(Germán Singerman)
Los signos están maduros;
eran nuevos, hasta ahora.
Ya maduros, dejan su lugar
a otros: El lugar de lo nuevo
dura poco.
Madurar esta idea es un signo
de madurez; hay otros.
Se irán presentando a su debido
tiempo, en forma consecutiva,
mientras completamos el ejercicio
de madurar, observando los signos:
Aparecen como novedad, pero no
tardan en naturalizarse, como todo
lo que madura.
El que se quema con su propia
combustión, no tiene forma de
apagarse: No conviene apegarse
a la inmadurez.
Nunca es tarde para volver a madurar.
Hay nuevos signos: Madurar es saber
incorporar en plenitud los signos de la
muerte, que siempre se renuevan.
Lo único nuevo, es que es definitivo.
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