(Amílcar Ámbanos)
Polvo bruto
o polvo elaborado.
Polvo real o polvo
imaginado:
La mente, arena y polvo,
hace castillos de polvo
tan o más reales que éste.
Ella construye realidades
a partir de polvo y realiza
mucho más que eso.
Polvo propio o ajeno,
específico o genérico,
conviven con la necesidad
histórica en sus distintas
cribas.
Hay polvo en todo lo que escribas
o desearas escribir en lo más
íntimo de tu arena en polvo.
El polvo estelar es constitutivo
y anterior a la Historia y seguirá
existiendo indiferente, más allá
de la condición efímera de nuestros
castillos de polvo.
Hablemos del polvo, desempolvémoslo
de un modo justo y soberano
antes de volver a él.
Ya alguien se encargará de barrer
el polvo residual de nuestras cenizas
consumadas.
El amor al polvo es más persistente
que el amor en polvo, pero ambos
son reciclables.
¿Polvo deseado o polvo enamorado?
El polvo carece de alma, aunque es
más sutil y útil: puede espolvorearse
como almacenarse.
Los hay palpables e impalpables
más todos son constitutivos.
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