(Valdemar Claramonte)
Se esperan importantes desembolsos.
Hay optimismo entre las autoridades
receptoras, un optimismo que también
se refleja en los medios receptores.
Se estima que el primer desembolso
está al caer, y se produciría en los
próximos días o en las próximas horas:
Se desconoce su volumen, pero reina
el optimismo.
Dentro del campo académico, los
economistas más conspícuos explican
los beneficios que traerán los desembolsos,
sin ocultar su entusiasmo:
Ellos también son receptores y, si bien
manejan un lenguaje propio, mayormente
indescifrable, se empeñan en transmitir un
poco de su conocimiento, para llevar
tranquilidad a los mercados y contagiarles
su entusiasmo.
Algunos, incluso condescienden a expresarse
en un lenguaje común y desprovisto, para
que todos entiendan y el desembolso sea
bien recibido por la opinión pública.
Ellos saben más que nosotros, y saben quienes
son los verdaderos receptores.
La opinión pública no tiene por qué saberlo:
De cualquier modo, tendrán que pagarlo,
como siempre.
Siempre funcionó, y no será la última vez.
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