(Horacio Ruminal)
La pertenencia es atávica en el hombre,
como el gregarismo o el apego
a la agregación:
Sin agregación, no habría segregación:
algo necesario para construir y desarrollar
identidades diferenciadas, identificarnos
y acceder al sentido de pertenencia.
Las distintas culturas, creencias y sistemas
de valores, productos de la división, dan
lugar a otras divisiones, aún más arbitrarias.
Comunidades, países, estados nación, y
a la necesidad de defender la propia
identidad, distinta de las otras.
El animal humano se reconoce diferente
a todos. No sabe cuánto tiene de animal,
de semidiós o si expresa un desvío natural
de un plan superior, un diseño sobrenatural
que desconoce.
No sabe quién es, qué hace aquí, pero
cumple sus mandatos biológicos
como cualquier animal u organismo
viviente.
No sabe demasiado de este mundo
ni de sí mismo, pero sabe que hay
que pertenecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario