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martes, 9 de abril de 2024

Las hormonas sean unidas

 

(Abel A.Borda)

 

¿Nos unen hormonas?

¿Sólo algunas?

¿Son más necesarias que el amor?


Las hormonas del amor

mueren y se multiplican

como cualquier microbio.


Como epístolas apócrifas,

saben llegar a destino equivocado

aunque nadie las espere.


¿Qué esperabas?


Hormonas ajenas pueden afectarnos

y alterar el orden: este equilibrio

que nos hace previsibles, y a la vez

dudosos.


Hormonas masculinas y femeninas

van y vienen en distinto orden, entre

los cuerpos portadores, receptores y

emisores.


No sabemos cuántas son, un número

impreciso e inestable que no conoce

el estado de reposo.


Las hormonas no descansan, siempre

están haciendo de las suyas aunque no

kas registremos.


Las conocemos a todas: Las hay de

crecimiento, del sueño, las que regulan

nuestro metabolismo superior y luego

hay hormonas multipropósito, que se

suman a cualquier desatino y nos

mantienen adaptables.


En cambio, aquellas dos primeras

sólo quieren sexo, una función vital

reconocida por propios y extraños.


Es saludable tener ambas,

en la proporción adecuada al sexo

asignado o al género seleccionado.


En cualquier caso, lo más aconsejable

es mantener un equilibrio sano.


Como es sabido, el equilibrio es un rasgo

viril: Las mujeres son más hormonales e

impulsivas. El hombre, en cambio,

suele ser reflexivo y racional.


Yo tengo tantas hormonas

que no las puedo contar.


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