(Nicasio Uranio)
Hay quienes viajan para descansar,
se embarcan en un avión, un tren
o un crucero en viaje de descanso.
Tal vez el destino sea un descanso,
pero viajar cansa.
Es engorroso tramitar todos los pasos,
las esperas, los llamados y tantos
requisitos hasta abordar el móvil
que nos llevará a destino.
Más tarde o más temprano
habrá que volver, y repetir
la operación para llegar cansado
y tener que desempacar:
La vida civilizada está llena
de sinsentidos, que solemos observar
en tiempo y forma sin detenernos a
reflexionar: el tiempo apremia.
Hay premios y castigos, éxito y
fracaso; más no hay causa sin efecto.
Conocemos nuestros efectos personales
y disponemos los más necesarios para
el viaje.
Yo no suelo viajar si no es por necesidad,
y no lo necesito. Alguna vez pude haber
necesitado, pero las necesidades pasan:
Hay que saber dejar pasar, y aceptar que
estamos de paso.
No hay que dejar que las necesidades nos
dominen; sólo la conciencia de la necesidad
permite mantener cierto control:
Al cabo, es lo único que nos diferencia
de los animales, de los otros animales.
Soy consciente que para descansar bien,
la primera condición es estar cansado.
Ahora, por ejemplo, no estoy cansado
pero podría desear descansar. Lo resuelvo
de un modo razonable y lógico:
Salgo a dar unas vueltas alrededor
mío, hasta que el cuerpo llegue a destino
y pida su merecido descanso.
Tarde o temprano, con o sin conciencia,
el viajero que huye detiene su andar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario