(Carlos Inquilino)
Un rumor se deslizaba
bajo las aguas del sentido.
Una cantidad innumerable
de peces discurrían, como
obedeciendo un destino
tal vez incierto.
Encolumnados en fila india
avanzaban en línea recta
hacia el Mar Muerto,
sin encontrar resistencia.
El rumor se deslizaba sin contratiempos,
como pez en el agua, siempre idéntico
a sí mismo.
Las aguas del sentido
siempre desembocan, como los mares:
Ellos lo hacen todo el tiempo, y esa
continuidad es lo que nos impide
percibirlo.
Los mares son emisión continua,
siempre están desembocando:
Si no fuera así, se morirían
y sólo sobreviviría uno:
El Mar Muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario