(Hildebrando Sábilo)
Reconocer es raro:
Ahora no reconocés,
antes tampoco.
Conocemos bastante poco
como para andar reconociendo:
Conocemos menos de lo que somos,
pero no estamos solos:
Podría ser una ventaja, aunque no
lo sabemos como para reconocerlo.
Sólo quien reconoce sus errores
puede evitar volver a cometerlos.
Pero no es seguro:
Nos reconocemos tributarios de la
repetición y cultivamos el hábito.
Hay que reconocer: Sin el ensayo
y el error y la repetición, nunca
hubiéramos producido conocimiento
útil.
Habría que reconocer:
No nos conocemos tanto como para
reconocernos pares, y siempre hemos
sospechado de la semejanza, tanto
como del prójimo y de su discurso
analógico.
¿Ahora no reconocés?
Yo tampoco; reconocemos sólo una
parte de lo que no conocemos, a saber:
Del error ajeno no se aprende nada;
del otro algo más, pero falta una parte.
Somos producto de errores del pasado
que siguen repitiéndose, como el poema
que, por su parte, sabe reconocer
en esta palabra simétrica, el espejo de
su reproducción especular.
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