(Serafín Cuesta)
La soledad es el último refugio
de los inadaptados.
Lo que rechazas, habla más de tí
que de ello.
No compartas tu violencia:
La violencia es el último refugio de
los cobardes e impotentes.
No te justifiques: La justificación
es el último refugio de los necios.
Tampoco te victimices: La victimización
es el último refugio de los incapaces.
La realidad es lo que aceptas, sé selectivo:
La aceptación complaciente es el último
refugio de los ignorantes, los débiles y
los pobres de espíritu.
¿Es que sólo sabes someterte?
La sumisión es el único refugio
de los condenados y sus cómplices.
¿Crees que la falta de conciencia
te exime de la complicidad y el pecado?
¿No era ésto lo que deseabas? ¿Acaso
tenías otras ambiciones?
La ambición es el último refugio de los
miserables. Si no lo sabías, ahora lo sabes.
¿Que esperabas una oportunidad?
Pues bien, las oportunidades son el refugio
de los oportunistas, aunque no el único.
Ahora puedes aceptar o rechazar
la verdad de lo enunciado. Pero recuerda:
La negación de la verdad es el refugio
propio de los necios.
Conclusión: Para cada necesidad humana
hay un refugio apropiado disponible.
¿Ya elegiste el tuyo?
¿Lo estás pensando?
No olvides: la postergación y la procrastinación
son refugio de los pusilánimes e indecisos.
¿Estás leyendo un poema, o peor: escribiéndolo?
¿Crees que es un buen subterfugio?
Tal vez lo sea en forma provisoria, pero no más
que eso:
La poesía es el último refugio de los inútiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario