(Aparicio Custom)
La libertad zozobra
ante los límites autóctonos
del ojo.
La libertad es una órbita
¿amiga o enemiga?
Son las palabras, que afectan
al poema cuando sólo depende
de ellas.
Algunas están contraindicadas
por su uso abusivo; se degradan
y envilecen cuando no se las respeta.
¿Merecen algún respeto?
Es difícil agradar con elementos
degradados. Después, somos
perfectamente degradales.
II
Los límites nativos, conviven
en buenos términos con los adquiridos:
los adoptan.
En sucesivas degradaciones, trabajando
los excesos naturales a la elaboración,
se organiza ese volumen en un cuerpo
residual y se obtiene el poema.
El poema afecta a las palabras,
las remueve de su cauce somnífero
y las devuelve a ese lugar
donde nunca estuvieron.
Todo juicio sobre el cuerpo es arbitrario;
sólo el juego puede ser deliberado.
III
No había nada que medir, no hay palabras
que midan el poema, cuando se consuma.
No inviertas tus palabras en poemas.
Hay suficiente libertad para invertir.
Hay productos más seguros, no se puede
confiar en las palabras.
Por lo que sabemos, siempre dependeremos
de la inversión de otros. Algo habremos
hecho, no hay mucho que se pueda hacer.
El deseo, también es inversión:
No inviertas tu poema en palabras.
La libertad zozobra
ante los límites autóctonos
del ojo:
Volvemos a orbitar en libertad.
El ojo del amo engorda el ganado
y los rebaños sólo quieren engordar
en libertad, palabra sospechosa
como pocas.
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