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viernes, 31 de diciembre de 2021

Armonías

 

(Tomás Lovano)

 

El metabolismo de la muerte
roza la perfección
en un sentido armónico:

Vidas disipadas, ordenadas, útiles, fútiles,
dudosas, sacrificadas, licenciosas,
silenciosas, estruendosas, opacadas,
luminosas o extraviadas, resuelven
en una misma secuencia armónica


tan democrática como inopinable,
tan perfecta como irrefutable.


Sólo en esa resolución armónica
y definitiva, reposa la igualdad
de oportunidades.


martes, 28 de diciembre de 2021

El poeta funcional

 

(Aquino Lamas)

 

Los deseos son órdenes,
tengo para mi:
excepto los ajenos.

Nadie puede permanecer ajeno
al orden de lo deseable
por demasiado tiempo. Siempre
hay tiempo para desear algo
-aunque más no sea, el fin de la
sujeción a ese orden-

Una resolución, justa o injusta,
alivia esa tensión que el deseo
supo generar  (las tensiones, no
se sabe en qué terminan, mientras
que el reposo trae alivio: algo
deseable)

Pero no es el reposo un estado
que pueda mantenerse demasiado
tiempo  -aunque sabemos que a
cada minuto nos acercamos al
reposo definitivo-

Mis deseos son órdenes:
Sólo me mueven deseos autistas,
escribe el poeta autogestionado
-un self made man- desde su
ergástula ergonómica.

Soy yo y es ahora, se ordena.

Si fuera otro, no podría escribir
este poema. Acaso ni siquiera lo
leería.

¿Para qué perder tiempo incorporando
los residuos de deseos ajenos?

Tengo los míos, sin metáfora:
ellos no la necesitan.

No hay poema sin deseo, todos se arman
con los restos de deseos que no llegaron
a destino.

¿Cuál es el destino de un poema?
¿Ser leído?
¿Quién podría leerme mejor que yo?

El Otro leerá lo que quiera y como quiera
(Uno oye solo lo que quiere oir:  quien
quiera oir que oiga, no soy quien
para impedirlo)

¿Qué pedir a un poema?

Cada cual pide su deseo, una mueca,
una sentencia, un perfume, una señal
que comunique al sentido emotivo:
algo en que poder identificarse.

El otrO puede interpretar cualquier cosa,
y detenerse en cualquier parte, creyendo
detectar el sentido más profundo, el
verdadero sentido del poema, que suele
ser otro.

El otrO se desvía, porque es Otro:
Es natural, sigue su deseo, que es otro.

Yo no soy ningún OtrO

¿Qué esperar del deseo del Otro?

La única certeza es el desvío.
El poema es, en esencia, otro desvío:
materia residual, desechos de deseo
desviado de su función útil.

Un desvío que busca su forma
para resolver en otro provisorio
estado de reposo.

No hay otro sentido. Pero hay Otros, que
desean  -y acaso deseen lo mismo-

Lo cierto: Un poema puede adoptar distintas
formas, incluso aquella que todo lector de
poemas rechazaría.  Y es natural:

Sólo debe fidelidad al deseo original.

¿Un exceso?

El poema no espera un juicio justo
ni pregunta  alto quién vive.
No busca afinidades ni clientes,
ni cree en el adjetivo vivo.

Sabe que para estar vivo
es preciso ser excesivo.
 

domingo, 26 de diciembre de 2021

Nuevos vientos

 

(Teodoro Losper)

 

Parcialmente inestable,
se pronostican nuevas crisis
de identidades genéricas.

Soplan nuevos eventos meteorológicos,
metafóricos, ontológicos
y metametereológicos.

Los vientos autóctonos ya no enamoran.
Es necesario importar otros vientos
para generar empatía y atraer inversiones:

El viento luce como inversión segura.

Estudios académicos abonan nuestro discurso,
la ciencia es con nosotros. Ella ilumina
el camino y provée los instrumentos epistémicos
y los fundamentos verdaderos para alcanzar
el desarrollo sustentable.

No puede haber temor ni titubeos:
Con la verdad no ofendemos ni tememos.

Disponemos de los recursos que necesitamos
y también de los que otros necesitan.

Estamos en condiciones de generar
otras  condiciones: confiamos en la ciencia.



Las crisis son oportunidades de crecimiento.
Sin crecimiento no hay futuro  (más allá de
la repetición, un vicio retórico que no genera
nada interesante: un vicio inútil, más allá de
su función en los estribillos, secuencias
armónicas, ritmo, metabolismo, respiración
y sistema circulatorio, por no nombrar la
reproducción)

Estamos ante un nuevo desafío que requiere  
empatía y el esfuerzo de todos: Juntos podemos
reciclar la crisis.

Nadie tachado de sensato, en su sano juicio
puede desear no crecer, salvo el enemigo.

Sabemos que el enemigo no descansa
y es mutable como un virus.
Pero lo conocemos, en parte  
(todo conocimiento es parcial)
tanto como al enemigo interno
que permanece agazapado entre nosotros.

La producción de conocimiento
no se detiene, y está de nuestro lado:
es nuestro aliado incondicional para
generar las condiciones que necesitamos
y crecer sin límites.

Hay estudios que avalan y abonan
nuestro discurso  (incluso pueden hacerlo
con cualquier otro)

Apostamos a la inversión, con evidencia
científica:  estamos entrando en un futuro
reciclable.

Los economistas, hace tiempo se reciclan.

Hay estudios y documentos científicos:


son un buen abono
para compostar y reciclar.   

jueves, 23 de diciembre de 2021

El fin del ahorro

 

(Tomás Mercante)

 

La base del ahorro
está en la utilidad:
no es oro todo lo que reluce,
el reducidor lo sabe.

La reducción es útil,
para ahorrar palabras.

Hay un sentido útil
que es también el único
(para ahorrar palabras)

La palabra ahorrar
tiene tantas aplicaciones
como acepciones, podemos
aceptar en más de un sentido.

¿El ahorro es la base de la fortuna?

El útil observar los distintos
sentidos que parecen oponerse:

Uno, la suma, la acumulación
positiva en el tiempo, a partir
de la agregación metódica.

El otro es negativo:  la resta como
condición; reducir gastos para poder
acumular a cuenta de un futuro
disfrute.

El ahorro, reduciendo, sólo puede
ser posible en relación al tiempo,
como casi todo. Para los creyentes,
como para los simples mortales
que sólo creen en la propiedades de
la carne.

La pregunta que ahorra todo
a la hora de ahorrar:  ¿Qué es más
útil, el futuro o el presente?

La respuesta sólo puede ser subjetiva,
como todas las respuestas emitidas
al presente.

(Aunque el valor de la utilidad
permanece irreductible)

La significación del ahorro, varía
según las circunstancias, las épocas
y las condiciones subjetivas del ahorrista.

(Desde una visión objetiva, es claro
que para quien no sabe cuánto tiempo
le queda en este mundo de deudores,
acreedores, ahorristas  e inversores, no
tiene demasiado sentido ahorrar nada)


domingo, 19 de diciembre de 2021

Los verbos positivos: papar

 

(Dudamel Rambler)

 

Hoy tuve un pensamiento positivo
mientras papaba moscas.

Pensaba al papar, en escribir un paper
sobre el gramaje del papel humano
entre las moscas nativas.

No es una especie más, la mosca.
Una presencia que supo acompañarnos
a lo largo de toda nuestra discreta
historia.

Ahistóricas, las moscas no se alteran:
son siempre las mismas, no tienen  una
identidad individual;  a nuestros ojos
todas son iguales.

¿Esta mosca es la que estaba ayer?

No se puede afirmar nada, o sí:
Las moscas sólo viven el presente,
no especulan, no invierten, no sabemos
si saben papar.

La utilidad de las moscas es dudosa,
pensaba al papar.  Pero  ¿Quién soy yo
para juzgar la utilidad de otras especies
cuando no conozco la propia?

¿Tenemos las moscas que necesitamos?
¿O sólo las que merecemos?

Papando y pensando
encontré la respuesta que buscaba
al papar:  Si no hubiera moscas
¿qué estaría papando ahora?

Es útil despejar las dudas
para avanzar en el sentido positivo.

No tengo cifras definitivas, pero
hoy papé más moscas que ayer:

Un signo positivo, el incremento
de la actividad productiva genera
oportunidades de crecimiento genuino.
Verifiqué al papar.

La suma histórica de oportunidades
emitidas y aptitudes desarrolladas
para la evolución de las fuerzas productivas
a través de todos los papados, determina
la trazabilidad presente de nuestra
pequeña contribución al destino
superior de la biomasa existente.

Vamos por más, venimos a sumar.
Hay que asumir al enemigo interno
y pensar en positivo.

Algunos sostienen que ya todo fue
pensado. Repito al papar:
Qué no juzgue quien no quiera
ser juzgado.

¿Quién mi quita lo papado?

 

 

lunes, 13 de diciembre de 2021

Otro milagro malogrado

 

(Asensio Escalante)

 

La escritura es un acto de fe,
leía a un autor comprometido.
Compro: me dije y lo agendé
y salí a comprar un metro de fe.

La fe produce endorfinas, feromonas
y feligreses. Hasta donde sabemos,
los caminos de la fe son tan insondables
como infinitos.  

Damos fe: la fe produce mas de lo que
parece  (hay mucha producción imperceptible
o subrepticia)  y además, hace milagros.

Los misterios de la fe:  Sin misterio, no hay fe.
No es ningún misterio que la fe es una creación
y un recurso humano para dar respuesta a
aquello que la razón no podía explicar, cuando
la producción de conocimiento era incipiente
y nadie sensato podía pensar en la industria del
conocimiento, como ocurre hoy.

Hay cultos ocultos, cultos oficiales, suboficiales
y cultos subocultos: La libertad de cultos permite
que cada quien cultive y profese lo que desee.

Todos los cultos conviven en armonía, con o sin
milagro, y se atribuyen la exclusividad de la
verdad mientras se disputan los rebaños.

“Si los animales tuvieran religión, el humano
sería el diablo”

Pero no tienen, hasta donde sabemos: carecen de
fe -por eso no progresan- y no hay por qué preocuparse,
ellos aceptan su destino sin milagros, y conviven
en rebaños, manadas, cardúmenes, jaurías…
Felices en su ignorancia inorgánica.

Una antigua escuela poética japonesa, formulaba
como condición la presencia de algún animal en
el poema.

El presente, algo más ambicioso, los contiene a
todos y asume el compromiso de expandir su fe:
esta fe, este metro de fe sin conservantes.

Con un metro de fe, se puede hacer milagros,
me confesó la vendedora.

Nunca fui un hombre de fe, para ser sincero.
Pero en algo hay que creer...

Ahora, sólo creo en milagros.

sábado, 11 de diciembre de 2021

La posición tomada

 

(Aquino Lamas)

 

Gozo de una posición.

Me reconozco humilde en relación
a otras posiciones posibles o gozables.

Poseer es un verbo transitivo,
me hizo saber al pasar
un poseído ocasional.

(Las ocasiones pasan, mientras las
vocaciones dudan al pasar)

¿Sólo se goza lo que se posee?

El goce infinitivo sin el verbo poseer
es como el sujeto sin su adjetivo
posesivo:  carece de sentido.

¿Cuánta verdad podemos poseer?

Sin datos fidedignos, confiamos en la función
verbal, en el orden de la sintaxis y en los
recursos retóricos procedentes.  

Pero hay verbos que son pura metáfora.

¿Cuál es la función de la metáfora?

Un artificio, un recurso retórico que excede
la función poética y sirve para todo, como la
empatía, incluso para formular esta pregunta.

Pienso lo que poseo  ¿Poseo lo que pienso?
El pensamiento propio reconoce la posibilidad
de que otros piensen distinto. O, por el contrario,
estén pensando lo mismo  (generamos empatía)

Poseer, ser poseído, son formas posibles
e ilusorias de tramitar el goce, transitivo
o no.

¿Cuál es la función del sujeto?

¿Hay otra?

Hay que ser funcional:  Sólo así me reconozco
en relación al goce de mi posición en la circulación
de metáforas.

El sujeto, puede adoptar diversas posiciones
ante el cuerpo metafórico en desarrollo, y
adoptar el sentido que desee.

El intercambio de posiciones
puede enriquecer el vínculo y lubricar
el tránsito de un estado a otro
en el concierto de las nociones que conniven,
concomitan para acceder al goce del arte
de la metáfora.

Estoy cómodo en esta posición:
ahora ya no  (Una verdadera metáfora no tiene
por qué contener verdades, pero sabe: la realidad
está hecha de metáforas)

Un poema sin metáforas
puede resultar incómodo al lector metafórico
y despertar sospechas  ¿es un poema? ¿o sólo
un engaño?

Una realidad razonable:  

El hombre de la calle no necesita metáforas.
Aunque “una buena metáfora, es más real que el
hombre que pasa por la calle”

Estoy cómodo con mi posición, aunque no sea
una posición cómoda para un observador
independiente.

No sé si gozo, pero la comodidad es condición
para el goce de cualquier propiedad posible.

¿verdadero o falso?

(Pregunta la metáfora)
 

jueves, 9 de diciembre de 2021

Para nadar al nido

 

(Abel A. Borda)

 

Para nadar hasta el nido
no es preciso acaudalarse, acreditarse
ni caer en precipitaciones infundadas.

Hay un fondo común, los nidos
de palabras pueden reproducirse
en cualquier rincón o ángulo del agua
e incluso desarrollar en cautiverio.

Las palabras que se lleva el viento
no se cuentan entre las víctimas
exitosas, ni cantan celebrando su
cantidad.

Son cuantiosas las voces que se elevan
sin saber como caer.

Sabemos:  Saber nadar o dividir
no justifica el miedo medio
a la aventura de crecer sin causa.

Las aves saben aprovechar el viento,
el agua, lo no sonoro y sus corrientes
para llegar al nido y entrar
por la ventana si es preciso.

Airosas, las palabras no se descomponen
en el agua, flotan discretas en el río
como algunas aves, entre algas anfibias,
organismos que pacen y relucen
como preguntas autóctonas.

Ver vacilar el agua entre las sílabas
de un precipitado no equivale a ver
pasar las estaciones o contemplar
la flotación de aves o palabras
en el río  (el río no es nunca el mismo,
ellas lo saben y saben mantenerse a flote:
van y vienen, como la brisa al reirse)

martes, 7 de diciembre de 2021

El onanista enamorado

 

(Horacio Ruminal)

 

Hay especies hermafroditas, como el caracol,
que pueden adoptar indistintamente uno u otro
papel en el amor, o en el comercio sexual para
aquellos que entienden  que el amor es otra cosa,
y algo exclusivo del animal humano, una especie
superior.

¿Qué sabemos del amor?

No se puede ser objetivo en el amor.
El amor supremo, que inspiró a Coltrane en los
últimos destellos de su saxo, era ajeno al sexo y a
la carne.
Hay diversas formas de amor, pero para cualquier
creyente el amor por antonomasia, el amor de tu
vida y la de cualquier contribuyente sin distinción
de raza, credo, clase social o pertenencia política,
el amor remite al deseo, que se consuma en el sexo.

Los cuerpos se unen, se funden, se confunden, se
entregan, se poseen, se disponen y quien sabe
cuantos verbos más podrían concurrir a representar
el acto supremo del comercio carnal con dicho
sentimiento.

II
¿Somos superiores?

La cópula entre caracoles/as puede durar muchas
horas, para envidia de tanto libidinoso sexópata
que pulula entre nosotres.  ¿Cómo harían para
mantener sus erecciones, esos cuerpos elementales
hechos de pura agua?

No importa, es una mera cuestión biológica. Pero
el amor…
¿Quién puede pensar en un caracol enamorade?

No, no es amor, sólo se excitan respondiendo al
llamado de la carne, o del agua, o lo que sea:  es
sólo un mandato biológico.

El caracol enamorado no es posible, ante todo
porque no piensa. El amor es un sentimiento que
se arma en el intelecto, a partir de ciertos estímulos.
Para pensar en el amor, primero hay que poder pensar:

Pienso, luego amo.  No sé, lo voy a pensar…


III
Pero dejando de lado al caracol, que bastante tiene
con sus actividades esenciales (el sexo y la producción
de baba), no todo es intercambio en el amor:
Hay especies hermafroditas, capaces de auto reproducirse.
No necesitan  a otro, otra, otre; ni necesitan levantar la
autoestima para resultar deseables a otros ojos.
Cultivan el amor propio hasta sus últimas
consecuencias.
Quien sea capaz de desearse a sí mismo, tiene poco
por resolver en esta vida signada por el intercambio
(Claro, siempre que sea correspondido)

Faltaría agregar, que se ahorran el trámite de la
seducción, una práctica bastante difundida en la
Naturaleza: Algunos desarrollan movimientos
complejos en danzas ceremoniales, otros despliegan
sus colores o emiten cantos específicos, y están
aquellos que hacen gala de su destreza y poder
batiéndose con sus competidores. Lo animales humanos
solemos hacer todo eso y algunas otras cosas más
ridículas para conquistar al objeto de nuestro deseo.

Estas criaturas no, no necesitan conquistar ni ser
conquistadas:  el sujeto contiene a su propio objeto,
o viceversa, basta desear para obtener satisfacción, sin
intermediarios.

Puede parecer algo indeseable para nuestra naturaleza
superior, signada por el intercambio  (de fluídos, objetos,
palabras, mercancías, valores), la competencia y el amor
al prójimo.


IV
Aceptamos y practicamos el sexo sin amor, y la libre
práctica de todas las opciones posibles del sexo
consentido.  Pero hay un sentido más difícil de aceptar:
La negación de la dependencia.
Ser es depender, desde el metabolismo hasta el amor;
desde la configuración genética heredada hasta la
condición histórica del sujeto y sus formas de acceder
al goce.  El ser social, siempre dependió: Nació de la
aceptación de la dependencia y sabe que depende y
siempre dependerá de otros, aunque pueda gozar de
algunas libertades en su intimidad inapropiable, como
elegir los medios para obtener su goce, con quien
tramitarlo, producirlo o ¿compartirlo?

¿Se puede compartir? ¿es social, el goce?
La percepción del goce del otro, puede estimular
el propio, pero ¿compartimos el goce, o sólo una
actividad que lleva a él, en la que el otro es sólo
un medio para obtenerlo?


V
“Nunca amamos a nadie. Amamos, tan solo, a la idea
que nos hacemos de alguien. Es a un concepto nuestro
-en suma, a nosotros mismos- a lo que amamos.

En el amor sexual, buscamos un placer nuestro dado
por intermedio de un cuerpo extraño. En el amor no
sexual, buscamos un placer dado por intermedio de una   
idea nuestra.

El onanista es abyecto, pero, en exacta verdad, es la
perfecta expresión lógica del amante. Es el único que
no disimula ni se engaña”

           Fernando Pessoa  (Libro del desasosiego)


VI
La poesía, puede a veces revelar aquello que desde
otras disciplinas del conocimiento permanece en la
oscuridad.

El onanista es abyecto…

Como esos organismos hermafroditas y autosuficientes,
no depende, más allá de su fantasía. Se autosatisface, se
autoexcluye del mercado sexual y sus condiciones que,
según las circunstancias, pueden resultar arbitrarias:  No
todos gozamos de las mismas oportunidades.

¿No se enamora?

Sí, acaso más que cualquier mortal, según expertos en
esta disciplina: la intensidad excesiva de su deseo, eleva
al objeto a un lugar sin esperanzas de ser alcanzado por
un abyecto como él.
Es, en esencia, un idealista que aspira a la perfección.
No toleraría la decepción, y sabe que ninguna relación
es perfecta.


Pero esos seres hermafroditas y autosuficientes, no nos
resultan abyectos, sino algo extraño y curioso.
¿Por qué?


1) Porque están fuera de nuestro orden, no pertenecen a
    nuestra especie.
2) Porque pueden reproducirse y cumplir con el mandato
    biológico y las leyes naturales. Cumplen, a su modo,
    con su deber de preservar la especie: Producen nuevos
    individuos.

El onanista no produce nada, más allá de su propio goce,
siempre sospechoso  (El goce, es un señuelo, un artificio
biológico para favorecer la reproducción y perpetuar las
especies que gozan)  y sin una función social ni biológica.



VII
¿Somos superiores, respecto de los autosuficientes?
Sí, para la biología, la reproducción entre dos
redunda en ventaja evolutiva, por el intercambio de
material genético.  La reproducción unimembre, solo
replica la información exacta del amante autónomo.
La selección natural, queda reducida a los cambios
adaptativos que incorpora la experiencia individual.

Es decir, que al cabo de miles o millones de años, la
evolución registrada será casi nula.

Nuestra naturaleza superior, producto del intercambio,
sucesivas adaptaciones selectivas, junto al comercio
genético, operó el sentido evolutivo en nuestra breve
pero agitada historia filogénica y ontogénica, dotándonos
de los medios para modificar la realidad, la Naturaleza
(y a su vez, ser modificados por los cambios que
producimos) trascendiendo el Orden Natural a partir
de la conquista de la conciencia, el acceso al Orden
Simbólico, el desarrollo del pensamiento abstracto y
la producción de conocimiento.


VIII
Pareciera ocioso, desde el estado evolutivo alcanzado,
cada vez más provisorio, preguntarse si somos superiores:

Mientras estas criaturas elementales se replican a sí
mismas, obteniendo siempre el mismo resultado,
nosotros, como vanguardia evolutiva del mundo sensible,
construimos civilizaciones altamente desarrolladas y
disponemos del conocimiento y recursos tecnológicos
que nos permiten saborear el éxito de la clonación
humana.  

Nuestros clones, serán capaces de verificar hasta que
punto el onanista es abyecto, sin duda.

Y todo gracias al amor, como cantaba el rey. 




viernes, 3 de diciembre de 2021

La última palabra

 

(Aquino Lamas)

 

Nunca tuve la última palabra,
pero no fue impedimento
para pronunciarme, ya a favor
o en contra de los límites que fluyen
a ambos lados de la palabra última.

Tampoco recuerdo mis primeras
palabras, aunque es probable que
haya querido decir otra cosa, como
sugiere el predictor.

Es irrelevante, lo importante no es
lo que se dice, sino cómo  -la forma-
(decía alguien que conozco, que acaso
lo escuchó de otro y le gustó la forma
en que lo dijo)

No importa quien lo dijo primero, ni
quien tiene la última palabra.

Hay formas:
¿Cuántas versiones puede haber de un
mismo tema? ¿No hay, incluso, alguna
que supera al original?

No tengo todavía la última palabra,
pero hay otras con que seguir la cadena
de oraciones, hasta llegar a la meta, a la
Meca, o al cierre definitivo. En fin:

Cuando llega el fin, cualquier palabra
puede servir de última, hasta ésta.




martes, 30 de noviembre de 2021

Efluvios asimétricos

 

(Pascual Rambler)

 

Súbitos óbices relucen sucesivos,
en la súmula litúrgica, en la cántiga,
en el cógito del unigénito
y en la mácula del prójimo.

Súbitos éxitos rozagan como púbises
en la égloga analógica, en el ápice
que ofrece su vigencia póstuma
y en el vértigo submúltiplo que roza
tu pseudópodo poético.

Cultivo una rosa extinta,
en medio del camino de la muerte
con vocación de futuro y empatía resiliente.

Cultivo en el desierto,
sobre los restos reciclables
de ciclámenes apócrifos.

No participo de fiestas populares,
de piras bautismales y cantos
ceremoniales, ni de los verbos cómplices
que aportan sus efluvios cloacales.

Abono mi cultivo con residuos patológicos
de última generación:  estamos generando.

No estamos solos  (si se aisla el virus
del poema, queda el vector acéfalo en
espera de la pregunta incorrecta)

No, no estamos solos:  Nos unen aglutinantes,
emulsionantes, excipientes, conservantes
naturales y saborizantes permitidos. 



El merodeador rodeado

 

(Amílcar Ámbanos)

 

El merodeador estaba rodeado,
y aún sabiéndose rodeado
no se apichonó y apechugó:

Hay que saber rodearse
sin regodearse en rodeo ajeno,
y saber abandonar el centro
de atención a tiempo.

Estamos rodeados de merodeadores:
Todos somos merodeadores de
deseo ajeno, pensó con moderación
el pájaro de mal agüero, hablante,
deseante, rodeado, pero entero.

Luego. echó un vistazo a la redonda
verificando su ángulo de fuga, para
elevarse en un solo movimiento
discreto y uniforme y salir
airoso del éxito alcanzado

o merodeado.

domingo, 28 de noviembre de 2021

La piedra y el valor de cambio

 

(Asensio Escalante)

 

No esculpas para arriba,
ni bajes el martillo
en dirección al cielo.

La bóveda celeste
no es celeste ni bóveda
ni verbo que obedezca.

No esculpas para arriba
ni hacia abajo.  Más bien
vacila hacia los lados
de tu glándula pineal.

No pierdas las formas:
No pierdas la piedra
buscando una forma
que exculpe tu falta.

No penes tallando otros penes.

Una piedra perdida en el camino
no se altera, no busca su rebaño
ni espera sumarse a la manada.

Puede que no sirva para nada
y que sea emanación divina,
como tú.

Si tuviera que dudar, no dudaría:

La piedra sólo sirve para ser piedra.
Grande o pequeña, lisa o rugosa,
abovedada o angulosa, preciosa o
despreciable, sabe permanecer
irreductible.

Perdida, no pedirá perdón ni ayuda
a otras piedras más expertas.

No sabe empedernirse, empoderarse
ni emprender la fuga.

Pero aún perdida, la piedra no suele
estar más desorientada que un pastor
de rebaños:  sabe ser parte del camino,
sin doblegarse ni reproducirse.

No necesita predicar con el ejemplo
para que otras piedras sigan su camino
ya empedrado.

Sin predicar, goza su propio predicamento.
No es aventurado extenderse en esta
prédica y reconocer el valor histórico
de la piedra para la civilización:

Arrojar piedras pudo haber sido
una de nuestras primeras formas
de comunicación.

Ninguna piedra espera su punzón.


miércoles, 24 de noviembre de 2021

Soledades

 

(Onésimo Evans)

 

No estamos solos, Celso,
hay tantos cuerpos como necesidades,
o mas.

Hay suficiente sol para que todo
se renueve o replique.

Solacémonos, mientras actualizamos
nuestro estado. Sólo necesitamos estar
actualizados. Hay novedades bajo
el sol.

Esta planta creció sola, como todas,
sólo que no obedece a ninguna
voluntad ajena:  No la planté yo,
ni nadie; se plantó a sí misma, despreciando
cualquier intervención de mano o miembro
humano.  Ajena al deseo del otro, se plantó
y se autogestionó con éxito hasta aquí,
libre y soberana.

Cultivo espontáneo, designamos a aquello
que no es parte del cultivo escogido
para nuestra propiedad  (sea un jardín, una
maceta o un planeta) y se planta, en actitud
invasiva y desafiante.

¿El enemigo interno?

La inteligencia superior, no se conforma
con el cultivo espontáneo. Da un paso más.
Necesita calificar, clasificar y separar
para despejar toda confusión:

(Todo lo espontáneo es maleza)


Desmalezar, desmalecer, para poder crecer.

No estamos solos, Celso:
Estamos rodeados de maleza, especies
que nadie necesita habitan sin razón
y compiten con los cultivos elegidos.

No conocemos sus nombres ni sus
propiedades; tal vez las tengan
y eso las autorizaría a ocupar algún
lugar discreto en el planeta, el jardín
o la maceta…

Habría que averiguar, investigar,
después de desmalezar.
 

martes, 23 de noviembre de 2021

Una moción de orden

 

(Horacio Ruminal)

 

Mantengo mi moción en esta mesa,
entre las moscas familiares.

En el decurso de las cosas
cada objeto conserva su lugar,
asignado por el orden.

La casa está en orden:
el orden puede ser arbitrario, casual,
estructural, aspiracional y popular
o espontaneo  (Nada más popular
que las moscas.  Las moscas pertenecen
al orden de lo popular, aplastarlas también)

Un colectivo orgánico, las moscas.
No es fácil identificar a una, respecto
de otras;  todas se parecen demasiado.

Ponerle un nombre no sirve de mucho,
casi nunca responden. No reconocen su
nombre:  Para reconocerla, habría que
extraerle una pata, un ala o pintarle la
cara color esperanza, antes de
aplastarla.

¿Quién no aplastó una mosca?

En mi tierna infancia, era uno de mis
juegos: Las capturaba contra el vidrio
de la ventana, con la cortina transparente,
y luego procedía a una minuciosa
disección: una pata, otra, un ala…

Hasta obtener la unidad
de un perfecto cuerpo desmembrado,
en el que aun podían observarse
signos vitales.

Los niños son criaturas curiosas,
necesitan experimentar, conectarse con la
naturaleza para desarrollar empatía, crecer
sanos, integrarse al mundo adulto y poder
armar, luego, su propia familia.

Mantengo mi moción
entre las moscas de la casa. 

(Las moscas también somos parte del orden natural)

jueves, 18 de noviembre de 2021

Juegos de mesa

 

(Asensio Escalante)

 

Hay un juego en la mesa,
la mesa tiene un juego.

Hay un juego de mesa en la mesa.
Podemos jugar, podemos no jugar:
Ella tiene su propio juego, que no
afecta mucho la práctica de casi todos
los juegos de mesa y viceversa.

No soy afecto a esta palabra, ni a los
juegos de mesa  ¿Cuánto hace que no
juego a algún juego de mesa?

Hay quienes dedican horas a esos
pasatiempos, se entretienen jugando,
ganen o pierdan.  Yo no: como jugador
siempre quise ganar, algo difícil.

Hay malos y buenos perdedores, hay
juegos que terminan mal.  
Mejor, jugar solo, aunque se pierda.


II
El ajedrez, es de los pocos juegos
de mesa que se puede entablar:
Ni vencedores ni vencidos.

Pero es tedioso, salvo para los que saben,
para lo cual han dedicado muchas horas
de estudio:  hay libros que analizan partidas,
estrategias, variantes y resoluciones
memorables.  Todo está registrado, es cuestión
de disponer tiempo, voluntad y deseo.

Hay quienes se apasionan con las dificultades
del juego. Es entendible, hay quien se apasiona
con cualquier cosa:  como yo.


III
De los juegos de mesa, me gustaba la perinola.
Me atraía lo azaroso del movimiento giratorio,
la pérdida de velocidad hasta el último rodeo,
en que ese pequeño cuerpo tambaleante
anunciaba lo imprevisible:  Se podía ganarlo
todo en una jugada…

No hace falta saber mucho, ni capacitarse ni
entrenar:  cualquiera puede jugar, ganar, perder.
Como la vida misma: uno se mueve en un
sentido, da vueltas, gira sobre su eje, mientras
va perdiendo energía, intensidad.  Sigue girando
trabajosamente sin saber para qué, hasta el
último momento en que alcanza el estado de
reposo.


IV
Pero el único juego de mesa al que podía
dedicar horas, era el tenis de mesa, o ping-pong,
que sí me apasionaba y solía ganar más de lo
que perdía.  

(Cuando se gana, no hay tiempo perdido)

Claro que era difícil conseguir mesa para jugar
no siendo profesional.  No nací para profesional,
profeso poco y nunca tuve una de esas mesas, ni
el espacio necesario.

Aunque la mesa no es sólo un lugar para jugar,
y tampoco es el único:  Puede que haya más de
los que conocemos.

Podemos jugar  ¿Podemos no jugar?

Podemos entablar un diálogo de una mesa
a otra, o escribir las memorias de la mesa:
Si esta mesa hablara…

Cada uno habla de la mesa
según le va en ella.

Ahora dejo que la mesa haga su juego...

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Piedra libre

 

(Senecio Loserman)

 

Puedo estar equivocado,
pero me puedo equivocar.

No voy a renunciar a mi derecho
al equívoco virtual, virtuoso,
exponencial o contencioso.

El error no forzado
es propio del ejercicio
de la libertad.

La libertad de pensamiento
es condición para producir
decisiones de calidad

(Hay distintas calidades,  podemos
calificar en libertad)

La libertad debe ser valorada
como uno de los mayores bienes
a cultivar, dentro del valor limitado
de los cultivos humanos.

No es lo mismo ser libre
que estar perdido.

¿Adónde me perdí?  Pregunta el forastero.

Una noción perdida puede dar lugar
a volúmenes difusos de sentido anómalo
degenerando en un cuerpo patológico:

evolución nociva de la noción de cuerpo.

Pero la evolución produce sentidos
encontrados:  No toda pérdida es nociva,
una carga liberada renueva la ilusión
del forastero, del rastreador virtual
o el animal rastrero.

¿Qué me perdí?  Repite la pregunta.

¿La pérdida libera?

¿La piedra perdida es más libre que
la encontrada?

Conclusión decisiva:

No hay un fin propio de la piedra,
ni del librepensador empedernido
en observar el camino de la piedra.

Con piedras erigimos santuarios, deidades,
palacios, lupanares.

Con palabras construimos objetos  suntuarios,
consagrando formas a lo inútil.

Hay más piedras que palabras:

La muerte de una piedra no significa nada
(Una piedra no puede morir porque está muerta,
deciden las palabras)

En cambio, cuando muere una palabra
nadie se desvela, ni la vela,
ni la menta. 

La diferencia es  la conciencia:


La diferenciación, y la capacidad
de diferenciar y diferenciarnos, son
atributos propios de esta especie
tan diferenciada.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Soberanía poética

 

(Aquino Lamas)

 

El poema pude contraerse,
dilatarse, contraer sentidos
miembros y contagiar a otros.

Puede autolimitarse
en volumen y extensión
para ganar intensidad y altura.

Puede ser medido, evitar excesos
y reducirse a un mínimo de voces aspiradas.

Puede concentrarse en una sola idea
o menos:  en la sola emoción que emite
una palabra aislada del rebaño.

Puede observar límites, desafiarlos
o reproducirlos a voluntad
hasta obtener la consistencia deseada.

Puede dar un salto al vacío
y pedir tres deseos,
dos,
uno
o esperar otra vuelta
-todo vuelve-

Puede saltear algunos pasos
para apurar el fin
evitando el colapso de la propia
contracción a aspirar en vano y repetir
la falta sistemática.

Puede abrir un compás de espera
o vacilar ante la presencia
de un vacío legal. 

O recurrir a un asesor letrado.

martes, 9 de noviembre de 2021

Equilibrios libres

 

(Carlos Inquilino)

 

El equilibrio está servido,
en la mesa familiar, la mesa
madre en que amasamos
y fuimos amasados, en las
distintas mesas del mundo
con vista al horizonte,
a un tragaluz o a otras mesas
a imagen semejanza.

El horizonte se mantiene
idéntico a sí mismo  -aunque no
lo veamos-  Sabe conservar su lugar
y sabemos que es igual a la suma
de sus ángulos internos.

No tiende ni pretende.
No crece ni apetece.
Nos observa en equilibrio
ir y venir a nuestras mesas
naturales:  con familias que crecen
o decrecen o sin ellas.

Las mesas permanecen en función
(pueden requerir algún mantenimiento
en el tiempo, para prolongar su servicio
pero una buena mesa puede sobrevivir
a generaciones de comensales,
como el horizonte)

El equilibrio está servido:  Nos sentamos
a la mesa y disfrutamos del paisaje natural,
el alimento balanceado.

El equilibrio es esencial para la mesa
y sus frecuentadores:  comensales, jugadores,
especuladores, soñadores, saboteadores,
activistas, lectores, escritores, aspirantes.

La mesa expresa equilibrio, más allá de formas,
tamaños y de la calidad de sus materiales.
La mesa es equilibrio:  no sería mesa si no
cumpliera esta condición.

Puede tener algún juego, como esta mesa
que se mece. Pero no afecta mucho su función:
basta nivelar alguna de sus patas para
solucionarlo.  

No es mi caso, no tengo nada en contra
de los juegos de mesa. Son un recurso de doble
utilidad para el conocimiento:

En el juego y en la mesa se conoce a las personas.

Entre sus prestaciones casi ilimitadas
el equilibrio nos observa
ensayar, alterar formas, combinar materias
para obtener sentido:  sentidos que tributan
a equilibrios.

Entre sus prestaciones casi ilimitadas
la mesa sirve, continua en servicio
aún después de levantar la mesa:

Sirve para pensar en otras cosas,
en otras mesas, mesarse las barbas
y concebir alguna desmesura,
o contribuir al equilibrio universal
formulando poemas sobre la utilidad
del equilibrio.

viernes, 5 de noviembre de 2021

El discurso del sentido

 

(Epifanio Weber)

 

En todo discurso hay,
al menos un sentido manifiesto
o denotado y otro connotado.

Puede haber más de los necesarios
y puede haber más sentidos que
necesidades.

Hay cientos de sentidos, todos
incontables, aunque no infinitos.

Lo esencial, lo define este enunciado:  

El sentido es útil
o es dudoso.

(ante la duda, es receptor puede alejarse,
en un sentido, o vacilar hasta encontrar
su propia utilidad)

Puede resultar útil detectar y aislar
los distintos sentidos que conviven
en un texto, una frase, una palabra:

O no.
El sentido pasa, circula como el sonido
y como la metáfora.

Todo sentido tiene una vida útil
salvo el sentido de la vida,
que se desconoce.

II
El poema, puede producir su propio
sentido, a partir de otros. Puede invertir,
alterar, adulterar funciones, pero es
siempre parasitario:  vive del sentido
ajeno.

Sonido y sentido pueden concurrir,
circular en comunión en una dirección,
pero son independientes.

La búsqueda obsesiva de esta unión
artificial suele producir resultados
dudosos o indeseables  (El deseo, es
capaz de atribuir sentido a cualquier
cosa, aunque es el principal insumo
del poema)

III
El sentido no se mide, carece de volumen
y es ajeno a magnitudes, valores, decibeles.
En el discurso,  normal o patológico, hay
sentidos dados y velados:  algunos suelen
mantenerse ocultos para casi todos.

Pero la poesía es revelación, (aunque sus
principios no pueden ser revelados)

Velar es mi ejercicio,
escribía un poeta reconocido.

Quiero laurearme pero me encebollo,
explicaba la espuma del poeta
laureado antes de laurearse:

Entre sentidos dados y velados
están los atributos del azar,
que no reconoce fieles entre
jugadores, oficiantes, practicantes,
y aspirantes:    el poema
da sentido a todos, es dador, se ofrece
para que cada quien encuentre
el sentido que merece.

El poema es ajeno a los niveles
de comprensión de sus lectores
tanto como a los laureles.

No da respuestas
ni ofrece explicaciones:
apenas da sentido  
y no reconoce fieles
ni recibe donaciones.

Entre sentidos dados y velados,
destinos aceptados o resistidos.
Entre ejercicios anacrónicos, laureles,
el poema  -dador, revelador-
no se pronuncia ni se abstiene:  

es


 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Camino y piedra

 

(Ricardo Mansoler)

 

He perdido una piedra en el camino.
Había otras:

Ahora estoy perdido, como mi piedra,
que ahora es parte del camino.

Nadie repara en una piedra que se pierda,
hay otras, son muchas y todas pueden
ser parte del camino.

Hay quien pone piedras en el camino,
quien las recoge y quien las pierde:
soy de los que pierden.

Perdido por perdido, entre piedras ajenas
sigo mi camino, que tal vez sea otro:

No hay mucho que perder.

domingo, 31 de octubre de 2021

Aspiraciones útiles

 

(Carlos Inquilino)

 

Legítimos epígonos
deponen sus virtudes
errátiles y estériles


Lo que une los cuerpos
no es el amor:  es más fuerte
y amorfo.

Vuelvo al hábito y me uno
a la oración armada más abajo
encadenado a un lirio
submúltiplo de dios
que enbuenahora se ciñera
al cuerpo del poema, o a
la molécula legítima de barro
primordial, o al Cisne
de Cisneros

Pero para ser sincero
las leyes
son para el que las leyó

¿quién oyó?   ¿quién osó
reconvertir el ojo del Amo
en órbitas concéntricas de
carne cadavérica de alta gama?

El destino evoluciona
sin prisa ni motivo,
abraza alguna causa mientras puedas:
todas sirven, y todas se degradan.

Ninguna es del todo justa ni injusta.  
La justicia es pura aspiración:

Las aspiraciones humanas no son puras,
pero aspirar es sano y es legítimo.

Quien no tiene aspiraciones, nada puede
esperar.  ¿Qué esperás para aspirar?

Sobran aspirantes, aunque hay mucha
aspiración dudosa.  Y claro, uno aspira
a otra cosa.

Ningún cuerpo es lo que aspira
o incorpora.

La única aspiración imperfectible
o sana es la divina, que aún no
conocemos y osana más allá
de nuestros verbos.

viernes, 29 de octubre de 2021

La dieta disociada

 

(Asensio Escalante)

 

El equilibrio es triste
tanto como sano,
escribo bajo este árbol
en estado de reposo.

Romper un equilibrio
es riesgoso, pero siempre se puede
inaugurar algo, aunque el tiempo
no acompañe, sin romper ni alterar
el equilibrio del paisaje.

Bajo este árbol inauguro el día:
tórrido, excesivo para octubre,
¿alerta naranja, amarillo, solferino?

Otro día único e irrepetible,
escribo en equilibrio;
tengo para mi:
el equilibrio es triste
pero justo.

La justicia es una aspiración sana,
aunque no tenga mucha aplicación
y no sea más que una aspiración
-Hay aspiraciones que no aplican-

Siempre hay alguna aspiración
que inaugurar, se trate de un día
hábil, tórrido, excesivo,
e incluso único.

Cada quien es libre de encontrar
su propio equilibrio, respecto
de otros o aspirar:

Aspirar es sano, más que no aspirar.
El sujeto sano, siempre encuentra
algo aspirable.

(Inspiramos profundo, luego exhalamos
mientras esperamos algo que nos inspire,
o bien, esperamos la inspiración)

El equilibrio no es triste:  es sólo una
condición provisoria que sucede,
ocurre mientras aspiramos a otra cosa.

El equilibrio no existe, fuera de la
percepción:  escribo en equilibrio
como sólo un sujeto puede hacerlo,
cualquier sujeto.

Para ser justo hay que ser objetivo:
Somos química, sinapsis, efectos residuales
de procesos metabólicos que reproducen
su equilibrio sin necesidad de conciencia.

El hombre más justo, es el hombre que come,
escribió el poeta cuando todavía comía.
Era francés, no sé si comía sano.

No sé qué es comer sano. Por fortuna,
la condición omnívora, que elegimos
en libertad, nos hace aptos para todo
consumo.

La vida es equilibrio,
el resto es aleatorio
aunque parezca triste.

El árbol no se inmuta,
sin duda sabe más de lo que calla.
La emisión de emoción, se deduce
ajena a seres en estado de reposo.

El equilibrio es triste
y la contradicción no existe.

 


miércoles, 27 de octubre de 2021

El fusible resiliente

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Era un fusible noble, sano, núbil
y subsensible a casi todo.

No era el único, pero era irrepetible.

¿Se autopercibía?

No lo sé, estaba en condiciones
de afirmar, no hay suficiente evidencia.

(Cuando no hay pruebas, hay que probar:
todos tendríamos que probar todo,
para hablar con fundamento y no repetir
en vano. Afirmaba un ensayista autorizado)

La libertad de emitir
conspira contra aquellos
que aspiramos a la verdad.

La producción de verdades
reconoce estos límites
deseables para el conocimiento
objetivo.

Cada uno es libre de autopercibir
como verdad, aquello que desée

(El deseo es capaz de adjudicar sentido
verdadero a cualquier cosa)

Cada uno es dueño de sus límites
y de tramitarlos en un sentido productivo
o verdadero.

Cada uno, es libre de autopercibirse:
verdadero o falso.

La realidad, como sujeto, es lábil,
imprecisa y permisiva:  permeable
como la propia condición del sujeto.

El intercambio de experiencias sutiles
o útiles, no redunda en la producción
de verdades.  Pero emite corrientes
de opinión.  Hasta que la verdad
salte a la luz, o no:

Hay recursos probados y aprobados
para evitarlo.

Era un fusible noble, sano, soberano
y núbil, subsensible a casi todo.

En libertad me fundo:

No alcanzó a completar la frase
y se fundió con todo éxito. 



martes, 26 de octubre de 2021

La ciencia digna

 

(Tomás Mercante)

 

La ciencia no se detiene:
Lograron trasplantar con éxito
un riñón humano a un cerdo.

El paciente guarda reposo,
evoluciona favorablemente
y se muestra de buen ánimo.

Hemos dado un paso importante
que abre nuevos caminos y
oportunidades  para el futuro, con
el empleo de técnicas avanzadas y
tecnología amigable con la Naturaleza:

Afirman los facultativos, que junto
al donante, expresan optimismo
y esperan obtener un jamón altamente
competitivo para los mercados
internacionales.


II
La identidad del donante se mantiene
en reserva, aunque se trataría de un
emprendedor exitoso.

Las expectativas están puestas en la
transferencia de información genética
que dotaría al receptor de un potencial
de competitividad inédito para su especie,
posicionándolo en los más altos niveles
del mundo desarrollado.

El empresario confía en el éxito
de su emprendimiento:  Los cerdos son
criaturas inteligentes, sensibles, afectuosas,
pero no muy competitivas.  

No hay como un chancho del propio riñón.

lunes, 18 de octubre de 2021

Reproducción

 

 (José Luis Greco)

 


Mientras como mí ensalada
procesada (para no perder más tiempo
del razonable, masticando),

una ensalada que incluye hongos (son
buenos para prevenir el Alzheimer)

mí hijo revisa la heladera
y tira los hongos.

¿Estaban feos?

Están llenos de hongos, me responde.

(Pienso, hay cosas que ya no puedo ver)

Pierdo la vista,
pero mantengo una visión crítica
de todo.

 

Otro santiamén dilapidado

 

(Tomás Lovano)

 

Otro santiamén dilapidado
entre los muebles de la casa
y sus causas naturales.

Uno, submúltiplo de cero
dice ser quien verifica
el movimiento vivo de las
horas muertas:

la evolución de la energía
cinética en los sentidos connotados,
la constancia como virtud, vituallas
para mantener el centro de gravedad
a ambos lados de la conciencia
y su linaje.

Registros secuenciales
de la trazabilidad  perdida
al observar la evolución.

Como es afuera es adentro:
la práctica del hábito metódico
ofrece continuidad al observador
iniciado, y lo habilita
a reiniciarse.

El resto son trámites.
Hoy estamos, me confirma un
verificador independiente.

La memoria es soberana, permanece
ajena a la evolución del entorno
y asocia libertad con ejercicio:

La gracia de engrasar los ejes
del silencio, que no ocupa lugar
en la memoria, viva o muerta.


La práctica sistemática y metódica
automatiza el hábito  (técnicas
adecuadas, enseres, efectores,
coadyuvantes: todo está dispuesto
en la memoria; nada se pierde, más
allá del tiempo)


Yo supe ser un perfoverificador
ocasional, en la plenitud de la vida útil
de este significante, ahora vacío
(verificación que surge al perforar
hacia adentro el vacío obtenido por
la producción de pasado)

Ahora me dedico a observar
el movimiento de los muebles,
la continuidad de ese discurso
sin altibajos ni claroscuros, que
no pide ni recaba afinidades
y rebota en el contorno del poema
que aún no escribo, y quizás nunca
vuelva a escribir.
 

domingo, 17 de octubre de 2021

la evacuación inteligente

 

(Tomás Mercante)

 

¿Ahora es cuando?

No sé, me dije y lo agendé
(nunca nadie marcó mi agenda,
nunca dejé)

Son las once, es tiempo
de evacuar
tanta duda acumulada
por generaciones.

(Se genera más de lo evacuable)

Son las once, no creo en números
primos  (hace décadas que no veo
a mi primo y viceversa, no soy muy
afecto a los lazos de sangre: confío
más en los de baba u otros lubricantes
naturales)

Evacuando:  ¿Nacer es evacuar?
¿O sólo su segunda inversión?

(Con Eva nace la metonimia,
luego Evita dignifica con metáforas
descamisadas: la dignidad, está ahí,
en el diminutivo, aunque genere
algún rechazo: grasitas, cabecitas)

Nacer, morir, no son opuestos
complementarios, por el contrario:
Todo es inversión.

Se nace por inversión:
Para que algo nazca,
primero hubo que invertir.

En un principio no hubo nada,
ni materia, ni luz, ni viento, ni
conflicto de intereses:

Todo era tiniebla,  
Hasta que llegaron las inversiones,
tuvo lugar la inversión divina y se vio
que era bueno invertir  (aunque no hay
evidencia científica)

Evacuando:  Colón no paró el huevo.
El huevo no se para, carece de miembros.
La erección es un hecho biológico, físico,
producto de la inversión inteligente:

el cerebro, con el estímulo adecuado,
decide invertir un volumen de sangre
en una zona acotada, hasta lograr la
consistencia deseada por las partes
(El deseo es un recurso de la biología
para reproducir funciones: hay que ser
funcional, los deseos son órdenes)

Evacuando:
Nadie nace de un gerundio,
aunque el movimiento se demuestra
andando  (entrando y saliendo de la
ecuación semántica, hasta la evacuación)

¿Qué es lo que queríamos demostrar?

No, no tenemos nada que demostrar.
Hay parteras, obstetras, encargados
y ayudantes que coadyuvan a que nazca
el destinado. Hacen nacer.

Así, a pura inversión, nace
la industria del conocimiento,
como antes fue la industria de la fe.

El conocimiento divino, abreva en los
principios y legados de la fe

 (adoptamos la posición erecta)

Eructamos, evacuamos, emitimos,
imbuídos en esta fe que nos encarna:

encarnamos para poder desencarnar.
El Verbo Encarnado, carnadura
celestial, trasciende nuestra condición
material.

Somos pura inversión,
venimos a invertir y a evacuar
para volver a invertir.

...


Fe de erratas:  
Siempre es un buen recurso, la rata;
criatura divina que nos acompaña
desde siempre; nuestro ancestro
mamífero enriquece cualquier texto
y puede salvar un poema vacilante:
Se adapta a todo paisaje y condición,
como los animales emisores que
evacuan poemas y desovan sus
inversiones.

No estamos solos, hay más de diez
ratas por poeta vivo  (los muertos
no cuentan)


 

viernes, 15 de octubre de 2021

Obsolescencia de diseño

 

(Abel A. Borda)

 

Obsolesce, que no es poco,
se observa la evolución
de las variables naturales
y el desove del abrojo.

Se busca compatibilidad funcional
entre cadáveres de distinto signo.

La emisión total
está bajo control:
seguimos transmitiendo
la información correcta.

La curvatura deseada reproduce
cada función prevista.

El ojo avizor encuentra
las respuestas que necesita
(incluso alguna más)

El paisaje evoluciona
de acuerdo a los parámetros:
hay páramos y páramos,
no paramos.

Se registra el movimiento
de un pesudópodo divino
que se arrastra, no sabemos desde
cuando: su emisión precede
todo orden.

No hay datos precisos
pero el desierto crece,
aunque no se reportan nuevas
víctimas en la pantalla del
ordenador.

Hay recursos para aspirar
a una tercera dentición:
ya están brotando dientes
con diseños novedosos.

miércoles, 13 de octubre de 2021

Una prueba de humor

 

(Horacio Ruminal)

 

El humor es siempre sospechoso,
casi tanto como el amor.

Producir humor, es algo tan complejo
que nos hace dudar, a diferencia del
amor:  el amor no duda, lo que lo hace
sospechoso.

El humor no es espontaneo, hay que
producirlo, editarlo y emitirlo, lo que
requiere un trabajo intelectual.

Hay que sospechar de todo que
requiere un trabajo intelectual:
es un artificio.

El amor es ajeno a esos trámites,
aunque se tramita en el intelecto,
brota en forma espontanea, sin
ninguna causa que lo justifique:

Hay que sospechar de todo aquello
que brota sin causa.

El humor, es algo propio de humanos,
creemos los humanos, como la fe,
otro sentimiento aún más dudoso:
Ésta no contempla la duda, mientras
que aquel nos puede hacer dudar de
todo.

El humor, es exclusivo de la especie,
creemos que es un rasgo propio de la
inteligencia superior que portamos
y por tanto, nos pertenece.

Acaso lo sea, pero si algún otro
animal pudiera opinar, no necesitaría
demasiada inteligencia para encontrar
algunas objeciones: El humano no
conoce mucho sobre otros lenguajes
animales, aunque reconoce su existencia.


Además, no se puede tomar en serio
el sentido de pertenencia de quien
suele creer que todo le pertenece.

El antropocentrismo
nos hace más humanos, se puede afirmar
con o sin humor, que aunque sea un rasgo
de inteligencia, no elimina la culpa
ni nos exime de nuestra condición morosa.

sábado, 9 de octubre de 2021

Huellas

 

(Asensio Escalante)

 

Huellas para memorizar:

Hay una memoria selectiva,
la función elige lo que debe
retenerse.

La retención de fluídos que
se estancan, puede ser un problema,
a saber:

Recuerdo una vez, haber sido
interrogado en un retén militar
¿Qué hacía?
¿Adónde iba, de donde venía?

Sólo, sin una coartada, apenas
identificado vacilé:  La memoria
sólo retiene huellas discontínuas.

Invoqué una presunta novia
que me esperaba en alguna parte,
como sólo una novia, real o
presunta sabe esperar.

Circule con precaución, me ordenaron
sin disculparse.

¿Dónde estaba la culpa?
¿En la memoria, en la continuidad
del orden alterable? ¿En mi condición
sospechosa aventurándome en plena
noche en un barrio que no era el mío?

Volví sobre mis pasos, buscando
las huellas de mis presuntas culpas,
reteniendo algunas voces.

¿La memoria elige lo que merece
retenerse?

No sabía entonces, después tampoco.
Nadie es inocente hasta que demuestre
lo contrario.

¿Iba en sentido contrario?

No sé, pero todos tenemos derecho
a esperar que una novia, presunta o
no, nos espere en alguna parte, con
o sin culpa.

(Tal vez, la culpa sea esa novia, que
teje con paciencia en la memoria
y no nos abandona)

miércoles, 6 de octubre de 2021

Dignidad residual

 

(Senecio Loserman)

 

Doblegada la duda
me di a medir los excipientes
del exceso, sin descartar nada.

Hay que despojarse de todo
lo superfluo, para elevar el alma
a su máxima expresión
sin que se apelmace ni zozobre.


Librarla de palabras torpes o dudosas:
librarla de palabras para que pueda
reiniciarse desde su propio ritmo

(el alma es una condición rítmica,
está vibrando a una frecuencia:
algunas vibran alto, otras tan bajo
que resulta imposible percibir)

“el ritmo es algo más profundo
que las palabras”

El ritmo es, las palabras pasan.


II
No quise apaisanarme,
sofrené mi frenesí
y enarbolé mi copa
ya vacía de adjetivos  (pero
coposa desde otra perspectiva
y copiosa en una versión alternativa
del paisaje)

El paisaje puede cambiar -hay pliegues-
adaptarse al ritmo o replegarse sobre
sí, y descartar cambios.

No tengo cambio:
El paisaje siempre contiene
otros paisajes, para el observador
apasionado y avezado.

Muchos no lo ven, son parte
del paisaje:

Para el que mira sin ver
todo es digno de no verse.

Cuando llega el verano
descubren la primavera,
piensan en noviembre:


piensan en noviembre
y aprontan su equipo veraniego:

Ya se verá...
 

domingo, 3 de octubre de 2021

Salmo sabático

 

(Abel A. Borda)

 

Sábanas sanas osanaban
en el lecho
del Río

Sábanas vanas
¿Osanan porque sí?

¡Oh sábanas!

¿Osanan para sí?

Vanas sábanas que osaban y sanaban
al azar al osanar

¡Oh sílabas que hilvanan
lo vano y lo inconsútil
sinsabores a saber,  protejen
el tejido líquido y disperso, laico
lacio y éjido.



Fluye la sed
mientras licuamos el pasivo
de los cuerpos sedentarios
fieles y paganos
en solidaria ofrenda:  sólo sal

(tu sal, mi sal, neutra sal nuestra)

¡Oh sábanas que osaban osanar!

¿osanaban como cuerpos que despuntan
sobre la savia derramada
en sabias sábanas?

¿el amor sana? ¿la salvia salva?

¿La salvedad anula aquel error
que fecundó la fe?

¿hay pruebas?

¿o sólo salmos en salmuera?

Sodio de dios, mis sales adoptivas
o nativas, extensiones divinas:
Solo dios nos dio el odio y el sodio
el sonido y el oído absoluto.

La parábola de la Sal

Que muera lo que tenga que morir,
dijo una voz popular

Hay otras sábanas posibles,
palpitan como cuerpos palpables
y sondables.

La verdad no ofrenda ni teme,
ni fructifica en verbos
sanadores.

No pontifiques tus excesos
ni verifiques este axioma
en función del éxito
del gusano sano
en el exilio.

No hay emigrantes ilegales
ni enriquecimiento lícito.

Osana en la pregunta sin destino
mientras observas tu musculatura
lisa deslizarse entre los pliegues
de la sábana desierta.


Un nuevo giro en el discurso Único

 

 

(Ester Miño)

 

Giramos hacia Dios,
hay signos auspiciosos.

Circulan evidencias provisorias
en avanzado estado
que nos confirmarían:
Circulamos en la dirección provista
(estamos en condiciones de afirmar)

La emisión de aspiraciones dudosas
no modifica el derrotero ni la voluntad
suprema y soberana.

Circular es preciso, más que necesitar.
Hay signos más que suficientes,
las necesidades hallarán respuesta
en los próximos ciclos evolutivos:

la necesidad pasa, vuelve a pasar
y se recicla, adoptando distintas formas:
Todo vuelve.
Lo axial es mantener el centro
y observar el eje.

Ya hay quienes se alistan
para el avistaje de partículas divinas
entre los escombros disponibles.

(Las escombreras crecen, a un ritmo
sostenido)

Hay signos que sostienen la ilusión
en valores sustentables:  Todo gira
como debiera, podemos seguir emitiendo
deuda autóctona, mixta o soberana y
tercerizar los riesgos emergentes
a futuro:

El futuro fue siempre algo incierto.

Giramos sin contratiempos.
El giróscopo resiste a las malas lenguas.

Dios observa, desde su círculo áulico
sin emoción  (la emoción es un recurso
de la materia para garantizar funciones)


jueves, 30 de septiembre de 2021

Principios poéticos

 (Onésimo Evans)

 

Hay principios
que no pueden ser revelados.

(En un principio todo era tiniebla:
Nadie lo sabía)

Después fue el verbo
y hubo claroscuros:

Poetas obscuros, malditos, condenados,
resistentes a la luz, vidas disipadas,
dilapidadas en el cultivo de pasiones
bajas, abyectas, excecrables;
dejaron su legado legible
y yacen en la oscuridad
de nuestras bibliotecas.

Todo tiene un fin:
Si hay fin, hubo principio.

(especuló Poe antes del Big-Bang)

Los Principios Poéticos de Poe
no revelan demasiado:

Hay principios que no pueden
ser revelados.

Pero la poesía, si algo es, es revelación,
no tiene por qué ser revulsiva
ni rebelarse a lo que sea,
si algo es…

¿Cuánto es?

Pregunta el sujeto apoético.
La poesía, no puede revelar sino una
parte de lo velado, una revelación parcial:

(somos objetivos, pero no imparciales)

El poema sabe más de lo que dice,
de lo que dice que dice
o bien,  dice más de lo que sabe.

Si algo es, no es ésto,
dice a sabiendas
que el sentido puede rebelarse:
no querer ser revelado.

Los principios pueden estar adulterados
( estamos revelando )

El poeta tiene sus tiempos
y estrategias para sostener el ritmo
de la duda y evitar la exposición
excesiva:  hay que evitar los excesos
(o al menos ocultar su cultivo en el
poema)

El poeta debe correrse del centro
del poema, y también de los lados,
evitando aparecer como parte del
poema: debe ser prescindente,
permanecer oculto y ocultarse
-no invadir al poema- y mantener
una distancia interesante, tal que
nadie perciba lo que en verdad siente:  
que es un principiante.

El poeta no egresa, no emerge
del poema que progresa: sabe que nadie
se recibe de poeta, un ejercicio sin futuro.
Sólo tiene el presente del poema,
como los juegos de los niños.
Sólo que juega solo.

También puede hablar solo
y refutarse con éxito.

Puede dividirse
y replicarse hasta el cansancio
y descartar muchas veces
el mismo poema
por falta de definición.

El poema, será cuestión de tiempo:
La poesía es revelación
Hay principios que no pueden ser revelados,
pero también hay otros pasatiempos.

La revelación, como la revolución
pueden esperar, como se espera
la primavera  (todos tenemos algo
que esperar)

En en hemisferio norte, Mayo, Abril
representan la primavera,
pero Abril es el mes más cruel.

Noviembre no, para los habitantes del sur
Noviembre es un buen mes para empezar
una aventura, un noviazgo, un noviciado,
un vicio. 

Volvamos al principio.

martes, 28 de septiembre de 2021

El angelado

 

(Epifanio Weber)

 

Me empoderé sin querer,
en una noche lejana
(Lo recuerdo todo, salvo
el crepúsculo)

Recuerdo que no fue en Balvanera,
no solía frecuentar ese barrio
con frecuencia.

La memoria es poder,
dijo alguien que no recuerdo
y sin embargo cito
(aunque no suelo frecuentar
este tipo de citas)

Hay cosas que no se olvidan:
muchas no valen la pena, son
como el espam, ocupan un lugar
en la memoria sin mayor utilidad.

Me empoderé sin querer
haciendo memoria,
ahora que recuerdo,
y no lo supe hasta hace poco.

No sé qué fue que hice,
no agendé, no sé si quise:
pero cuánto no quise.

Hay cosas que no se olvidan:
No recuerdo haber leído
aquel soneto de Cortázar  (aunque
solía frecuentar la lectura de poemas
olvidables y poetas olvidados, para
ejercitar la memoria)

No recuerdo haberlo leído todavía,
la noche en que se me murió
la siempreviva.

 

domingo, 26 de septiembre de 2021

Paralipoema (*)

 

(Horacio Ruminal)

 

Desde la espuma autóctona
a los cuerpos cavernosos
las células no paran,
se reproducen todo el tiempo,
como el tejido seroso,
el espam u otros subproductos
de la actividad humana.

La reproducción es la principal
función vital, no son muchas.

Basta observar una conducta
compatible, que se ajuste
y dejar que reproduzca.

Ilusiones brotan como hongos
en la cavidad oral
y efluentes naturales.

Entre las actividades esenciales
de la vida, está la observación
de las leyes naturales, anexos
y actualizaciones de aplicación:

Hay nuevas aplicaciones
y actualizaciones disponibles

¿Oíste hablar del Paralipómenon?
No, Yo no, Yoko Ono
puede que tampoco.
Quién oyó, se preguntaba Góngora...

El conocimiento es un camino infinito,
hay tantos caminos infinitos…
Mejor quedate en casa
leyendo el paralipoema: no se sabe
qué es, pero es más finito.

¿Oíste hablar de la industria del conocimiento?

Hay tanto por conocer, hablemos
de las industrias culturales, de la arquitectura
legal, de las trabajadoras sexuales, de la
ingeniería financiera, la resiliencia como
recurso ante la evanescencia de los mercados
y las oportunidades del canibalismo empático
a la luz de los nuevos aportes de la neurociencia
cognitiva.

Hablemos de la contaminación sustentable,
de la defensa de los valores y del compostaje
a partir de los desechos naturales
de las industrias del lenguaje:

Reciclemos los efluentes ontológicos.

¿Cuántos vocablos necesita un compostaje
de biomasa humana para ser competitivo?

El conocimiento es un camino:
hay que conocer la ley
para que haya violación.

Hay que saber leer las leyes,
la letra chica de la espuma vernácula,
autóctona, inclusiva.

Hay que saber:
La espuma puede contener restos de baba.
La baba puede contener restos de espuma.

Hay una jugosa oferta
de estos fluídos vitales.

 

 

(*) Paralipómena es el plural de paralipomenon: lo omitido.

 (Parerga y Paralipómena, es el título del último 

  libro de Schopenhauer, 1851)

 

 

jueves, 23 de septiembre de 2021

El animal empático

 

(Ester Miño)

 

¿Qué nos une a los animales?

Nada, solo compartimos el planeta,
algunas necesidades, un metabolismo
y, en algunos casos, un sistema
nervioso central.

¿Algo más?  
Bueno, algunas funciones. Es cierto
que unos cuantos se reproducen como
nosotros, aunque sólo se aparean por
necesidad biológica, no conocen el
amor.

Animales, unos vuelan, otros nadan o
se arrastran y un sinnúmero coexiste
con nosotros sin que los registremos,
siquiera.

Con unos pocos compartimos nuestras
casas, en la mayoría de los casos, de un
modo involuntario  (sabemos convivir
con arañas, ácaros, cucarachas, mosquitos,
polillas e insectos variopintos y hasta con
pequeños organismos prehistóricos, como
lepismas y bichos bolita)

Entre los más indeseables está la rata:
Tener gatos es la solución más ecológica;
son grandes predadores, no comen demasiado
y, como los perros, conviven con nosotros
desde siempre, o casi, en buenos términos
(con el valor agregado de ser afectuosos,
alegrarnos la vida y hacernos más humanos)

II
No necesitamos conocer mucho de animales;
son muchos, la mayoría nos son indiferentes
y no hay mayor interés en invertir recursos
en un conocimiento que no produce utilidad.

Gracias a las ciencias, a la madre de todas:
la ciencia económica, sabemos que todos los
animales son recursos naturales, como nosotros
(sólo que producimos conocimiento, y sabemos
que el conocimiento es un recurso)

Gracias a nuestra naturaleza superior, podemos
cultivar la empatía, el especismo  (así como el
racismo, el machismo, el extractivismo, el
individualismo, el oportunismo y otros
humanismos) y reciclarlo todo, a sabiendas de
que los residuos de todos estos cultivos son
compostables.

Hay que separar la basura,
separamos con empatía:

Hay especies que nos producen más empatía,
compartimos la casa, y hasta nuestra cama.
Son seres adorables que no piden casi nada
y nos dan amor y compañía, con sólo alimentarlos.

Con otros no ocurre lo mismo, no tenemos empatía.
Sólo nos sirven como alimento, pero los apreciamos;
no desconocemos que tenemos algo en común:

Son recursos naturales.  


martes, 21 de septiembre de 2021

Salvando los excesos

 

(Ricardo Mansoler)

 

Salvando las distancias
quedaba la oquedad en salvaguarda,
intacta y a cubierta
la arboladura del poema:

miembros, troncos, coyunturas
y membranas;  casi un cuerpo,
salvando las distancias:

entre lo decible y lo aspirable
decibeles vernáculos se cuelan
entre las porosidades del orden
artificial y sus prolongaciones
naturales.

(Vainas que van y vienen
en vaivenes rítmicos, con
vocación sintáctica)

Hecha la salvedad, la viola el labio
¿inferior o superior?
¿mayor o menor?
¿semihúmedo o semiseco?
¿connotado o denotado?
¿denostado o desnotado?


II
Hecha la salvedad
se echa por la borda como cebo
para atraer excesos que se beban
y se vivan como mares,
en prófugos vaivenes.

Los marineros besan y se van,
en cada puerto:  besan y se van,

se ceban, se van cebando
en el vaivén benigno de los signos
-naves que no anidan en exceso,
besan playas que no importan y
se van, bebiendo los excesos a un
ritmo saludable y repetible:   naves
que no importan, ni exportan: besan
y se van, saben reconocer la experiencia
de la espuma que besan y prometen
volver a besar aunque no sepan, saben
que no hay bien ni mal sin sacrificio,
y navegar es preciso-

Los excesos van y vienen,
como el mar, sujetos a un vaivén
salobre y saludable.


III
Sueños de agua
confluyen y alimentan
el caudal cebable y repetible,
tocando puertos y besando
labios que se abren y se cierran
celebrando el ritmo benigno
de un vaivén.

Sobre cubierta, la tripulación
va y viene sin vacilar,
se sabe a salvo de los duros
vaivenes de la tierra.  

Avezados marineros bailan
a bordo de un vaivén
-a sabiendas que todo parte, y
vuelve en otra parte, en forma parcial-

Se van, se van cebando
con el movimiento vivo
de la muerte, el mar y
sus excesos, como sujetos
de un vaivén semántico y salobre.

Saludamos a las tripulaciones
de esas naves que oscilan, barcos
ebrios que buscan la salvación
en vaivenes de labios avezados
y partidas  ya jugadas y perdidas.


Quien siembra puertos
desata expectativas
o alimenta otros excesos
¿Cuántos labios necesita un beso?

El marinero avezado no vacila:
confía en el astrolabio,

y baila.
 

viernes, 17 de septiembre de 2021

Seguimos buscando seguidores

 

(Ester Miño)

 

Hay que seguir buscando,
dijo un líder positivo.

No deponer las almas
ni los cuerpos munidos,
incorporar recursos
estratégicos para ganar posiciones
y sumar adeptos que adopten
nuestro producto:  necesitamos
ofrecer un producto bien posicionado.

Aumentar los índices
de adaptabilidad y generar
las condiciones para incrementar
el consumo responsable, adaptado
a las nuevas tendencias y propuestas
de adicciones saludables.

Hay que seguir buscando,
buscando y emprendiendo:
buscar es emprender,
emprender es buscar.

….

Estamos adoptando nuevas fórmulas
de adaptación inteligente para obtener
adeptos que se sumen y abonen
esta agregación superadora.

Hay más masa inculta que cultivar
y replicar.

Oigo sumar  sin trepidar.
Oíd, los sexos replicados en función
a imagen semejanza.
Oíd el movimiento vivo de los cuerpos provistos.
Oíd el movimiento vivo de los índices
de mortalidad, creciendo a valores
aceptables.

Oíd el canto reproductivo:
Oíd la reproducción de hongos
y bacterias de distinto signo:

Oíd la reproducción de los signos
en descomposición.
Oíd cada desove que obedece,
oíd el verbo desovado y el brote
del esqueje entre los restos
descompuestos de otras vidas
sirviendo al canto de nosotros.
Oíd esos jadeos
que oir se dejan:

oíd lo que se deja,
ahora puede ser tarde.

Los desalmados
se reproducen como alimañas,
mientras zozobra tanto alma
vacante.

Hay que seguir buscando
y repitiendo, oía repetir
a un buscavidas
que merodeaba el cementerio.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Protocolo para incorporar un ruiseñor al poema

 

(Ricardo Mansoler)

                        A mi amiga Imelda

 

Si un ruiseñor o más
asoma a tu ventana
no preguntes cuantos son
los sentidos del poema.

Si un ruiseñor risueño, o más
frecuentan tu ventana
no averigües por qué ríen:
nada es motivo permanente
de risa, y todo lo es.

Si un ruiseñor o más
se acerca a tu poema
y abre una ventana, no graznes
ni goznes ni rebuznes
en señal de aceptación:

El ruiseñor, como la risa
y los sueños, no necesitan
ser aceptados.

No le preguntes si puedes compartir
su risa en el poema risible.
No compartas tus preguntas:

Armar una lista de preguntas
para el ruiseñor, puede servirte
en el futuro, para hacer un poema
(el futuro está colmado de poemas,
pero es incierto)

Pensar en el futuro, es tiempo perdido
para el poema presente, que está
pidiendo resolución mientras declina
ante la risa del ruiseñor.

Hay que tener presente:
el tiempo perdido en el poema,
no se recupera.

No le preguntes por qué ríe,
ni por qué canta o deja de cantar.

No quieras preguntar por qué cantamos:
El canto no tiene razón ni sentido, como
la risa del ruiseñor y los poemas.

Por último,
no le digas señor ruiseñor;
él no sabe que es un ruiseñor
y ni siquiera conoces su sexo

(Sí, los ruiseñores tienen sexo,
como los poemas: cuando no
lo tienen lo piden a gritos)


domingo, 12 de septiembre de 2021

El amor y la luz

 

(Dudamel Rambler)

 

El amor es rápido y fugaz,
salvo para los seres de luz.

Ellos permanecen ajenos
a los placeres de la carne,
a la condición efímera y a la
banalidad inútil de los goces
humanos.

El amor es rápido y fugaz,
pero no puede competir con la luz:

En condiciones naturales, se puede
amar con más o menos luz,
o amar a oscuras, pero no es posible
amar la luz.

No hay nada más veloz;  la luz
es lo más veloz que conocemos,
aunque sabemos poco de ella,
como del amor.  Salvo los seres
de luz.

No es fácil detectar a un ser de luz,
algunos brillan reflejando luces
ajenas. Los seres de luz, son inquietos,
rápidos y fugaces; suelen cambiar de
posición y no siempre están dispuestos
a ser reconocidos.

Otros, sólo usamos luces de posición.

***

 

lunes, 6 de septiembre de 2021

Para ganar masa espiritual y vibrar cada vez más alto

 

(Tomás Lovano)

 

Venimos a sumar,
hay que evitar la noción nociva,
tanto como el sujeto
con prefijo negativo:
 
Venimos a sumar, pero
el nosotros niega al individuo,
lo subsume a una suma imprecisa;
lo reduce a algo amorfo, sin contorno
(el no, como sufijo es menos evitable:
contra el destino nadie la talla)

Venimos a sumar:
Hay que evitar la primera persona
del plural hasta las últimas secuencias
de lo posible:

Hay un piso y un techo
para la metáfora positiva.
Hay una masa y un volumen,
un coeficiente y un cociente,
un albedo y un gradiente.

¿No conocemos lo suficiente?

Todo lo posible, es también pisable,
para la filosofía positiva:

Pisamos huellas pasadas.

Hay un piso y un techo,
sólo conocemos el derecho de piso,
las oportunidades del posibilismo y
las posibilidades del oportunismo.

Venimos a sumar, asumamos
cada alteración en orden;  todo valor
nace y se nutre de la subordinación.


II
La excitación excesiva, conspira
contra el éxito del recitado, sea
de una buena cita o de un poema
de consistencia dudosa.

Es para recapacitar, antes
de excitarse en exceso.

Hay quienes sólo se excitan
con excesos, son incapaces
de recapacitar.

Una aspiración excesiva
sólo puede resolver en decepción.
La resolución deceptiva, conspira
contra el optimismo sano y mesurado:  

Casi nada es nunca lo que se espera.

Hay que ser mesurado, conviene
recapacitar antes de aspirar sin medida.
 
Quien no sabe medirse, puede aspirarse
y desasirse del eje de su condición
binaria  -dar y recibir, incorporar y
enajenar- y hasta perder el control
de esfínteres en acto de servicio.

(Hay vicios negativos y positivos)


Venimos a sumar:  

Confiamos, con un optimismo mesurado,
que sumando todas nuestras vibraciones
positivas, podemos aspirar
al grado cero del espíritu de cuerpo
y producir toda la serotonina necesaria
o más.



jueves, 2 de septiembre de 2021

El promesante

 

(Remigio Remington)

 

Todavía ataviado
de atavismos autóctonos
e ínfulas exógenas,
el promesante espera:

lo único que se puede hacer
es esperar.

Todavía habitado por pasiones
planas, asimétricas y unívocas
oteando aquel futuro horizontal
en su perímetro permeable,
oyendo voces que perimen.
El promitente espera:

lo único.

Todavía abatido
por el fracaso receptivo
de la pasión en tránsito
(en prójimos, abnegados y terceros)

mirando al océano
el promesante espera:

lo único que se puede hacer
es esperar

(lo último que se debe hacer
es desesperar)

Esperar sin solución
de continuidad:

El promesante espera su misión.

El perro escucha,
no sabe que es perro
ni qué es cucha:

El perro escucha,
no tiene otra misión, pero no sabe

A su lado, el promesante espera:
puede que su misión sea esa.

No piensa por ejemplo:
una metáfora anómala,
bien ejecutada, emite abismos
cuya obscuridad no se soporta,
si hay conciencia hay culpa,
el exceso de funciones
puede alumbrar un organismo muerto
envuelto en celofán o  alma
que se escurre por el ojo semiplano
de un animal desclasificado.

No está muerto quien vacila,
se repetía el poeta
todavía olvidado,
un deudor autodidacta
en avanzado estado

Hay que repetir todo
sin solución de continuidad:

Vengo desde el olvido,
se repetía para no olvidar
sus hábitos atávicos.

Vengo desde…

No es muy triste olvidar de donde vienes,
lo importante es adonde vas, se repetía
sin parar, sin saber, sin querer,
sin saber adonde ir y
sin querer ir a saber o a parar

No vengo en son de venganza,
no sé si vengo…
pero la venganza es una forma de justicia
y un placer divino:

Si quieren venir que vengan,
no pregunto cuántos son,
no vengo en son
ni vengo a ofrecer un corazón.

Lo único que no quiero es sangre,
no quiero ser funcional
a ningún tipo de sangre
ni al verbo derramado.

Funciones hay de sobra,
Funciones hay de sobra:
me dijo un funcionario arrepentido

(mejor que sobre)

El promesante espera:
lo único que se puede hacer es esperar.


 


miércoles, 25 de agosto de 2021

El perdón divino

 

(Tomás Lovano)

 

-He pecado en vano, Padre.

-No debes vanagloriarte, hijo.  Nadie es
 quien para juzgar la vanidad de nuestros
 actos y pensamientos, salvo El, que todo
 lo sabe y todo lo perdona.

-Ahora peco poco, pero supe pecar en forma
 recurrente en mis buenos tiempos…

-La compulsión, la repetición y la compulsión
 a la repetición son parte de nuestra naturaleza.
 Nuestro Creador lo dispuso así, y es poco lo
 que podemos hacer… Pero su Amor infinito
 nos perdona todo

-Perdón, Padre...¿Y porqué perdona tanto? ¿No
 sería más justo que..?

-No preguntes lo que no debes, hijo. Menos averigua
 Dios y perdona.

-Perdón, Padre...

lunes, 23 de agosto de 2021

El precio justo

 

(Ricardo Mansoler)

 

Deudas dudosas
y dudas que se heredan.
La doble d
de deudos y dudosos acreedores
se enreda en esa voz compuesta
que produce:  el sujeto.

El sujeto dudoso y dividido,
individuo genérico de una especie agresiva,
egoísta, invasora y oportunista.

El sujeto goza de su condición binaria:
emisor y receptor,
deudor y acreedor,
activo y pasivo,
según convenga a su metabolismo
de sujeto.

Todos somos dadores y receptores.
¿Nos debemos una explicación?
¿A quién pedir?

¿Está bien pedir?
-Depende, es mejor dar.

¿Está bien dar?
-Depende del objeto:
Hay quien da para recibir, en ese caso
justifica, es útil  (los bancos, organismos
de crédito, prestamistas, usureros y amantes)
Hay un fin, responde a la lógica económica.

Dar por dar, sin contraprestación, es tan
ocioso como improductivo. No genera nada,
no produce utilidad ni crea riqueza.

El altruísmo es un anacronismo, un
atavismo, un desvío del mandato evolutivo.

La teoría del gen altruísta, fracasó.
No pudo ser verificada,
y el joven Price pagó su precio.

Se aceptó que era lo contrario:
el supuesto altruísmo que entusiasmó
al joven químico con su ecuación brillante,
enmascaraba al gen egoísta,
que se impuso, como siempre.

La ciencia no pudo verificar
el gen altruísta, ni quiso,
y el joven Precio perdió su empleo,
su familia, su casa y después de
deshacerse de sus pocas pertenencias
en favor de aquellos que carecían de todo,
terminó en la calle, con ellos, y abrazó
la fe católica, que siempre había rechazado
como cualquier científico que se precie,
en busca del gen altruísta:  

George Price o Jorge Precio..,
un científico egoísta
que apostó al altruísmo, tal vez siga buscando
aquel extraño gen, después de suicidado,
entre ángeles, arcángeles, querubines
y acaso un ser afín... 


viernes, 20 de agosto de 2021

El círculo perfecto

 

(Onésimo Evans)

 

Ningún círculo es perfecto


(pero es bello concebir
que circulamos en armonía
cósmica, que las ideas circulan
libremente y todo es parte
de un circuito superior que
tiene a la perfección
como fin último, mientras confiamos
en palabras que circulan, redondeando
nuevas ideas, más o menos bellas
o felices, y observamos leyes,
cuadraturas, órbitas y obras humanas
que circulan con mayor o menor
fortuna)

En un círculo vicioso
nada es azaroso.

El movimiento uniforme
y el sentido único
garantizan el éxito:

un viaje seguro,
no es preciso cobrar conciencia
ni pagar peaje.

(este pasaje puede ser reproducido,
es de libre circulación)

II

El éxito de la repetición
redunda en la proliferación
de bellas imágenes y nociones
de apariencia novedosa, que
tributan a modelos circulares:

Círculo cerrado, radio de acción,
altas esferas, redes neuronales que
conectan círculos circunvecinos
con metáforas simétricas
que se reconocen entre sí,
redondas y perfectas:

Economía circular,
no hay desperdicio, todo se recicla
en el círculo vicioso.

Ningún círculo es perfecto,
pero todas las disciplinas que circulan
le asignan un lugar central, un valor
axial en la evolución del conocimiento.

Entre las figuras geométricas conocidas,
es, sin duda, la más perfecta y útil:
Permite extraer una información
casi infinita  (el movimiento circular
nos ayuda a concebir la noción de
infinito)

El tiempo circular, los ciclos que suceden,
especies que perecen y perimen
en el marco del perímetro evolutivo.

Todo circula, no hay vida sin circulación.

 

III

Salgo a circular,
doy un rodeo.
Giro,
miro a la redonda:
ningún merodeador alrededor
rondando, excepto yo,
observador imaginario
en el centro del poema circular
que se reinicia, en virtud
de sus materiales reciclables.

Salgo a calibrar
y vuelvo, corroboro:

Lo importante es circular,
el sentido es indistinto,
todo vuelve:

el círculo cerrado es un pleonasmo.

Ningún círculo es perfecto,

 


jueves, 19 de agosto de 2021

El genio

 

(Carlos Inquilino)

 

No pude con mi genio,
una presencia atosigante,
incómoda, invasiva. Siempre
fatigándome, interviniendo
mis decisiones  poéticas,

observándome escribir,
controlando mis impulsos
autóctonos, reemplazando y
anulando los excesos naturales
del poema, para dar forma a otros
sentidos psudopódicos: un texto extraño,
donde casi no podía reconocerme.

No pude con mi genio,
bastaba que escribiera una palabra
para que la sacara de contexto.

No podía:  era él o yo
¿Quién oyó?
Hubiera escrito él con esta mano.

Eugenio se llamaba, decía haber
habitado el alma de un poeta
olvidado.

Durante años lo soporté
con resignación, por una cuestión
de convivencia:  Detesto la violencia.
Pero la paciencia se agota, como la
inspiración y la memoria.

Lo recuerdo todavía:
inclinado sobre mi,
a mi siniestra, dispuesto a doblegar
mi voluntad  -por cierto débil,
reconozco-  terciando en el precipitado
del poema para obtener el suyo:

Un fluído espeso de palabras en tensión,
una retórica retorcida, soporte de ideas
vacilantes, que se abrían a la oscuridad
de los sentidos, para disolverse luego
en una espuma espúrea, más oscura
que cualquier aspiración humana.


Textura disolvente,  tránsito lento,
un poema espasmódico
que rechazaba toda mampostería
sin seguir ningún patrón semántico.

Tan geniales que nadie entendía
ni leía, salvo yo, obligado
a leerme.

No pude con mi genio:
Me cansé y se lo eché
a los perros.

(Debe andar por ahí:  no tengo
perro y mis gatos son selectivos,
no comen cualquier cosa)

lunes, 16 de agosto de 2021

Un poema de aire

 

(Epifanio Weber)

 

Yo tengo tantas hormonas
que no las puedo contar
solía escribir con su dedo gordo
en el aire un portador sano.

El aire no engorda
como el ojo del amo,
pero está infestado
de aspiraciones truncas.

El aire es buen conductor,
pero está lleno de ventosidades.

Escribir en el aire
minimiza los riesgos del poema:
a las palabras, como sabemos,
se las lleva el viento, gracias
a la sabiduría popular.

Hay feromonas, serotonina,
adrenalina, dopamina
y alguna otra que se me escapa
por la falta de esa hormona que
ahora no recuerdo.

¡Cantemos a las hormonas,
a la producción de hormonas libres
y a la liberación  
de las fuerzas productivas!

Yo tengo tantas hormonas
que no las puedo contar,
solía escribir con su dedo
gordo en el aire un portador sano,
un servidor asintomático
a ultranza.

Escribir en el aire
es una decisión de baja calidad
leí en un instructivo de liderazgo,
autoayuda y superación permanente.

Yo probé escribir en el aire,
tengo varios volúmenes, pero
lo descarté:  resulta bastante fatigoso
a la hora de corregir.

Soplan nuevos vientos
entre las palabras, ellas se llevan
bien con el viento; como el benteveo.

El viento es aire en movimiento,
como las palabras que se lleva
y las que rechaza, que no son pocas.

No llevo la cuenta:  tengo tantas
hormonas que no necesito contar
con palabras.

A la hora de ahorrar, prefiero ahorrar
palabras. Las hormonas no cuentan
ni necesitan.

No, no hacen falta muchas palabras
para escribir un poema incalculable
de aire, y salir airoso.

Pero el aire está enviciado,
es cada vez más raro
ver aire sin enrarecerse.
 


jueves, 12 de agosto de 2021

La zamba del nicho

 

 

(Horacio Ruminal)

 

Esta noche
desciendo de este nicho.

Ya escribí
sobre nichos, “El sueño
del nicho” y “El sueño
del nicho propio”…

No recuerdo el orden
cronológico ni el
necrológico, no recuerdo
cuantos nichos y poemas 

con nichos pude armar:

Creo que encontré un nicho,
o lo edifiqué
entre los nichos del lenguaje.

Esta noche desciendo
de este nicho:  Hay nichos
que resisten una noche
y son buenos, los hay que
resisten muchas noches y
son mejores, y hay nichos
descartables.

Esta noche no descarto nada.

Cada día, la noche descarta
algunos nichos.  La ciudad
está henchida de nichos que
conviven. Cada nicho es un
mundo, una historia.

La ciudad es un gran nicho
que contiene cuerpos hacinados
en nichos y subnichos.

Hay nichos que se encienden
y se apagan, y hay nichos que
descienden.

Esta noche, desciendo de este
nicho:    es lo que hay,
aunque hay mucho nicho
disponible, accesible y adaptable.

Hay nichos y nichos, hay guaridas
y refugios, latebras y escondrijos,
aguantaderos y tugurios, y hay
ergástulas más oscuras que la noche.

Pero hay nichos confortables, funcionales,
ergonómicos, nichos de alta gama
reprogramables y reciclables.

Y también, nichos que no son lo que prometen
-los nichos chinos no son para confiar-

Hay nichos descartables y nichos
para pasar una noche inolvidable
-para pasar una noche inolvidable, sólo
es preciso haber acumulado suficientes
noches olvidables-

Vengo desde el olvido,
dice la zamba que ahora suena
en este nicho, mientras la noche
sigue descendiendo. 



 
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