(Elpidio Lamela)
La producción de sentido
tiene sus bemoles, pero sus
modos históricos y los recursos
empleados son bastante conocidos.
Más interesante, es la producción
de sinsentido, que nunca dejó de
practicarse, aunque en un sentido
inverso y sin gozar de la misma
difusión.
Tanto la producción de sentido
como la de sinsentido, requieren
una mínima inversión.
Pero la misma realidad, donde
circulan los sentidos producidos,
es pródiga en sinsentidos en
desarrollo, que compiten por el
liderazgo del rubro.
(Algunos observadores independientes
afirman que ya lo están haciendo, sólo
que no se nota porque hemos logrado
naturalizarlo)
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