(Elpidio Lamela)
Hay extensiones naturales y artificiales.
No hace falta extenderse en la división:
Es conocida la capacidad humana para
naturalizar cualquier artificio que resulte
útil, lo que redunda en la necesidad de
nuevos artefactos y nos mueve a producir.
La producción impulsa el desarrollo de
la economía, generando más trabajo a la
par de la generación de nuevas necesidades.
Las fobias, que en un principio no eran
tan naturales, se han expandido y lo siguen
haciendo entre nosotros, dando lugar a un
amplio abanico de palabras nuevas, que
designan cada una de las distintas modalidades
de este recurso patológico.
Es natural sentir atracción o rechazo a ciertos
objetos, sujetos, situaciones o condiciones.
Pero la fobia es algo más complejo y con
otras connotaciones, semejante a una
alergia que trasciende el plano meramente
físico:
Podríamos decir que la fobia es la evolución
del rechazo liso y llano.
¿Evolución patológica? Tal vez, pero todas las
patologías conocidas son producto de la evolución:
Nacen como una reacción particular, aislada, que
luego se extiende y se naturaliza.
Todos conocemos la claustrofobia, o su inversión:
la agorafobia. O la fobia bastante extendida a
ciertos animales o insectos como arañas, cucarachas
(aracnofobia, blatofobia), etc.
Pero hoy son muchas más; sería ocioso enumerarlas
y no queremos extendernos (existe una fobia a las
palabras que superan un número razonable de sílabas,
así como otra a los textos que se extienden más allá
de lo necesario)
Xantófobo, es quien no tolera el color amarillo.
Fagofobia significa temor a tragar. Éstas son sólo
dos muestras de todas las oportunidades que se
presentan para el desarrollo fóbico.
No se sabe cuántas hay, ya que ninguna cifra puede
ser definitiva, la evolución no se detiene
y estos eventos se extienden, en forma natural
a todos los ámbitos del quehacer humano,
creando nuevas tendencias:
El temor al fracaso, está logrando evolucionar
en fobia. Cada vez son más quienes toman
distancias de aquellos sujetos sospechosos
de cargar con algún fracaso.
La expansión es siempre un signo positivo.
Hay quienes aseveran que si se lograra un
rechazo unánime a todos los que fracasan
o fracasaron antes, alcanzaríamos esa unidad
que toda sociedad necesita para salir adelante.
El fracasófobo no tiene nada que perder,
las fobias no fracasan.
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