(Aparicio Custom)
La mercancía divina está por las nubes.
Ahora volvió a subir y se está volviendo
cada vez más inaccesible, con los últimos
aumentos a los aranceles de importación.
No es producto de necesidad y urgencia,
justifican las autoridades:
Para sanear la economía, hay que transparentar
todo lo que entra y lo que sale, procurando que
sea más lo primero.
El Estado no puede vivir emitiendo
para subsidiar cualquier cosa:
Este producto tiene un costo, como toda
mercancía más allá del porcentaje de su
proporción divina, y quienes realmente
lo quieren y lo merecen son gente de bien
que puede pagar cualquier precio.
Fuera de eso, todo el mundo goza de libertad
para generar sus propios recursos.
Las fuerzas del cielo son ajenas a los números
de la economía y están por encima del orden
secular y las cuestiones materiales.
Todos sabemos que los precios
de las mercancías los fija el mercado,
así en la tierra como en el cielo.
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