(Serafín Cuesta)
Una ovación cerrada e infundada
acompañó el desove
que todos esperaban, como si fuera
un mesías, o un ídolo popular.
En condiciones normales, es común
que multitudes esperen cualquier
cosa, y celebren sin ningún fundamento.
El sentido de los sentimientos populares
es así: algo que brota y cobra forma sin
motivo, como un desove que obedece.
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