(Armando Labarrera)
Hay que ser digno
de lo que se aspira,
repetía un aspirante
avanzado.
Las aspiraciones avanzan.
Siempre lo hicieron, en un
sentido y otro, tanto las
buenas como las malas, o
dudosas.
No se puede afirmar que sean
lo mejor que tenemos: Puede
haber otras, mejores que las
nuestras.
Pero somos libres de avanzar
y de cambiarlas por otras más
prometedoras, si nos place.
Las hay altas y bajas, todos
podemos aspirar a todo: es un
derecho inalienable.
Sólo en ese plano se verifica
la plena libertad individual.
II
Al avanzar, vamos dando de
baja algunas y reformulando
otras, para seguir avanzando
sin dejar de aspirar:
A algo hay que aspirar: Si no
¿qué haríamos?
Hay quienes depositaron sus
aspiraciones en nosotros.
Es difícil poder ser lo que se
aspira, en el mejor de los casos
seremos algo de lo aspirado:
Las aspiraciones cambian:
Avanzan, hasta encontrar un límite,
propio o ajeno o su equivalente:
Siempre hay opuestos y opuestas
por el vértice.
Hay que ser digno de lo que se aspira,
repetía un aspirante en avanzado estado:
La repetición funciona como una buena
aspiración.
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