leí.


No fue una lectura muy comprometida,

no estaban mal. Los leí porque me había

comprometido: Tal vez merecieran otra

lectura, pensé.


Más tarde volví a leerlos, como para

devolver un comentario. Ahí los leí

con mayor atención y compromiso:


No fue lo mismo.


Tuve que volver a leerlos sin compromiso,

tal como lo había prometido.


jueves, 18 de abril de 2024

Contribución al estudio y la interpretación histórica de la función divina

 

(Encarnación Segura)

 

Es dable la idea de un dios doble:

Toma y da, divide y multiplica,

pregunta y se responde a Sí mismo.


Se desdobla para cumplir las funciones

de su doble, el diablo, que también es

doble:


No es vano que represente

el conocimiento, al que debemos

lo que somos desde que conocimos

el pecado.


Esta dualidad divina, es parte de

nuestra esencia ¿Podría ser más

perfecta Su creación?


Sólo Él lo sabe; a nosotros nos es dado

conocer que nada es del todo bueno, ni

malo: Ni el mismísimo Demonio, macho

o hembra.


Nos reconocemos en esta ambigüedad

que es pródiga en matices, y acaso

única en su género.


Dios sabrá por qué lo hizo.

Sospechamos que siempre supo

lo que hacía, tanto lo bueno como

lo malo.


Y es probable que tenga opiniones

divididas.


Cochinilla algodonosa

 

(Onésimo Evans)

 

Botones de algodón a borbotones

para desabrochar a voluntad

 

nubes que brotan y flotan

en el aire, que es parte

del tiempo o viceversa:

 

su rebotar confunde

al observador más avezado.


¿Besó mares de algodón?


No sabe, no contesta:

Algo se desconectó,

se desabrochó.


Bebamos de estas fuentes

abrevadas, los excesos

desbordantes de pasiones

residuales.


Creo en el cuentapropismo

de la gota y en la libre empresa

del poeta empedernido

en un ángulo obscuro de

su ergástula.


No sabe lo que hace,

no sabe lo que es bueno.


Cuentapropista autosuficiente,

produce su propio veneno.


miércoles, 17 de abril de 2024

La horomona secreta

 

(Abel A. Borda)

 

Las hormonas no tienen secretos

entre sí, como los hermanos.


No es un secreto entre nosotros

el valor de las hormonas.


Dependemos de glándulas

para el amor, el metabolismo

y otras funciones menores

como la reproducción,

el crecimiento y el miedo.


No podríamos vivir sin miedo,

un recurso evolutivo que previene

el peligro: La vida siempre estuvo

en peligro, incluso antes de conocer

y desarrollar el miedo.


Tampoco hay que dejarse paralizar

por el miedo: No se puede vivir

siempre con miedo.


Ante el peligro inminente hay dos

opciones: se huye o se lo enfrenta.

Ahí hay que perder el miedo, aunque

sea lo último que se pierda.


Podríamos vivir sin miedo tranquilamente,

si no fuera por la presencia del prójimo,

que está lleno de glándulas ajenas:


Todo prójimo puede encubrir a un enemigo.


Pero me temo que no podríamos vivir sin

otros prójimos; nuestras hormonas no lo

tolerarían.


Las hormonas no tienen secretos

para nosotros: Conocemos su valor

y utilidad, tanto para el amor como

para la guerra.


martes, 16 de abril de 2024

Insert coin

 

(Serafín Cuesta)

 

Cayó,

ahí fue,

tenía que ser,

ya está.


Estaba al caer,

tenía que caer

en algún lugar,

por ejemplo éste:


ahora caigo.


Las cosas caen,

van cayendo

en una sucesión

consecutiva:


es lo que sucede

con las hojas,

las casas y las cosas.


Es cuestión de tiempo,

todas caen, hay que

darles tiempo y esperar:


La gravedad hace el resto.

Ya está:


No es tiempo de metáforas,

es sólo poner la ficha

y esperar a que caiga:


Ahora me cayó la ficha:

era una ficha equivocada.


lunes, 15 de abril de 2024

Nuevos signos naturales

 

(Germán Singerman)

 

Los signos están maduros;

eran nuevos, hasta ahora.


Ya maduros, dejan su lugar

a otros: El lugar de lo nuevo

dura poco.


Madurar esta idea es un signo

de madurez; hay otros.


Se irán presentando a su debido

tiempo, en forma consecutiva,


mientras completamos el ejercicio

de madurar, observando los signos:


Aparecen como novedad, pero no

tardan en naturalizarse, como todo

lo que madura.


El que se quema con su propia

combustión, no tiene forma de

apagarse: No conviene apegarse

a la inmadurez.


Nunca es tarde para volver a madurar.

Hay nuevos signos: Madurar es saber

incorporar en plenitud los signos de la

muerte, que siempre se renuevan.


Lo único nuevo, es que es definitivo.


domingo, 14 de abril de 2024

Policiales

 

(Nicasio Uranio)

 

No se sabía si tenía antecedentes

familiares de muerte traumática,

y la autopsia no pudo establecer

con precisión las causas de su muerte

prematura.


Pero se pudo saber que el cadáver

se encontraba rodeado de sangre,

que aún no pudo ser debidamente

identificada.


No se descarta el crimen pasional,

aunque hay otras hipótesis, y los

peritos siguen distintas pistas.


Lo cierto, es que los hechos de sangre

son cada vez más frecuentes entre los

seres animados, algo que no deja de

preocupar a las autoridades.


Nadie se ha presentado a reconocer

el cuerpo del mosquito.


sábado, 13 de abril de 2024

Subterfugios verdaderos

 

(Serafín Cuesta)

 

La soledad es el último refugio

de los inadaptados.


Lo que rechazas, habla más de tí

que de ello.


No compartas tu violencia:

La violencia es el último refugio de

los cobardes e impotentes.


No te justifiques: La justificación

es el último refugio de los necios.


Tampoco te victimices: La victimización

es el último refugio de los incapaces.


La realidad es lo que aceptas, sé selectivo:

La aceptación complaciente es el último

refugio de los ignorantes, los débiles y

los pobres de espíritu.


¿Es que sólo sabes someterte?


La sumisión es el único refugio

de los condenados y sus cómplices.


¿Crees que la falta de conciencia

te exime de la complicidad y el pecado?


¿No era ésto lo que deseabas? ¿Acaso

tenías otras ambiciones?


La ambición es el último refugio de los

miserables. Si no lo sabías, ahora lo sabes.


¿Que esperabas una oportunidad?


Pues bien, las oportunidades son el refugio

de los oportunistas, aunque no el único.


Ahora puedes aceptar o rechazar

la verdad de lo enunciado. Pero recuerda:


La negación de la verdad es el refugio

propio de los necios.


Conclusión: Para cada necesidad humana

hay un refugio apropiado disponible.


¿Ya elegiste el tuyo?


¿Lo estás pensando?


No olvides: la postergación y la procrastinación

son refugio de los pusilánimes e indecisos.


¿Estás leyendo un poema, o peor: escribiéndolo?


¿Crees que es un buen subterfugio?


Tal vez lo sea en forma provisoria, pero no más

que eso:


La poesía es el último refugio de los inútiles.


viernes, 12 de abril de 2024

La emisión de valores

 

(Aparicio Custom)

 

Tenía tantos valores

que no sabía cómo utilizarlos:

El exceso es hostil a su puesta en valor.


Algunos cayeron en desuso,

pero lograron ser sustituídos

por otros, más actualizados.


La mayoría son valores renovables,

tienen una vida útil; así funcionan.


Un valor que no se mueve, no produce

y pierde su valor en el tiempo.


Con el tiempo los valores cambian,

pero el tiempo no es un recurso

renovable: Hay que aprovecharlo y

saber valorarlo en su justa medida.


La medida justa es aquella que se

ajusta a nuestros valores, que cambian

y se renuevan.


Además de una variable independiente,

el tiempo es oro, o dinero, según la

lengua en que se tome la metáfora

que Franklin repitió:


Alguien la había acuñado antes, pero

eso no tiene ningún valor. Los valores

siempre cambian, según los tipos de

cambio que se fijen.


El dinero es puro valor de cambio,

a diferencia del noble metal, que tiene

algún valor de uso, aunque no tanto

en estos tiempos.


Ahora hay otros oros además del oro

propiamente dicho: Oro negro, oro

blanco y habrá otros.


Oremos por los oros presentes y futuros

y defendamos nuestros valores, que son

lo más importante que tenemos.


No preguntes cuáles son, ni cuántos son.

Yo tengo tantos valores, que no los puedo

contar.


Pero hay contadores más que suficientes

y siempre los habrá, mientras haya algún

valor para contar.


jueves, 11 de abril de 2024

El interlocutor no nace, se hace

 

(Luis Espéculo)

 

Boqueando a pata ancha

como una anchoa despatarrada

y sola en el bosque desbrozado,


perdido como un buey

que habla solo y se contesta

sin poder meter bocado


entre el bosque y su discurso

desbrozado, monótono y autóctono

como un yo sin desarrollo, 


boqueando solo y sin control,

ya desbocado entre impares bocanadas

en medio de un paisaje muerto,


para no hablar de mi

ni caer en la tentación


de irme de boca, sin decir

esta boca es mía.



 



miércoles, 10 de abril de 2024

Como proteger el polvo

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Polvo bruto

o polvo elaborado.

Polvo real o polvo

imaginado:


La mente, arena y polvo,

hace castillos de polvo

tan o más reales que éste.


Ella construye realidades

a partir de polvo y realiza

mucho más que eso.


Polvo propio o ajeno,

específico o genérico,

conviven con la necesidad

histórica en sus distintas

cribas.


Hay polvo en todo lo que escribas

o desearas escribir en lo más

íntimo de tu arena en polvo.


El polvo estelar es constitutivo

y anterior a la Historia y seguirá

existiendo indiferente, más allá

de la condición efímera de nuestros

castillos de polvo.


Hablemos del polvo, desempolvémoslo

de un modo justo y soberano

antes de volver a él.


Ya alguien se encargará de barrer

el polvo residual de nuestras cenizas

consumadas.


El amor al polvo es más persistente

que el amor en polvo, pero ambos

son reciclables.


¿Polvo deseado o polvo enamorado?


El polvo carece de alma, aunque es

más sutil y útil: puede espolvorearse

como almacenarse.


Los hay palpables e impalpables

más todos son constitutivos.



martes, 9 de abril de 2024

Las hormonas sean unidas

 

(Abel A.Borda)

 

¿Nos unen hormonas?

¿Sólo algunas?

¿Son más necesarias que el amor?


Las hormonas del amor

mueren y se multiplican

como cualquier microbio.


Como epístolas apócrifas,

saben llegar a destino equivocado

aunque nadie las espere.


¿Qué esperabas?


Hormonas ajenas pueden afectarnos

y alterar el orden: este equilibrio

que nos hace previsibles, y a la vez

dudosos.


Hormonas masculinas y femeninas

van y vienen en distinto orden, entre

los cuerpos portadores, receptores y

emisores.


No sabemos cuántas son, un número

impreciso e inestable que no conoce

el estado de reposo.


Las hormonas no descansan, siempre

están haciendo de las suyas aunque no

kas registremos.


Las conocemos a todas: Las hay de

crecimiento, del sueño, las que regulan

nuestro metabolismo superior y luego

hay hormonas multipropósito, que se

suman a cualquier desatino y nos

mantienen adaptables.


En cambio, aquellas dos primeras

sólo quieren sexo, una función vital

reconocida por propios y extraños.


Es saludable tener ambas,

en la proporción adecuada al sexo

asignado o al género seleccionado.


En cualquier caso, lo más aconsejable

es mantener un equilibrio sano.


Como es sabido, el equilibrio es un rasgo

viril: Las mujeres son más hormonales e

impulsivas. El hombre, en cambio,

suele ser reflexivo y racional.


Yo tengo tantas hormonas

que no las puedo contar.


lunes, 8 de abril de 2024

La evolución residual

 

(Horacio Ruminal)

 

Cada vez me iba volviendo

más único, a medida que evolucionaba.


No sé qué referencias conservaba,

no podía entablar conversación

más que conmigo.


¿Volveremos? ¿Cuántos son los que

volvieron?


No conocemos testimonios fidedignos.


¿Es un hilo en que nos une a lo más alto,

en la soledad de ese deseo?


¿Qué deseo? Me pregunté en silencio

confeso y sin respuesta.


Entonces, oí una voz que no reconocí

sino hasta después de dejar de oírla:


¿En verdad deseabas ésto? ¿O esperabas otra cosa?

¿Qué te hizo creer que la evolución es un beneficio?

¿Acaso no conocías su significado verdadero y te

dejaste engañar por los mercachifles que la mienten?


Ahora lo sabes, y el conocimiento es un camino

sin retorno.


domingo, 7 de abril de 2024

A un joven poeta

 

(Tomás Lovano)

 

No preguntes qué hace el poema

por vos.

Más bien debieras preguntarte

qué estás haciendo vos por él.


No hables con el poema

de lo que no sabes:

Es tan indiferente como hablarle

de lo que sabes.

No hables con el poema.


Hay que soltar:

No te aferres al poema

que busca su forma

y va a encontrarla por sí mismo,

en cualquier parte y sin tu ayuda.


Él no te busca ni te necesita.

Pudo haberte merodeado en un

momento y no te encontró

porque no estabas disponible:


Es natural, no se puede estar

siempre disponible.


No trabajes demasiado en el poema

que se te resiste. Es tan inútil como

pedirle pares al alma.


El poema es, ante todo, resistencia.

Deberías saberlo; tampoco se hace

con el alma ni otro órgano específico.


No preguntes a las palabras por qué

no son poema: No fueron creadas

para eso, se acomodan mejor en un

cuerpo discursivo simple y directo.


En el Orden Artificial, cualquier cosa

puede ser parte de un poema, hasta el

conocimiento.


Pero tu conocimiento parcial y limitado

no te libra de la pregunta del acápite:


¿Para qué otro poema? ¿Acaso no hay

bastantes? ¿Qué es lo que te hace

abandonarlo e ir por otro?


¿Se debería penar la reincidencia?

¿Hay más preguntas?


No preguntes cuántas son, más bien

pregúntate si serías capaz de hacer

un poema con todas las preguntas.


Vivir es arder en preguntas, dijo un poeta

oscuro y luminoso como pocos, cuando aún

el mundo producía poetas malditos.


Si no tienes más preguntas, no escribas

poemas.


sábado, 6 de abril de 2024

El futuro es circular

 

(Nicasio Uranio)

 

Hay quienes viajan para descansar,

se embarcan en un avión, un tren

o un crucero en viaje de descanso.


Tal vez el destino sea un descanso,

pero viajar cansa.


Es engorroso tramitar todos los pasos,

las esperas, los llamados y tantos

requisitos hasta abordar el móvil

que nos llevará a destino.


Más tarde o más temprano

habrá que volver, y repetir

la operación para llegar cansado

y tener que desempacar:


La vida civilizada está llena

de sinsentidos, que solemos observar

en tiempo y forma sin detenernos a

reflexionar: el tiempo apremia.


Hay premios y castigos, éxito y

fracaso; más no hay causa sin efecto.


Conocemos nuestros efectos personales

y disponemos los más necesarios para

el viaje.


Yo no suelo viajar si no es por necesidad,

y no lo necesito. Alguna vez pude haber

necesitado, pero las necesidades pasan:


Hay que saber dejar pasar, y aceptar que

estamos de paso.


No hay que dejar que las necesidades nos

dominen; sólo la conciencia de la necesidad

permite mantener cierto control:


Al cabo, es lo único que nos diferencia

de los animales, de los otros animales.


Soy consciente que para descansar bien,

la primera condición es estar cansado.


Ahora, por ejemplo, no estoy cansado

pero podría desear descansar. Lo resuelvo

de un modo razonable y lógico:


Salgo a dar unas vueltas alrededor

mío, hasta que el cuerpo llegue a destino

y pida su merecido descanso.


Tarde o temprano, con o sin conciencia,

el viajero que huye detiene su andar.


 
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