(Amílcar Ámbanos)
-La realidad es más profunda de lo que
revelan las palabras.
-¿Todas?
-No, algunas no tienen nada real, pero
circulan.
-¿Sirven para ocultar la realidad?
-Y generar realidades paralelas con algún
éxito. Aunque nunca dejan de ser apócrifas.
-Hay mucha generación, es difícil detectar
lo real y saber donde estamos parados; cuál
es la verdadera realidad.
-La realidad es más profunda…
-¿Cuánto más?
-No lo sabemos aún, pero estamos profundizando.
-¿Podría haber futuro en lo profundo?
-No tenemos la respuesta, pero somos optimistas:
Hay mucho por conocer, aunque dependemos del
conocimiento existente y no muchos quieren
aventurarse en lo más profundo: Casi nadie quiere
tocar fondo.
-¿A qué podríamos atribuirlo?
-Es natural, profundizar es siempre trabajoso: un
esfuerzo que nadie desea; descender es un trabajo
y aunque todos reconocemos que descendemos
del trabajo, no hay voluntad de profundizar.
-¿Podemos descansar en la certeza de que hay
un fondo que existe y es real?
-Las certezas son siempre sospechosas para quienes
profundizamos en el conocimiento científico, el
único real y objetivo. Pero somos optimistas, todas
las especulaciones serias concurren al consenso
positivo: Algo ha de haber en lo más profundo,
debajo de esta realidad engañosa.
Aunque en el fondo es todo bastante relativo.
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